Un reencuentro muy deseado

Los últimos meses en lugar de dar conciertos he presentado Karen, la primera película de María Pérez Sanz, un proyecto independiente, muy valiente, hecho con mucha pasión y pocos medios materiales, basado en Sombras en la hierba, el último relato que escribió Karen Blixen sobre su estancia en África. De hecho, este verano no tenía pensado hacer directos, pero he decidido realizar algunas actuaciones que me parecían muy especiales, escogidas, como bomboncitos.

Desde el verano pasado no había vuelto a dar un concierto con banda, solo recuerdo haber pasado tanto tiempo seguido, varios meses sin tocar, en las épocas de maternidad. Por eso es un reencuentro muy deseado. Recuerdo que el primer concierto que di tras el confinamiento, fue el verano pasado en las sesiones que organizó el Primavera Sound en Barcelona, y entonces resultó muy extraño encontrarme a la gente sentada, distanciada y con mascarilla. Pero, por otro lado, fue un momento muy emocionante, noté que la gente lo recibía de otra manera, porque igual que yo no había tocado en más de medio año, ellos tampoco habían ido a un concierto, era algo especial, casi como algo nuevo, para todos nosotros.

Previamente al parón forzado de 2020 yo venía de mi gira Un hombre rubio, en la que acababa todas las actuaciones bailando un vals con alguien del público, y me alegré de haberlo hecho cien veces antes, de haber bailado con toda España y parte de Latinoamérica… En los conciertos de este verano eso no va a ser posible, pero voy a tocar la canción que acabo de estrenar, Ese chico, que he compuesto para Maricón perdido, la serie creada por Bob Pop. Serán directos diferentes. Algunos en entornos naturales, como los Atardeceres Larios en El Balneario de Málaga, una oportunidad de vivir un momento único en un lugar mediterráneo precioso, para estar bien acompañado disfrutando de un gin-tonic de Larios 12. Después de haber pasado un año metidos en nuestras casas en las ciudades nos merecemos planes únicos como este, con el mar de fondo.