Snapchat a los 30: se puede y se debe
La red social de las fotos que desaparecen triunfa entre los adolescentes. Pero, si miras atentamente, verás que Snapchat ha sido creada especialmente para treintañeros
Fuiste la primera que se abrió un Facebook. Te hiciste Twitter cuando no existían ni los RTs. Tienes cuenta en Vine, en Telegram, en Periscope y hasta te bajaste Tidal (porque Beyoncé salía en el vídeo promocional, pero eso no importa ahora).
Y, de repente, por primera vez en tu vida, una red social te ha pasado por delante y tú ni te has enterado. Por primera vez en tu vida eres una late adopter. Los adolescentes del mundo están a tope con Snapchat y tú te sientes fuerísima.
No será por intentarlo. Te has bajado la aplicación y has estado trasteando. Pero no entiendes nada. La pantalla se mueve en todas las direcciones, no diferencias lo que es público y privado, no sabes cómo añadir amigos (“¿pero si yo no soy su amiga ven lo que cuelgo?”). Básicamente te has convertido en tu madre.
No desesperes. Tienes razones para mantener la calma e incluso abrazar este período de desorientación digital.
Primero: sigues viva. Acabas de descubrir que NO PASA NADA si no estás a la última de todo. Valioso aprendizaje.
Y segundo: todavía estás a tiempo de disfrutar de Snapchat y hacerlo desde una perspectiva más madura. Porque, sorpresa, después de unos meses usando la aplicación, hemos descubierto que en realidad los adolescentes no tienen ni idea de lo que están haciendo. Snapchat es la red perfecta para jóvenes en la treintena.
¿No te lo crees? Aquí tienes los argumentos definitivos para engancharte a Snapchat y algún que otro consejo para hacerlo sin perder la cabeza.
1. Snapchat es un simulacro de tu vida actual.
Si alguna vez has visto a un adolescente usando Snapchat te habrás sentido exactamente como tus padres cuando empezaste a enviar SMS con lenguaje concentrado (hl, q tl? Tqm. Bss): flipando.
Después te observas a ti misma en Snapchat y te das cuenta del drama: Todo el mundo espera que conozcas cómo funciona y tú solo sabes poner cara de controlar mientras no paras de darle a todos lo botones con una mezcla de miedo y excitación, y sin tener ni la más remota idea de lo que estás haciendo.
Efectivamente: SNAPCHAT ES UNA METÁFORA DE TU VIDA
Por eso, como en la vida, no debes agobiarte por no entender nada, sino asumir que quienes parecen dominarlo (los adolescentes) son en realidad unos inconscientes y el resto (tus amigos) están igual de perdidos que tú.
Una vez tengas esto claro y te liberes del miedo, empezarás a disfrutar sin preocuparte demasiado por meter la pata. Total, ¿qué es lo peor que te puede pasar? ¿Enviar una foto desnuda a quien no tocaba? ¡HEMOS VENIDO A JUGAR!
Rihanna y Selena Gomez en sus cuentas de Snapchat.
Snapchat
2. ¡Por fin podrás exhibirte sin manchar tu reputación!
Tienes un trabajo serio, una relación seria y una vida aparentemente respetable, así que sientes que no estás ya para ir colgando selfies con morritos de pato por todo internet.
Y, efectivamente, no lo estás. Hay que tener decencia en esta vida.
¡Oh, pero es TAN tentador! ¡Y además esa falda te sienta TAN bien!
Snapchat es tu salvación. Te permite colgar todos los selfies públicos que quieras con la tranquilidad de que desaparecerán en 24 horas. Así, cuando tu futuro jefe (o peor, ¡tu hijo!) te esté stalkeando, ya no quedará ni rastro de tu egocentrismo, exhibicionismo y cuidada pose sexy.
Básicamente tienes carta blanca para hacer lo que te dé la gana con la excusa de que todo se volatilizará.
Por el exhibicionismo moderado que te mereces: usa Snapchat.
