Los forenses examinarán a la niña que no declaró ante su supuesto agresor sexual
Los médicos decidirán si la menor está en condiciones de acudir para declarar en el juicio
La sala segunda de la Audiencia de Barcelona, que juzga el caso de los presuntos abusos sexuales que sufrieron cuatro niñas por parte de su profesor de artes marciales, ha acordado que la única menor que no acudió a declarar sea examinada por dos médicos forenses para que informen sobre si está en condiciones de prestar testimonio. Así, estos dos los forenses del juzgado de Mataró, que hizo la instrucción del caso, decidirán si se cita de nuevo a la niña, que deberá testificar ante su presunto agresor sin ninguna medida de protección.
En el supuesto de que el informe forense no advierta en la niña -la que supuestamente sufrió los abusos más graves y reiterados por parte de su profesor- ningún tipo de incapacidad psicológica para declarar, ésta podría volver a ser citada como testigo por el tribunal. La declaración de esta menor, que sufrió una crisis nerviosa al saber que tenía que acudir al juicio y testificar ante el presunto agresor, se produciría con las mismas condiciones que las del resto de las niñas: sin una mampara que evite el contacto visual con su presunto agresor, aunque con una funcionaria situada entre ella y el acusado. El presidente de la sección segunda, Pedro Martín, ha estimado la petición de la fiscal, quien solicitó la suspensión del juicio para que la niña fuera nuevamente explorada antes de decidir si había que volver a citarla.
Martín, sin embargo, ha desestimado la otra petición del Ministerio Público, para que fueran los psicólogos de la Generalitat, que en su día examinaron a la niña, los que volvieran a realizar la exploración, al entender que los forenses del juzgado de Mataró que hizo la instrucción podrán tener "una visión más amplia sobre la capacidad o incapacidad de la menor". Las acusaciones piden para el profesor de artes marciales, Francisco Castro Salazar, entre 19 y 23 años de cárcel por abusar, entre 2001 y 2003 de cuatro niñas de entre 6 y 9 años que eran alumnas de los colegios públicos L'Olivera (Cabrils) y Cirera (Mataró), ambos en la provincia de Barcelona.
Psicólogos y pediatras corroboran la acusación
La versión de estas cuatro niñas ha sido corroborada en la sesión de hoy por los psicólogos y pediatras que las atendieron, quienes han explicado que alguna de estas menores les relató cómo su profesor les decía que quería casarse con ellas o que se suicidaría si no hacían lo que él les pedía. Curiosamente, Pedro Martín no ha permitido ni a la fiscalía ni a la abogada de la acusación particular, Lara Padilla, que preguntasen a estos peritos si la menor que aún falta por declarar está en condiciones de hacerlo. Por otra parte, las forenses que examinaron a Castro Salazar han asegurado que el acusado es una personal normal que no padece psicopatía alguna.
La decisión del tribunal de citar de nuevo, en el caso de que los forenses determinen que está en condiciones de declarar, a la menor ha sido muy criticada por la Asociación de Asistencia a Mujeres Agredidas Sexualmente (AADAS), que ejercer la acusación particular en este caso. A la conclusión de la vista, la coordinadora de la AADAS, Gloria Escudero, ha calificado de "linchamiento público" lo que el tribunal está haciendo con esta menor. "Ha quedado totalmente demostrado por los peritos psicólogos y el perito pediatra que han declarado hoy que precisamente esta niña es la que está más afectada y que su relato tiene toda la credibilidad", ha manifestado Escudero.
La coordinadora de la ADAAS no entiende por qué la sala se niega a aceptar la declaración de la menor que fue grabada en vídeo "con todas las garantías procesales" durante la fase de instrucción en Mataró y, en cambio, pide ahora una nueva exploración forense "que poco puede aportar" a lo que ya han constado los psicólogos especializados que atendieron a la supuesta víctima "en un momento cercano a los hechos". La decisión del tribunal provocará, según Gloria Escudero, que "futuras víctimas de abusos sexuales no tengan el coraje de declarar", si se les obliga a revivir una y otra vez lo sucedido. Por su parte, la abogada de la acusación particular, Lara Padilla, confía en que tras el dictamen forense la niña no tenga que volver a prestar declaración, "porque la posición de sus padres siempre ha sido la de la colaborar con la Justicia y lo que no desean en ningún caso es la impunidad del agresor".
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