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Reportaje:

Comienza la temporada de avistamiento de ballenas jorobadas en Ecuador

El espectáculo de estos mamíferos marinos atrae a las costas del Pacífico a miles de turistas todos los años

Miles de ballenas jorobadas han abandonado su gélida "casa" en la Antártida para parir y aparearse en las cálidas aguas del Pacífico ecuatorial, donde deslumbran con majestuosos saltos de amor y vida. Las paradisíacas costas americanas del Océano Pacífico, desde el norte de Perú hasta Costa Rica, albergan entre junio y septiembre a unas 6.000 jorobadas (megaptera novaeangliae).

La ecuatoriana Isla de la Plata, 30 kilómetros frente a Puerto López, en la costa de la suroccidental provincia de Manabí, es uno de los sitios donde las ballenas machos muestran sus espectaculares saltos y cantos a las hembras para aparearse. Ellas, tras observar los escarceos y cantos de varios ejemplares machos, escogen al más fuerte y que sea el padre de sus crías.

Tras permanecer en la zona, en octubre hembras y machos emigran a la Antártida donde se alimentan durante todo el invierno. Pero en estas aguas también paren las hembras que quedaron preñadas el año anterior, y una vez en el agua las crías aprenden a defenderse para emprender en octubre el largo viaje hacia el sur.

Atracción turística

El espectáculo de estos mamíferos marinos atrae a las costas de Manabí a miles de turistas, que buscan observar sus vistosos bailes acuáticos y escuchar sus cánticos submarinos.

Esta actividad llevó al Gobierno de Ecuador a declarar el pasado 29 de junio inaugurada, "oficialmente", y con fiesta incluida, la novena temporada de avistamiento de jorobadas.

Los esplendorosos cortejos amorosos de las jorobadas se repiten no sólo en el mar manabita, sino también frente a las costas de las provincias de Guayas y Esmeraldas.

Muchos científicos se han acercado a las costas ecuatorianas para el avistamiento de estos mamíferos cuya cola es su carné de identidad. Esta parte de su cuerpo ha servido para que unas 1.000 jorobadas, muchas de las cuales pueden llegar a medir hasta unos 30 metros, hayan sido registradas e identificadas.

Organizaciones como Pacific Whale Foundation y la Fundación Ecuatoriana para el Estudio de Mamíferos Marinos (FEEMM) vigilan la situación de los cetáceos en su paso por Ecuador y colaboran con las autoridades para regular el avistamiento de las jorobadas.

El biólogo Fernando Félix, del FEEMM, ha indicado, que entre 20.000 y 30.000 turistas al año visitan Puerto López y Salinas, en la provincia de Guayas, para avistar a las jorobadas. Esa actividad ha supuesto el incremento, en algunos casos excesivo, de barcos turísticos en la zona, lo que podría representar un problema para la tranquilidad de las ballenas, aunque no ha afectado su forma de vida, que han mantenido durante millones de años.

Según Félix, organizaciones no gubernamentales han preparado una especie de censo, en la que les ofrecen a los turistas la posibilidad de que ellos pongan los nombres a las ballenas, con el fin de que los visitantes se involucren en su preservación.

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