Condenado a cinco meses de internamiento el joven que secuestro un colegio en L'Hospitalet
N.A.M., menor de edad en el momento en que se produjeron los hechos, deberá someterse a un tratamiento psicológico y pasará dos años en libertad vigilada
N.A.M., el joven de 18 años que el pasado 18 de noviembre perpetró un rocambolesco secuestro en un colegio de L'Hospitalet (Barcelona) armado tan sólo con una navaja multiusos, ha sido condenado a una pena de cinco meses de interanmiento por el juzgado de menores número 2 de Barcelona. El chico, menor de edad cuando se produjeron los hechos, pasará dos años más en régimen abierto en un centro tutelado por la Generalitat y pernoctando en su casa, y deberá además someterse a tratamiento psicológico.
El fiscal acusaba inicialmente al joven de un delito de secuestro con el agravante de que los rehenes que tomó eran menores, y solicitaba tres años de internamiento y dos años de libertad vigilada. Sin embargo, finalmente ha llegado a un acuerdo con el abogado de la defensa para rebajar la petición. El abogado ha tomado esta decisión tras estudiar los informes de los equipos técnicos especializados que han observado la conducta del menor.
Con la pena acordada hoy entre las partes, N.A.M. saldrá del centro de internamiento de menores de Mollet del Vallés (Barcelona) el próximo 18 de abril, ya que lleva cuatro meses y medio de internamiento cumplidos. A partir de esa fecha, el joven deberá pasar dos años de libertad vigilada y de forma obligatoria deberá acudir a un centro de estudios o a un centro de trabajo de formación profesional, por las noches dormirá en su casa y además deberá seguir un tratamiento psicológico terapéutico.
Impulso irrefrenable
Los psicólogos y psiquiatras que han tratado al joven, según han explicado su abogado, han llegado a la conclusión de que la acción del acusado fue fruto de "un impulso irrefenable", han descartado que actuase por un móvil económico y que fue "una manera de llamar la atención por parte del joven. Los expertos de la Policía que intervinieron en la resolución del secuestro de los escolares siempre creyeron que el joven había actuado por afán de protagonismo.
Los informes médicos indican que el joven sufre alteraciones del comportamiento y, aunque no se trata de una enfermedad mental, sí que requiere tratamiento psicológico. Tras el secuestro, el joven declaró que no había tomado ningún rehén, sino que los escolares habían permanecido voluntariamente en la clase.
Los hechos ocurrieron el 18 de noviembre de 2002 cuando el joven, armado con una navaja multiuso, entró en una clase de quinto de primaria del colegio Casal dels Angels de L'Hospitalet, escuela a la que el mismo había asistido, y secuestró a 20 niños, de entre 9 y 10 años, entre los que se encontraba su propia hermana. El joven pidió al principio un rescate económico pero, tras cuatro horas, un policía vestido de repartidor de pizzas entró en la clase y desarmó al joven.
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