Maria Rodés: «Una mujer liberada genera inquietud»

Afirma que, de haber nacido unos siglos atrás, la habrían tomado por bruja. «Porque a los 33 años no tenía pareja, ni hijos, ni un lugar estable para vivir», confiesa Maria Rodés (Barcelona, 1986), que convirtió la analogía en germen de su celebrado quinto álbum, Lilith, reivindicación de la figura de la bruja como mujer libre. El hilo musical de su aquelarre, que ya supera la década, presume de personalidad y de mezcolanza de géneros, desde la copla al folclore. A la espera de su próximo proyecto, Contigo (Elefant), en el que une fuerzas con La estrella de David, el efecto del hechizo de la cantautora está más vigente que nunca.

En Hacer el amor, su último sencillo y adelanto de su nuevo álbum, canta: «Yo quiero un amor antiguo y no me importa ahora mismo si pido demasiado». ¿De verdad es mucho pedir?
La canción, que tiene cierta ironía, habla sobre encontrar un amor que pueda traspasar conflictos. Sobre la capacidad de nuestros abuelos y padres de superar obstáculos, que no deben superarse a toda costa, pero ni tanto como antes ni tan poco como ahora.

Lilith huyó del paraíso para no someterse a los designios de Adán. ¿De qué ha escapado usted?
De la comodidad de seguir lo preestablecido, del equilibrio de tener un trabajo estable, una pareja y ser madre. Huir de lo que nos han enseñado que debíamos hacer es una fuga del Edén.

¿Por qué las brujas tienen peor imagen que los brujos?
A lo largo de la historia, el saber ha estado bien visto siempre que fueras un hombre. El conocimiento nos libera, y esa mala imagen es una forma de reprimir ese instinto, de que siguiéramos sumisas.

¿Sigue el miedo a las mujeres independientes como en el s. XV?
Es sutil, pero sí. Una mujer con voz propia, liberada, que no sigue lo que se espera de ella genera, cuando menos, cierta inquietud.

Acabó Psicología en el confinamiento. ¿A quién analizaría?
A Britney Spears. Cuando tenía 12 años era una diva para mí, pero luego vi su evolución y fue como si se cayera un mito al suelo.

Ha tuiteado sobre conceptos tan terrenales como la cuota de autónomos. ¿Le preocupa más que ganar el Grammy?
Cuando sales en televisión parece que te bañas en oro, pero es muy difícil vivir de la música y más cuando es tan personal como la mía. Tengo compañeros que se han puesto a trabajar en Amazon porque no llegan a fin de mes.

Dígame una canción para triunfar en el karaoke.
Nunca canto, soy la sosa del grupo… (ríe). Me da vergüenza porque me cuesta cantar a ‘modo cachondeo’, tengo que ir muy borracha. Pero imito bien a Ana Torroja. Mujer contra mujer, por ejemplo.