El planeta entero saluda al nuevo año
Los relojeros de la Puerta del Sol toman las uvas cuando los demás brindan por el Año Nuevo
El nuevo año ha comenzado ya en buena parte del planeta y, mientras la Tierra sigue rotando, buena parte de Extremo Oriente celebra la llegada de 2006. En Sydney decenas de miles de personas brindan bajo los fuegos artificiales de la bahía de Sydney y muchos otros países asiáticos se preparan para las celebraciones.
Los guardas fronterizos rusos han sido los primeros de la Tierra en dar la bienvenida al año 2006 en la isla de Ratmánov, en el estrecho de Béring, que separa el extremo nororiental de Rusia de Alaska. La isla de Ratmánov está situada a sólo cuatro kilómetros de la isla estadounidense de Gran Diamid y exactamente a 180 grados de longitud del meridiano de Greenwich. Estos soldados rusos y los pescadores que faenan en esta zona son, día tras día, los primeros en pasar página al calendario. Otros habitantes excepcionales son los dos inquilinos de la Estación Espacial Internacional, el ruso Valeri Tókarev y el estadounidense William McArthur, que entran en 2006 un cuarto de hora después que en España y sobre las islas Aleutianas, que separan el mar de Béring del Pacífico.
En Austria, la fuerte ola de calor que afecta al este del país amenaza con aguar los espectáculos previstos en las grandes ciudades del país para dar la bienvenida a 2006 debido a la prohibición de los fuegos artificiales. Mientras, en España, los técnicos ultimaban los preparativos para que todo esté dispuesto en la madrileña Puerta del Sol. Jesús López-Terradas es uno de los cuatro relojeros que no se tomará las uvas con las campanadas, porque cuando suenen las doce campanadas, estará dentro del reloj, vigilando que todo vaya bien. Consciente de su responsabilidad, un año más pasa las últimas horas del año y los primeros minutos de 2006 con sus compañeros de profesión en la torre, trabajando.
Francia, en estado de alerta
Y de nuevo, todos ellos se toman las uvas con retraso y celebran "casi con toda seguridad" que todo ha salido bien. Las revisiones al reloj son semanales durante todo el año, pero estos días se realizan con mayor intensidad: subir las pesas, revisar todas las ruedas y todos los cables y trasmisiones, engrasarlas, etc., con el objeto de que el reloj "siempre esté a punto". Un espectáculo audiovisual sobre El Quijote acompaña a los ciudadanos que acudan a este lugar a tomar las 12 uvas.
Mientras tanto, en la vecina Francia, las fuerzas del orden están en estado de alerta para evitar que en esta Nochevieja, en la que tradicionalmente cientos de coches son pasto de las llamas, repunte la violencia que azotó a los barrios periféricos de las principales ciudades del país hace escasamente dos meses. Es la primera vez en varias décadas que Francia acoge el año nuevo en estado de emergencia, una medida de excepción decretada el 8 de noviembre, en el peor momento de la revuelta, y prorrogada durante tres meses, hasta el 21 de febrero. En París, entre 400.000 y 500.000 personas dan la bienvenida a 2006 en la avenida de los Campos Elíseos.
En Reino Unido, su capital recibe el año con una huelga en el metro de Londres, que usan a diario más de tres millones de viajeros. La huelga puede echar por tierra los planes de los millones de personas que tenían previsto desplazarse para acudir a los cotillones. Lejos del frío invierno, Río de Janeiro y Sao Paulo, las dos mayores ciudades brasileñas, reciben el nuevo con multitudinarias fiestas para unas seis millones de personas, la tercera parte de ellas en la playa de Copacabana. Y al margen de los festejos europeos y americanos, el año comienza con nieve y lluvia para las millones de personas que perdieron sus hogares por el terremoto que el 8 de octubre azotó el sur de Asia, dejando casi 90.000 muertos. El temido invierno del Himalaya amenaza incluso con paralizar las operaciones asistenciales en la zona.
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