65 millones de vacunas; 325 reacciones graves investigadas
La OMS insiste en que la seguridad de la inmunización contra la nueva gripe es igual que la de otros años
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha hecho un nuevo esfuerzo por tranquilizar a la población sobre la seguridad de la vacuna para la nueva gripe. Esta vez, con datos. La directora de la Iniciativa para la Investigación en Vacunas, Marie-Paule Kiney, ha dicho que, con la información recibida de 16 países, ya se han distribuido 80 millones de dosis de la inmunización, y se han administrado 65 millones. "Y es perfil de seguridad es exactamente igual que el de la vacuna de todos los años". En concreto, se han notificado reacciones adversas en una de cada 10.000 vacunaciones; y, de ellas, era grave el 5%. Haciendo cuentas sale que de los 65 millones, ha habido 325 casos en los que ha habido casos preocupantes que investigar. Es decir, un 0,0005%.
Entre ellos, Kiney indica que ha habido fallecimientos acaecidos después de la vacunación. "Pero ninguno se ha debido" al fármaco. Es, simplemente, un efecto estadístico. La gente muere, con vacuna y sin ella.
Esta explicación también se puede aplicar a uno de los efectos adversos que se atribuyen a las vacunas, sin fundamento según los científicos. Se trata del denominado síndrome de Guillain-Barré (GBS). Esta enfermedad es un deterioro neurológico que tiene como origen un desorden del sistema inmune. Como recordó Kiney, el origen del recelo ante las vacunas y su asociación con este síndrome es de 1976. Entonces, se suspendió la vacunación contra una gripe de origen porcino en Estados Unidos porque se asoció el fármaco con este síndrome. Pero los estudios posteriores no permiten afirmarlo. Así lo recoge el Centro de Control de Enfermedades de Atlanta (el organismo asesor del Departamento de Salud estadounidense). "En un primer momento, los científicos informaron una conexión sospechosa entre el GBS y las vacunaciones en 1976, durante una campaña nacional de vacunación contra el virus de la gripe porcina. La investigación reveló que los destinatarios de la vacuna corrían con mayores riesgos de contraer el GBS que quienes no fueron vacunados (alrededor de 1 caso adicional de cada 100.000 personas vacunadas). Debido a esta asociación y al hecho de que la enfermedad de la gripe porcina era limitada, el programa de vacunación se detuvo", indica el CDC en su web.
"A partir de entonces, se han realizado numerosos estudios para evaluar si otras vacunas contra la gripe estaban asociadas al GBS. En la mayoría de los estudios no se encontró asociación alguna pero dos estudios sugieren que aproximadamente 1 persona más de 1 millón que han sido vacunadas podría estar en riesgo de contraer GBS en relación con la vacuna contra la influenza de temporada". De hecho, los científicos creen que, en un plano teórico, es posible que una vacuna, por lo que supone de activación del sistema inmune, desencadene el síndrome. Pero entonces, por los mismos motivos, una infección vírica también tiene, al menos, las mismas probabilidades de hacerlo. Y que si se han visto más casos entre los vacunados es, simplemente, porque son más.
En el caso de la vacunación de este año, Kiney admite que ha habido 12 casos de síndrome diagnosticados después de recibir la vacuna. Aparte de que la relación causa-efecto no está clara, la directiva de la OMS destacó que todos habían sido leves y se habían recuperado sin problema.
La organización está a la espera de que acaben las campañas de vacunación en los países ricos para iniciar su programa de ayuda a los más pobres, que no han podido comprar la inmunización. Kiney ha dicho que los envíos comenzarían a finales de mes.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.