Zapatero advierte a la Iglesia de que se está "limitando a cumplir" su programa electoral

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha asegurado hoy que no prevé cambios en los acuerdos básicos entre el Estado y la Iglesia católica, al tiempo que ha señalado a la Conferencia Episcopal que algunas de las reformas legales contestadas por esta institución responden "estrictamente" al deseo de los ciudadanos, en alusión a medidas como la agilización del divorcio, la ampliación del aborto, la aprobación del matrimonio entre homosexuales o la eliminación de la Religión como materia educativa curricular.

Rodríguez Zapatero ha hecho estas consideraciones en una rueda de prensa celebrada en La Moncloa junto al presidente de la República Checa, Vaclav Klaus, al ser preguntado por la posibilidad de que el Ejecutivo aborde una modificación en las relaciones con la Iglesia. "No hay ninguna previsión de cambio de los acuerdos básicos con la Iglesia católica", ha subrayado Zapatero, quien ha expresado su "profundo respeto" por las opiniones de la jerarquía eclesiástica aunque sean muy críticas con el Gobierno. El Ejecutivo socialista, ha insistido Zapatero, "no tiene ningún problema con la jerarquía católica".

El presidente ha garantizado a la Conferencia Episcopal que no va a haber "reciprocidad" en esas críticas, al tiempo que le ha recordado que en "un país libre y democrático" los parlamentarios dictan las leyes en representación de los ciudadanos. Al hilo de ello, ha señalado que el Gobierno no busca un enfrentamiento con la Iglesia, sino que "se está limitando a cumplir su programa electoral" con la presentación de diversos proyectos de ley que amplían los derechos civiles de los ciudadanos y modifican el sistema educativo.

"Los ciudadanos han votado un proyecto electoral y lo que el Gobierno está llevando al Parlamento es estrictamente el contenido de lo que ha obtenido respaldo en las urnas", ha subrayado Zapatero. Por ello, ha insistido en que el Gobierno no tiene ningún problema con la jerarquía eclesiástica y son los ciudadanos, y no el Ejecutivo, los que han dicho que querían ampliar el espacio de libertades civiles y los que quieren reformar el sistema educativo".

De momento, la Conferencia Episcopal no se ha pronunciado sobre la reforma educativa, que convierte a la Religión en una asignatura optativa que no contará en el currículo del alumno, pero sí han manifestado su crítica algunos obispos. Así, el cardenal de Sevilla, Carlos Amigo, ha abogado por alcanzar un "pacto de consenso para la Educación" que ponga fin a la actual "situación de inseguridad" en torno a las clases de Religión. En rueda de prensa, Amigo se ha referido a los nuevos planes educativos diciendo que "muchos profesores y padres de familia se han levantado esta mañana con un nuevo dolor de cabeza".

Para el cardenal, "la Educación no puede estar en esta situación de inseguridad, que no es buena para la educación, la familia, la escuela ni la sociedad". Por otro lado, el obispo de Sigüenza-Guadalajara, José Sánchez ha expresado su temor de que, a través de la nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía, "se pueda colar la ideología del Estado".