Un informe psiquiátrico asegura que Josef Fritzl no sufre ninguna enfermedad mental
Fuentes judiciales creen improbable que el juicio contra el acusado de encerrar y violar a su hija Elisabeth durante 24 años comience antes de que acabe el año
Josef Fritzl, el jubilado austriaco acusado de encerrar y violar durante 24 años a su hija Elisabeth, con la que tuvo siete niños, ha sido sometido a seis sesiones de entrevistas con una psiquiatra tras las cuales se ha emitido un informe que "descarta" que el acusado sufra algún tipo de enfermedad mental, según informará el diario Der Standard en su edición de mañana. Aunque el texto no es público, el rotativo austriaco cita a "círculos judiciales bien informados" al revelar el contenido del peritaje realizado por la psiquiatra Adelheid Kastner.
El documento califica de "imposible" que Fritzl estuviera en estado de embriaguez permanente durante los 24 años que duró el cautiverio y las reiteradas violaciones.
La Fiscalía de Sankt Pölten, donde está detenido Fritzl, anunció ayer que el pliego de denuncia contra el presunto violador estará listo en unas tres semanas. Luego, el acusado, de 73 años, tendrá un plazo de 14 días para presentar objeciones. Por ello, fuentes judiciales mencionadas por Der Standard consideran improbable que el juicio puede comenzar antes de que termine el año.
Fritzl se enfrenta a los cargos de privación de libertad, incesto y violación y podría ser también acusado de esclavitud y de homicidio, tras indicar un informe que uno de los hijos fruto del incesto y que murió 70 horas después del parto habría sobrevivido si hubiera recibido atención médica.
El juicio estará cerrado al público y sólo la lectura del pliego de acusaciones y los alegatos finales de los abogados serán retransmitidos.
Durante los 24 años que estuvo encerrada en un sótano, Elisabeth dio a luz a siete niños. Tres de ellos fueron adoptados oficialmente por Josef y su esposa, Rosemarie, tras simular que Elisabeth había huido del hogar para refugiarse en una secta desconocida y había abandonado a sus bebés delante de la casa de sus padres. Los otros tres hijos-hermanos de Elisabeth nacieron y vivieron siempre bajo tierra, sin ver la luz del sol hasta hace unos meses.
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