Putin altera el trazado del oleoducto de Liberia para salvar el lago Baikal

El lago Baikal, una de las mayores reservas de agua dulce del mundo, estaba amenazado desde hace varias semanas, cuando la Duma Estatal de Rusia modificó una disposición legislativa para permitir que un oleoducto que llevará petróleo a China y Japón pasara por sus inmediaciones. Pero hoy Vladimir Putin se ha retractado y ha ordenado que se desvíe el recorrido de la macro tubería para preservar el agua del lago siberiano.

El presidente ruso se ha reunido hoy en Siberia con científicos, ecologistas y autoridades, para definir el recorrido del oleoducto. En esta reunión, el vicepresidente de la Academia de Ciencias rusa, Nikolái Laverov, a propuesto construir el oleoducto a una distancia de al menos 40 kilómetros de la orilla norte del lago siberiano. Pero Putin ha querido ir más lejos y ha confirmado que el tubo pasará "más al norte de la zona establecida por Laverov". La distancia recomendada por el académico evitaría la contaminación del lago en el caso de un vertido de crudo.

Ecologistas rusos y extranjeros habían advertido que la construcción del oleoducto Siberia Oriental-Pacífico haría peligrar el agua del gran lago, al ser una zona de alta actividad sísmica, donde son habituales los terremotos de magnitudes de hasta 10 puntos en la escala abierta de Richter.

Cediendo a los intereses petroleros, la Duma Estatal de Rusia modificó una disposición legislativa, que ella misma había aprobado de forma definitiva a principios de abril, y eliminó un párrafo que protegía el territorio lindante con el lago Baikal. El comportamiento sin precedentes del Parlamento, dominado por el partido Rusia Unida, felicitaría a Transneft la construcción del oleoducto. Entonces, los defensores del medio ambiente denunciaron la forma en que fue aprobado el proyecto y hoy Putin ha decidido cambiar la localización del oleoducto.

"La decisión de trasladar el oleoducto fuera de la zona de seguridad hídrica del lago Baikal es un gran paso, muy correcto desde el punto de vista ecológico", ha celebrado Serguéi Tsiplenkov, director ejecutivo de Greenpeace en Rusia.

Putin también ha propuesto que el tendido de los tubos comience simultáneamente desde ambos extremos y que el sector de empalme se construya cuando se estudien con detalle todos los aspectos relacionados con la obra en la zona del Baikal. "Teniendo en cuenta los intereses de las generaciones futuras, debemos hacer todo lo posible para excluir hasta la mas mínima posibilidad de contaminación del Baikal", ha destacado Putin. Además, ha enfatizado que la seguridad ecológica deberá mejorar tras la construcción del oleoducto, ya que actualmente por ese territorio se transporta crudo en vagones de ferrocarril, lo que supone ciertos riesgos para el medioambiente.

Más de 4.000 kilómetros de largo

En diciembre de 2004, el primer ministro ruso, Mijaíl Fradkov, firmó la disposición gubernamental sobre la construcción por etapas del oleoducto Siberia Oriental-Océano Pacífico (SOOP), de 4.180 kilómetros de largo, para trasegar hasta 80 millones de toneladas anuales de crudo. En una primera etapa la obra incluye el tendido de 2.400 kilómetros de tuberías entre las localidades de Taishet y Skovoródino y la construcción de una terminal marítima en una bahía todavía no establecida en la región de Primorie, en la costa del Pacifico. La segunda etapa abarca el tendido de tubos desde Skovoródino hasta la terminal en Primorie, probablemente en la localidad de Kozminó, la que tiene más opción según estudios previos.

También esta prevista la construcción de un ramal hacia China con perspectivas de trasegar crudo hasta la localidad de Daqing, centro industrial en el noreste del país asiático y, en un futuro, a ambas Coreas.

Según los planes del Gobierno, el 56% del crudo que se transportará por este oleoducto provendrá de yacimientos localizados en Siberia Oriental y la república de Sajá-Yakutia, la mayoría de los cuales todavía no se han puesto en explotación. El resto de crudo se trasegará de los yacimientos de Liberia Occidental, que ya funcionan, y de otros en la isla de Sajalín, en el Pacífico.