El primer robot submarino transoceánico concluye su periplo
El planeador científico 'El Caballero Escarlata' arriba a Baiona tras zarpar de Nueva Jersey hace siete meses.- Concluye un viaje pionero en el que ha estudiado los efectos del cambio climático
El Caballero Escarlata, el primer robot submarino que ha logrado cruzar el Atlántico, ha tocado tierra hoy en Galicia, en el puerto de Baiona. Los científicos estadounidenses y españoles que han realizado la misión han recibido el aparato con emoción no disimulada junto a las autoridades de ambos países. "Han sido diez años de trabajo y ha participado mucha gente. El año pasado perdimos un robot de estos en las proximidades de las Azores y ahora lo hemos logrado", ha comentado Scott Glenn, investigador de la Universidad de Rutgers y jefe del proyecto. "Este submarino abre una nueva forma de explorar el océano", ha destacado, por su parte, Enrique Álvarez Fanjul, físico de Puertos del Estado, coordinador del equipo español del Caballero Escarlata.
Lo que todos los asistentes -incluido el ministro de Fomento, José Banco- a la recepción del planeador submarino, o glider, han repetido es que se trata de "una misión histórica". Para demostrarlo, el Caballero Escarlata irá ahora de Baiona al Smithsonian de Washington, el museo más famoso del mundo de ciencia y tecnología, donde se expondrá, presumiblemente, junto con la cápsula del Apolo XI que llegó a la Luna y al Espíritu de San Luis, el primer avión que realizó un vuelo transoceánico sin escalas. Antes realizará una gira por EE UU. De momento, tiene que viajar a Vigo, desde donde partirá en avión.
Jerry Miller, de la oficina de Ciencia y Tecnología de la Casa Blanca, ha transmitido a los científicos reunidos en Baiona un mensaje de entusiasmo del presidente de EE UU. "Obama tiene el propósito de devolver a la ciencia el lugar que le corresponde, y para ello no se puede esperar a que acabe la crisis económica porque la ciencia y la tecnología son necesarias para la sociedad, para la salud, para el medio ambiente, etcétera", ha recalcado. "Y este glider responde a la visión que tiene la Casa Blanca de la I+D, con el componente de compartir datos y conocimientos internacionalmente".
En vista del éxito de esta misión del Caballero Escarlata, la cosa no va a terminar aquí. Un reto ha aflorado hoy en Baiona y los científicos lo han aceptado: una navegación transoceánica con submarinos robots como este. Lo ha propuesto el asistente del director de la Agencia Oceánica y Atmosférica (NOAA) estadounidense, Richard Spinrad. "Para recorrer todos los mares del planeta habrá que utilizar no uno, sino 15 gliders, porque uno solo tardaría demasiado mientras que con una flotilla se puede hacer en un año", ha explicado Spinrad a El PAÍS. Por ahora se trata de un plan en proceso de ser concretado y pendiente de hablarlo con socios internacionales.
El Caballero Escarlata mide 2,40 metros y pesa 56 kilos. Lleva baterías -sólo se ha consumido el 60% de su carga en esta travesía, según Álvarez Fanjul-, sensores de salinidad y temperatura del agua, un GPS y un sistema de transmisión para comunicarse vía satélite. Así ha ido enviando los datos tomados cada día y ha recibido las órdenes desde tierra, todo por satélite. El aparato es una gran idea pero de una sencillez sorprendente: un pistón se desplaza variando el volumen y, por tanto, la densidad del glider. Así se hunde y sube a la superficie. Esta es toda su propulsión, dado que las aletas laterales le permiten planear como un avión en el aire, pero por el agua, subiendo y bajando. Su máxima profundidad ha sido de 200 metros. En la trayectoria transatlántica se aprecia un tirabuzón en el medio, que se debió a un remolino en el océano que le hizo girar antes de retomar su rumbo a Galicia. Más de 150 aparatos de este tipo se utilizan en diferentes países, pero hasta ahora sólo en investigación próxima a la costa.
El Caballero Escarlata fue capturado el viernes pasado a unos 200 kilómetros de la costa para evitarle el cruce de la zona marítima de más tráfico de barcos, ha explicado Álvarez Fanjul. En el buque Investigador que lo recogió ha estado hasta hoy, que ha descendido a tierra. Primero se ha trasladado a una zodiac y en ella ha llegado al pantalán junto al Monte Real Club de Yates de Baiona, donde ha recibido todos los aplausos y homenajes. El glider ha llegado sorprendentemente limpio, ya que lo han limpiado a bordo del Investigador para poder pegar los adhesivos de las instituciones participantes en la misión. Los expertos de la empresa Teledyne Webb Research, fabricantes del submarino, que cuesta unos 100.000 euros, lo han abierto ante el público para extraer un paquete de cartas que un grupo de niños y niñas estadounidenses escribieron, que han viajado en el robot cruzando todo el Atlántico y que hoy se han entregado a un grupo de niños y niñas de Baiona.
Blanco ha felicitado a los responsables de "esta hazaña tecnológica de colaboración entre EE UU y España". En su discurso se ha centrado en el cambio climático, recordando la gravedad de problema. "El debate actual es cuánto tiempo nos queda para limitar los daños del calentamiento global", ha dicho Blanco. Acerca de la cumbre de Copenhague ha afirmado: "La viabilidad del planeta tierra del mañana es responsabilidad de los políticos de hoy", reconociendo que "la sociedad nos exige algo más que palabras".
La participación española en el proyecto ha sido importante, y no sólo por recibir el submarino. "Nosotros, en la segunda mitad del viaje, hemos proporcionado el paisaje oceánico para la navegación del Caballero Escarlata, lo que permitía a los colegas estadounidenses guiarlo", ha resaltado Antonio Ramos, oceanógrafo de la Universidad de las Palmas.
"La I+D es una de nuestras grandes apuestas, tenemos que facilitar el uso eficiente de infraestructuras costeras y rutas marítimas, y con misiones como esta se avanza mucho", ha asegurado Fernándo González Laxe, director de Puertos del Estado. "El gider nos va a aportar mucha información sobre el agua en mar abierto y en la costa, y ha sido una colaboración entre dos países, dos instituciones de los mismos y dos universidades que ha funcionado muy bien", ha destacado. Pero también ha añadido que el próximo robot submarino debería llevar una cámara para transmitir lo que ve.
Una réplica del Caballero Escarlata -el nombre lo toma de la mascota de la Universidad de Rutgers- y una placa conmemorativa quedan como recuerdo de la hazaña en Baiona, puerto al que llegó, en 1493, La Pinta con la noticia del descubrimiento de América.
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