Descubierta la telaraña más antigua del mundo en un trozo de ámbar en Teruel
Tiene 110 millones años y en ella quedaron atrapados una mosca, un escarabajo y una avispa
Las arañas llevan unos 385 millones de años tejiendo sus telas en la Tierra y una de ellas ha llegado a nosotros desde el Cretácico Inferior conservada en ámbar. El hallazgo se ha producido en Escucha (Teruel) y es la telaraña con insectos atrapados más antigua del mundo, datada hace 110 millones de años, según publicará mañana la revista científica Science. La más arcaica localizada hasta ahora estaba en un ámbar de Líbano y tenía entre 138 y 124 millones de años. En la trampa de Teruel hay una mosca, un escarabajo y una avispa pertenecientes a especies extinguidas hace más de 80 millones de años.
El grupo de científicos que ha llegado a cabo la prospección paleontológica en Escucha (Teruel) está formado por el colaborador del Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva de Universitat de Valéncia Enrique Peñalver, el investigador del Departamento de Estratigrafía, Paleontología y Geociencias Marinas de la Universitat de Barcelona Xavier Delclós y el experto del American Museum of Natural History de Nueva York David Grimaldi.
El fósil, depositado en la colección de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis, es un fragmento de tela de araña con insectos atrapados en una estalactita de ámbar transparente que tiene unos 110 millones de años y pertenece al periodo Albiense, en el Cretácico Inferior. En la tela de araña, que según los expertos fue construida por un espécimen del grupo de las Araneae, se han encontrado una mosca, un escarabajo y una avispa parásita de puesta de huevos de cucarachas con el abdomen roto y lleno de resina fósil. Estos insectos pertenencen a especies extinguidas hace más de 80 millones de años.
Devorados por la araña
Todo indica, según los autores del artículo, que los insectos sirvieron de alimento a una araña: muestran el abdomen roto y lleno de resina fósil, y probablemente la araña succionó sus tejidos internos después de inocular los jugos digestivos, como siguen haciendo hoy en día las arañas. Una vez muertos y vacíos, quedaron sumergidos en la resina. La pequeña avispa, además, está atada por un conjunto de hilos que le atrapan eficazmente la pata.
La tela encontrada en la pieza de ámbar de Teruel tiene "un gran interés científico" por otras dos razones: presenta gotas originariamente pegajosas, y la geometría de una parte indica que los hilos que formaban la red estaban dispuestos de manera regular. En concreto, la tela tenía una estructura circular, y estaba formada por una espiral pegajosa sobre un sistema de hilos radiales. El registro más antiguo de esta característica de las arañas es un hilo con gotas pegajosas encontrada en un ámbar de Líbano que tenía entre 138 y 124 millones de años.
Según explican los expertos en el artículo de Science, las arañas tienen "un destacado papel ecológico en el ecosistema terrestre desde su aparición, hace unos 385 millones de años" y han logrado sobrevivir gracias al uso del hilo y la construcción de diferentes tipos de telas para capturar insectos voladores y saltadores. Además, la datación de la tela fósil coincide con la diversificación explosiva de las plantas con flores y de los insectos de grupos polinizadores, que establecieron una relación simbiótica en los medios terrestres, antes ocupados por coníferas y afines. Por lo tanto, según los autores del descubrimiento paleontológico, "gracias a este fósil se puede afirmar que las arañas afectaron a la evolución inicial de los insectos polinizadores".
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