Japón abandona su misión de exploración a Marte tras sufrir una avería y quedarse sin combustible
La sonda 'Nozomi' orbitará inerte alrededor del Sol más allá del planeta rojo, tras el fracaso de la primera misión interplanetaria nipona
Desde la Tierra, los técnicos se afanaban ayer no sin cierta desesperación en arreglar el cortocircuito que había dejado fuera de control la nave espacial. Un cortocircuito había echado al traste la maniobra para ponerla en órbita alrededor de Marte, pero ante el peligro de que terminara por estrellarse contra la superficie del planeta, no les quedó otro remedio que sacrificar la sonda y encender sus motores para lanzarla hacia el espacio exterior. La primera misión interplanetaria emprendida por Japón quedaba así abortada.
No todo está perdido, sin embargo. Los científicos de la Agencia japonesa para la Exploración Aeroespacial confían en que, una vez evitado el riesgo de que la sonda Nozomi cayera sobre la superficie marciana, termine al menos situándose en una órbita alrededor del Sol que les permita obtener algunos datos útiles de sus instrumentos.
Sin combustible para llegar
Un cortocircuito en el sistema eléctrico del aparato, imposible de reparar desde el centro de control terrestre, les había obligado a desechar la posibilidad de intentar completar la última fase de la misión, la puesta en órbita. En caso de caer a Marte, la sonda hubiera contaminado ese planeta, aún virgen de intervención terrestre, según ha confirmado el investigador Yasunori Matogawa a la radiotelevisión pública británica.
La cadena de noticias estadounidense CNN señala sin embargo que la nave se encontraba fuera de su trayectoria marcada, y sin apenas combustible, de forma que los investigadores japoneses tuvieron que usar las últimas gotas en el depósito para tratarla de colocarla en el rumbo correcto. Al fracasar, tuvieron que aceptar que la misión había concluido.
La "esperanza" japonesa
En cualquier caso, sólo quedaba cambiar su trayectoria y lanzarla al espacio interplanetario, donde, una vez perdido su impulso artificial, quedará cual asteroide inerte en órbita alrededor del Sol, más allá de su destino inicial. Los investigadores japoneses no han cejado sin embargo en su empeño por reparar la avería a bordo, pues en caso de lograrlo contarán con un observatorio científico de 541 kilos en uno de los lugares más privilegiados del Sistema Solar. Desde allí podrá analizar la actividad del Sol, girando alrededor del astro una vez cada dos años.
La sonda Nozomi (palabra que en japonés significa "esperanza") partió de la Tierra en julio de 1998, y tenía previsto llegar a Marte la próxima semana. Debía orbitar a 890 kilómetros de altura durante dos años, para tratar de averiguar si el planeta tiene campo magnético, analizar su atmósfera y la influencia del viento solar sobre ella, y echarle un ojo además a sus satélites, Fobos y Deimos.
La erupción solar
Pero la misión ha estado plagada de averías y contratiempos casi desde su inicio. Un error técnico le dejó sin combustible poco después del despegue, por lo que su trayectoria inicial tuvo que ser rediseñada por completo para que pudiera llegar a alcanzar su destino. Tras dar dos vueltas alrededor de la Tierra, cogió suficiente impulso para volar a Marte, pero una erupción solar dañó sus sistemas eléctricos.
Las desgracias que afligen el programa espacial japonés no se circunscriben sin embargo a esta misión. Hace un mes, la agencia espacial nipona se vio obligada a destruir un cohete que transportaba dos satélites destinados a espiar a Corea del Norte por una causa no especificada. Pocas semanas antes, China había puesto en órbita con éxito a uno de sus astronautas.
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