Ouineta, coreógrafa y música: “Por desgracia hay que seguir defendiendo el derecho a amar a quien se quiera”

El día de la entrevista, Marta Ros (Barcelona, 29 años) no puede evitar “venirse arriba”. Tras años como coreógrafa, por fin puede volcarse por completo en Ouineta, su alter ego musical: una popstar performativa, irónica y libre que ha convertido su gira en la mejor pista de baile. “Ouineta es el hada de la verdad, una explosión de creatividad”, resume. Su propuesta nace de una búsqueda artística que empezó en el patio del colegio, imitando a María Isabel o Shakira. Hoy, aquella niña que se avergonzaba al cantar ha hecho del escenario su lugar seguro: “Ouineta es el personaje que me permite cumplir los sueños que tenía de pequeña”.

Ha sido coreógrafa de Rigoberta Bandini, Úrsula Corberó o Amaia. ¿Quién le ha sorprendido más?

Es una pregunta comprometida, pero Amaia sorprende siempre. Es increíble trabajar con ella. Es rápida, especial, talentosa en muchos sentidos. No me canso de escuchar su voz. Me siento muy orgullosa de lo que hemos hecho en su gira actual.

Tras dar saltos y hacer piruetas en tacones durante más de una hora de concierto, ¿qué parte del cuerpo duele más?

El cuello, sin duda. Hay un paso de dar cabezazos que hago con las bailarinas que nos provoca dolor de cervicales el día después del bolo. El Fisiocrem es imprescindible. Que me patrocine ya.

¿Qué es imprescindible para un Ouineta summer?

Colores flúor, crema solar, música, fiesta y mucho romance. El amor es muy importante en el Ouineta summer y en mi vida. Parece infantil, pero creo en el amor no solo a una pareja, sino también a la familia, la profesión… A mí me mueven el amor y la pasión.

Hizo célebre el hashtag #policiadelamoda en su canción Bikini Kill. ¿A qué famoso detendría por su estilismo?

Igual es problemático, pero creo que a María Eizaguirre [directora de comunicación de RTVE]. Es muy fuerte ese bolso que lleva siempre con la bandera. Aunque tengo que decir que, en la moda, lo que es cutre y feo también me encanta.

Despierta fascinación su relación con la cantante Mushkaa (Irma Farelo, hermana de Bad Gyal). ¿Siente presión por ser la cuñada de la reina del perreo?

(Ríe) Para nada. Me genera mucho orgullo. Amo a Mushkaa y estoy muy feliz. He fantaseado alguna vez con hacer una colaboración con ella, pero no sé si pasará. Las admiro mucho a las dos.

¿Siente que a las parejas queer se les permite amar libremente o hay que seguir defendiendo el derecho?

Por desgracia hay que seguir defendiendo el derecho a amar a quien se quiera. Es muy cansino ver cómo se avanza y retrocede a la vez. Cuando estás en tu burbuja no te das cuenta de que mucha gente tiene problemas. Hace falta mucho trabajo todavía.