El Gobierno renuncia a obligar a los vecinos a soportar el ruido de los aviones
El PSOE retira la enmienda a la Ley de Navegación Aérea al no contar con apoyo en el Senado
El PSOE ha retirado la enmienda que obligaba a los habitante s de poblaciones cercanas a aeropuertos a soportar el ruido y que pretendía evitar una cascada de demandas contra AENA. La formación ha retirado la propuesta al no contar con apoyo suficiente en la votación de hoy en el Senado, de manera que la iniciativa queda parada. Ahora será el turno de retomar las negociaciones con la Comunidad de Madrid, los vecinos afectados y los grupos políticos de la cámara alta.
La propuesta pretendía modificar la Ley de Navegación Aérea, de 1960, con una enmienda a última hora a la ley ómnibus de servicios. El Gobierno pretendía así evitar una oleada de demandas contra AENA y, a cambio, la norma ampliaba enormemente el número de viviendas que el Ejecutivo tendría que aislar acústicamente.
La enmienda se ha votado dentro de la ley de libre acceso de servicios, que se ha tramitado por procedimiento de urgencia. Al ser rechazada, ya no hay más oportunidades de introducirla y el Gobierno tendrá que buscar otra ley o hacer una legislación específica sobre este punto que tenga su propio debate en las Cortes, lo que retrasaría durante al menos un mes la aprobación de la enmienda.
La tensión se explica porque la enmienda, aparentemente técnica, esconde un problema de enorme calado económico. En octubre de 2008, el Tribunal Supremo falló que el ruido de los aviones invadía el "derecho fundamental a la intimidad domiciliaria" de un grupo de vecinos de Santo Domingo (Algete). El tribunal ordenó también reducir los vuelos en configuración sur un 50%.
Con la enmienda, el Ejecutivo pretendía evitar cumplir esa sentencia y el previsible aluvión de fallos similares favorables a los vecinos. AENA ha aportado a la causa un informe en el que detalla las implicaciones que el fallo tiene "para el interés general del Estado". El texto afirma que el recorte de vuelos "afectaría a todo el aeropuerto e implica una inmediata reducción de la capacidad de Barajas que se cuantifica en un 20% de la actualmente existente", y que el aeródromo pasará a "la capacidad existente en 2004, antes de la ampliación". El nerviosismo de la empresa pública era comprensible puesto que las obras de la ampliación se llevaron 6.000 millones de euros.
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