Sin seguro médico por tener sida
Una aseguradora estadounidense, condenada a pagar 10 millones de euros por dejar sin cobertura médica a un enfermo de VIH
En mayo de 2002 Jerome Mitchell, un estudiante de 17 años de Estados Unido supo que había contraído el sida. La noticia fue demoledora, pero Mitchell creía tener al menos una cosa a su favor: había contratado un seguro de salud en su primer año en la universidad. Sin embargo, Fortis, la aseguradora con la que tenía la póliza, revocó la misma después de saber el diagnóstico del joven.
Mitchell, a quien los médicos dijeron que sin tratamiento no viviría más de cuatro años, creyó que la cancelación se debía a un error que la empresa subsanaría. Pero Fortis, conocida ahora como Assurant Health, ignoró las peticiones del joven. Mitchell decidió poner el asunto en manos de la justicia y en 2004 un juez de Carolina del Sur le dio la razón y condenó a la aseguradora a pagar 15 millones de dólares (11 millones de euros) por haber cancelado erróneamente la póliza. En 2009, la Corte Suprema de Carolina del Sur ratificó la sentencia aunque redujo la cantidad a 10 millones de dólares (7.400.000).
Con el veredicto, Jerome Mitchell no solo obtuvo una victoria para él, también ayudó a demostrar que las malas prácticas de Fortis podían tener repercusiones en las compañías aseguradoras de salud. Durante el juicio se demostró que Fortis tenía una política dirigida a los asegurados con VIH. Tenía un programa destinado a investigar si las personas diagnosticadas con Sida estaban cometiendo fraude y la compañía buscaba cualquier excusa para revocar la póliza.
Uno de los investigadores que actuaron en el caso de Mitchell explica que el motivo de focalizar la atención en estas personas es el alto coste del tratamiento necesario para combatir la enfermedad. "Estamos hablando de un tratamiento de por vida, toda una vida de cuidado... mucho dinero".
No han surgido más evidencias de casos similares en otras aseguradoras, pero este verano, una investigación de la comisión de Energía y Comercio del Congreso encontró a miles de asegurados con enfermedades graves cuya cobertura médica había sido cancelada por algunas de las aseguradoras más importantes del país sin ninguna base legal. La investigación arrojó el dato de que tres compañías habían ahorrado al menos 300 millones de dólares en cinco años por estas rescisiones. Una de estas tres empresas es precisamente Assurant, antigua Fortis.
Las aseguradoras tienen una gran ocupación en estas prácticas de rescisión mediante un sistema de investigación a sus asegurados después de haberle sido diagnosticados tratamientos de por vida. Pero los organismos reguladores que han revisado las acciones de Assurant y otras empresas aseguradoras han dicho que no hay precedentes de distinguir a las personas con Sida.
El caso de Mitchell se ha conocido al tiempo que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que está enfrascado en recuperar su plan para la reforma sanitaria, ha redoblado sus críticas a las aseguradoras. El Congreso de EE UU votará mañana la reforma propuesta por Obama, que ha dicho que es esencial para acabar con estas impopulares y controvertidas prácticas de las aseguradoras.
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