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Bruselas anuncia el primer caso del mal de las 'vacas locas' en una cabra en Francia

Las autoridades comunitarias aseguran que "el riesgo para el consumidor es mínimo"

La Comisión Europea ha informado esta tarde del primer caso de contagio de la encefalopatía espongiforme bovina (EBB), o mal de las vacas locas, en una cabra francesa. Los laboratorios de la UE ha confirmado que se trata de la primera vez que esta enfermedad afecta a un animal diferente a los bovinos. En todo caso, Bruselas ha asegurado que "el riesgo para el consumidor es mínimo".

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El rumiante, que había nacido en marzo de 2000, fue sacrificado junto al resto de rebaño en octubre de 2002 y sus restos fueron incinerados antes de que entrasen en la cadena alimentaria, por lo que no ha supuesto riesgos para la salud del consumidor. "Las medidas de precaución para proteger a los consumidores de esta eventualidad se han aplicado en la UE durante varios años (..) cualquier posible riesgo para el consumidor es mínimo", ha indicado el comisario europeo de Salud y Protección de los Consumidores, Markos Kyprianou, en un comunicado. "Quiero tranquilizar a los consumidores y decirles que las medidas de seguridad existentes en la Unión garantizan un muy alto grado de protección", ha añadido.

No obstante, este responsable ha propuesto extender los análisis para determinar si se trata únicamente de un caso aislado. Para ello, Bruselas ha estimado que será necesario analizar alrededor de 200.000 cabras en los granjas de los Veinticinco durante los próximos seis meses. Las pruebas se centrarán en aquellos países donde se han detectados casos de encefalopatía espongiforme transmisible (EET) en los últimos años. El equivalente de una EET en humanos, la enfermedad de Creutzfelt-Jakob, ha producido 148 muertes en Reino Unido.

Dos años para el resultado

Los primeros indicios de que la enfermedad podía haber saltado a un animal de la especie caprina fueron detectados por investigadores franceses, cuyas conclusiones preliminares fueron publicadas el pasado octubre. Los análisis para determinar si había sido afectado o no por la patología bovina requieren ensayos biológicos con ratones durante dos años, lo que explica que los resultados no se conociesen hasta entonces. En cumplimiento del procedimiento comunitario, el Ministerio de Agricultura francés notificó en noviembre el caso al Laboratorio de Referencia de la UE para encefalopatías espongiformes transmisibles (EET), situado en Weybradge (Reino Unido), cuyos expertos han confirmado hoy la impresión inicial de sus colegas franceses.

Desde abril de 2002, se han analizado más de 140.000 cabras . A raíz de la crisis alimentaria generada por la expansión del mal de las vacas locas, los países de la UE aplican medidas de precaución para prevenir el contagio de la enfermedad en rumiantes (vacas, cabras y ovejas), así como el salto del agente de la enfermedad a la cadena alimentaria. Entre otras cuestiones, la UE prohíbe la fabricación de pienso para ganado con harinas animales; exige la retirada de la cadena alimentaria humana y animal de algunos materiales de riesgo (vísceras, tejidos o espinazo); o el sacrificio automático de las ovejas afectadas por la tembladera, una enfermedad similar a la EEB, pero no transmisible al ser humano.

Por otro lado, la Autoridad Europea para la Seguridad Alimenticia considera, sobre la base del conocimiento científico actual, "poco probable" que la leche de cabra o los productos derivados presenten riesgo de transmitir algún tipo de encefalopatía espongiforme, siempre que el animal de origen estuviese sano.

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