3. Snapchat te permite tener relaciones (casi) secretas.
A pesar de lo que pueda parecer en un primer vistazo, Snapchat es una red bastante privada. No tendrás que ver los likes de tu hermano intentando ligarse a tu amiga, ni los “Guapa no, lo siguiente” en cada foto. Y, de la misma forma, nadie sabrá nunca lo que pasa en tus comunicaciones.
Hasta hace poco, Snapchat mostraba cuáles eran los mejores amigos de cada persona (información jugosísima, pero tremendamente vergonzosa). Ahora que han eliminado esa funcionalidad, solo tú conocerás el tipo de relación que tienes con cada amigo.
Y, como esto va de parecer jóvenes a toda costa, Snapchat te lo mostrará a través de emojis: un corazón amarillo junto a su nombre significa que sois mejores amigos, un emoji dientes quiere decir que compartís mejor amigo… En fin, un lío que es mejor dejar en privado
Entonces, un día te sorprendes poniéndote colorada porque Snapchat ha decidido colocar un corazoncito amarillo junto a su nombre. ¡Socorro! ¿Él también lo verá? Sí, él también lo verá. ¿No es maravilloso? Por supuesto que no, es una catástrofe, pero al menos nadie más será testigo. Y por un momento vuelves a tener 15 años y alguien ha pintado un corazón de tiza con su nombre y el tuyo.
Es excitante, vergonzoso y tremendamente divertido.
Luego viene la parte en la que desaparece ese corazón y tú te preguntas si es que ahora está hablando más con otra. ¡Oh, y ahora os sale un emoji carita condescendiente! ¡Eso quiere decir que eres su mejor amiga, pero tú tienes otro mejor amigo! ¡JA!
¡Es como volver al patio de colegio otra vez! (Solo que ahora vas bastante mejor vestida).
emojipedia.org
4. Sexting con seguridad.
En 2015, la principal causa de humillación y ganas de morir de los jóvenes de 13 a 90 años ya es el “arrepentimiento por mandar fotos guarras a quien no tocaba”. Por favor, seamos conscientes de este grave problema y pensémoslo dos veces antes de enviar tetas por internet.
Dicho esto: si te sientes aventurera y quieres probar el sexting, es aconsejable que lo hagas AHORA y lo hagas en un entorno SEGURO.
Snapchat permite enviar fotos y vídeos de forma privada a tus amigos. Y este material solo es visible un máximo de dos veces antes de desaparecer para siempre.
Cierto, el destinatario puede hacer un pantallazo, pero tú recibirás una notificación que te hará venirte un poco arriba y te permitirá sacarle los colores, que es algo bastante maravilloso de hacer. (“¡Oh, por favor, sé que soy una diosa del olimpo, pero intenta imaginarme solo en tus sueños!”).
5. Snapchat es feo. Qué alivio.
Reconozcámoslo: Instagram se ha cargado la espontaneidad de las fotos. Ponemos a nuestra amiga delante de la pared de turno sujetando un helado, le sacamos unas 25 fotos, luego llegamos a casa, elegimos una, probamos diferentes maneras de recortarla, elegimos el filtro y unas cinco horas después subimos la foto en cuestión solo si está dentro de los estándares de calidad de nuestro timeline.
BASTA.
BASTA DE ESTE 'STYLING' CONSTANTE.
BASTA DE QUE TODO TENGA QUE SER BONITO.
¡SEAMOS MÁS FEOS Y MÁS NATURALES Y MÁS DESASTRE!
A los 30 ya deberías haber asumido que no pasa absolutamente nada por no ser perfecta. Después de tantos años, les has cogido cariño a tus tetas pequeñas o tus caderas enormes, ya no te tapas cada granito y hace tiempo que solo sacas las planchas GHD en bodas, bautizos y otras fiestas de guardar.
Pues bien, es hora de trasladar esta relajación estética a internet. Snapchat, por su carácter inmediato, tiene una estética algo más fea, sucia e improvisada. Y lo mejor es que nadie espera que cuelgues obras de arte. ¡Ni siquiera existen los “likes”!
¡Por fin somos libres del yugo de la belleza! ¡ALELUYA!
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