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LEGISLACIÓN

Bélgica se convierte en el segundo país del mundo que legaliza la eutanasia activa

La ley permite la eutanasia activa también en enfermos incurables, no obliga a los médicos belgas a practicarla si no lo desean y establece condiciones estrictas a la hora de llevarla a cabo

El parlamento belga ha aprobado una ley que autoriza la eutanasia bajo estrictas condiciones lo que convierta a Bélgica en el segundo país del mundo, tras Holanda, que despenaliza esa práctica.

La ley ha sido adoptada con 86 por votos a favor, 51 en contra y 10 abstenciones.

Los diputados han rechazado el centenar de enmiendas que fueron presentadas por la oposición al proyecto de ley, que había sido ya aprobado en el Senado el pasado mes de octubre.

El Parlamento ha aprobado también, con 92 votos a favor y 54 abstenciones, un proyecto de ley que contempla que "todo paciente debe poder beneficiarse de cuidados paliativos en el marco del acompañamiento del final de su vida".

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La ley aprobada hoy, que entrará en vigor tres meses después de su publicación en el Diario Oficial, define la eutanasia como un "acto practicado por un tercero, que pone intencionadamente fin a la vida de una persona a petición de ésta".

Establece que el médico que lleva a cabo ese acto no comete una infracción si cumple las condiciones establecidas.

Dichas condiciones imponen que el paciente debe ser mayor de edad, capaz y consciente en el momento de presentar su petición de que se le practique una eutanasia. Además, debe padecer "sufrimiento físico o psíquico constante e insoportable, que no pueda ser calmado, causado por una afección accidental o patológica incurable".

Manera voluntaria

El paciente deberá hacer su petición "de manera voluntaria, reflexionada e reiterada" y presentarla por escrito. El médico, que tendrá que cerciorarse que "no hay otra solución que la eutanasia", deberá consultar a otros dos facultativos antes de practicarla y tiene que dejar pasar al menos un mes desde que el paciente hizo la petición por escrito antes de llevarla a cabo.

Una vez realizada, se considerará que el paciente ha fallecido de muerte natural. Cuatro días después, el médico deberá presentar un documento para su registro a la Comisión Federal de Control y de Evaluación de la aplicación de la ley de la eutanasia, compuesta por 16 miembros, que se encargará de verificar que ha sido efectuada según lo previsto en la ley.

En el caso de que dos tercios de los miembros de dicha Comisión estimen que el doctor no se ha ceñido a las condiciones fijadas por la ley, dicho órgano enviará el caso al fiscal del tribunal donde se haya producido el fallecimiento para que éste emprenda medidas judiciales si lo considera oportuno.

Camino despejado

El proyecto de ley había sido ya aprobado por el Senado belga el pasado 25 de octubre después de que el Consejo de Estado belga (Tribunal Constitucional) despejara el camino al dictaminar que la iniciativa para despenalizar la eutanasia no está en contradicción con el derecho de cada persona a la vida.

Para ello aludió a la Convención Europea de Derechos Humanos y al Pacto Internacional sobre derechos civiles y políticos para dictaminar que no existe ninguna obligación del Estado de proteger en todas circunstancias la vida de una persona contra la voluntad de ésta.

La aprobación en Parlamento hoy de la ley que legaliza la eutanasia bajo condiciones es la culminación de un proceso de amplio debate en Bélgica, acrecentado después de que la vecina Holanda decidiera despenalizar esa practica.

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