El Supremo rebaja cinco años la condena a la madre de Alba
El tribunal reduce a 15 años y medio la condena a la mujer y mantiene los 22 años para su compañero sentimental por la brutal paliza a la menor, que le dejó una invalidez irreversible
El Tribunal Supremo ha rebajado de 20 años y medio a 15 años y medio de prisión la condena a la madre de la niña Alba y ha confirmado la de 22 años impuesta a su compañero sentimental por la brutal paliza que en 2006 dejó en estado de coma a la pequeña , que entonces tení 5 años y que ahora padece una invalidez irreversible. Así lo ha acordado la sala de lo penal del Supremo en una sentencia en la que estima el recurso interpuesto por la madre de la menor, Ana María Cano, contra la dictada por la Audiencia Provincial de Barcelona el pasado mes de enero.
El Alto Tribunal absuelve a la madre de la niña de uno de los dos delitos de lesiones por los que fue condenada a cinco años de cárcel, en concreto atañe a la agresión en la que le rompió el brazo derecho a la niña. La sala mantiene que sea condenada a 12 años por el otro delito de lesiones, más tres años por malos tratos habituales y seis meses por un delito contra la integridad moral. El tribunal mantiene los 22 años de prisión dictados para el padrastro, Francisco Javier Pérez, también por lesiones, malos tratos y delito contra la integridad moral.
La Audiencia de Barcelona había declarado probado que, entre noviembre de 2005 y marzo de 2006, el padrastro agredió a la niña en varias ocasiones e incluso llegó a atarla "fuertemente" a una silla y le hacía tragar sus propios vómitos con una cuchara. Finalmente, la salvaje paliza que le propinó a la niña el 4 de marzo la dejó en coma.
La sala ha decidio rebajar la pena de la mujer, que fue condenada por no impedir la agresión por la que su compañero le rompió el brazo a la niña. Considera que no puede reprochársele que no lo impidiera porque "producida la lesión" (fractura de húmero) por el padrastro, "ya no podía evitarla". Así, el Supremo concluye que no hubo "dolo" (intención de cometer el delito), ni siquiera omisión, ni puede establecerse que la madre omitiera "una actuación que le era debida".
Secuelas
Alba sufre un deterioro de las funciones cerebrales muy grave, con un trastorno del lenguaje escrito y verbal (se comunica con gestos y sonidos no articulados) y con ausencia de movilidad en la parte derecha del cuerpo, por lo que necesita ir en silla de ruedas y depende de la ayuda de terceras personas "para la supervivencia y todas las actividades de la vida diaria", según recoge la sentencia.
Su situación puede agravarse, dado que además de las secuelas irreversibles, puede sufrir complicaciones. Hasta ahora ha rechazado todas las prótesis para paliar la pérdida de hueso craneal debido a varias infecciones.
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