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Rigoberta Bandini y su tema ‘In Spain We Call It Soledad’: cómo la cantante española se ha colado en los temas más virales de Spotify

Hablamos con Paula Ribó, una artista multidisplinar que triunfa gracias a la música que crea e interpreta su personaje Rigoberta Bandini, con el que se ha convertido en una de las revelaciones artísticas del año.

Rigoberta Bandini.
Rigoberta Bandini.Alba Obradors

Rigoberta Bandini no existe. Es una invención de la artista multidisciplinar Paula Ribó (Barcelona, 1990) para poner un poco de luz en estos tiempos. Con cuatro temas publicados en 2020 y videoclips grabados con el móvil, ha llegado a las primeras posiciones de la lista de los virales de Spotify.

Esta creadora catalana de 30 años lleva cantando desde los seis, componiendo desde los siete, es la voz de personajes como Chihiro o Caillou en español, ha publicado una novela de autoficción llamada Vértigo (Círculo Barcelona), estrenado sus piezas teatrales como directora, dramaturga y actriz en el Festival Temporada Alta de Girona o el Teatre Lliure, entre otros lugares, y encuentra inspiración para escribir poesía hasta en el concepto de una transferencia bancaria. Pero ha sido la música que crea e interpreta su personaje Rigoberta Bandini la que la ha convertido en una de las revelaciones artísticas del año. Sus letras irónicas, poéticas y reflexivas, algunas surgidas durante el confinamiento, son un canto a la celebración de la vida con un baño de música electrónica. “Me gusta que la música haga llorar y bailar a la vez”, explica en su perfil de Instagram. Y, aunque todavía no haya podido dar ningún concierto en directo, lo hará el día 25 de octubre en los Jardins de La Sedeta en Barcelona junto a Brigitte Laverne e Hidrogenesse y las entradas ya están agotadas.

Ribó descuelga el teléfono a las nueve de la mañana y reconoce que ya lleva mucho día vivido. Como ella afirma: “Lo bueno de despertarte a las siete con tu hijo es que a las nueve ya estás duchada, vestida y ready para cantar coplas”.

En su biografía dice que empezó a cantar en 1996 con seis años. ¿Es cierto?

Sí, una profesora del colegio hizo un casting para un festival de composición infantil muy famoso en Italia llamado lo Zecchino d’Oro. Me eligieron y estuve allí dos meses con mi madre. Fue mi primera experiencia en un escenario y en televisión. Así comencé a ver el material de que estaba hecha esta profesión. Luego tuve que volver al cole y fue un bajón…

Pero al año siguiente, con siete, comenzó a hacer doblaje. ¿Lo pidió usted o fue cosa de sus padres?

¡Fui yo! Esa misma profesora escogió a un grupo de chicas para hacer doblaje y mi hermana fue una de ellas. Empezó a doblar a Spinelli de La banda del patio. Grababa todos los viernes porque era una serie con muchos capítulos, bastante esclava y yo iba con mi madre a verla. Merendábamos fuera de la sala y el plan era esperarla. A mí me flipaba y a todos los directores que pasaban por mi lado yo les insistía, muy pesada: “¡Hazme una prueba! ¡Hazme una prueba!”. Por fin me hicieron una prueba y me cogieron para hacer de Caillou en Televisión Española. Estuve tres años, la directora me apretaba el hombro cuando tenía que decir la frase y era como una actividad extraescolar muy guay que me ayudó a agilizar la lectura. De ahí pasé a hacer películas de Disney y hasta hoy.

¿Con qué personaje al que le haya puesto voz la gente alucina más?

Con Chihiro a la gente se le va la olla porque a quien le gusta El viaje de Chihiro es muy fan.

Compone desde los nueve años. ¿De qué trataba su primera canción?.

Mi madre es profesora de música, me enseñó cuatro acordes y cuando me los aprendí, en vez de probar a ver si podía tocar Stand by me, me salió inventarme canciones. La primera iba del sol, las estrellas y era optimista como una taza de Mr. Wonderful. En ese momento escuchaba mucho La Oreja de Van Gogh así que me salió un tema muy orejovangoniano.

Escribe teatro, poesía, actúa, hace collages, doblaje, canta y compone. Cuando se tocan tantos palos, ¿es más difícil enfocarse en algo?

Sí. Desde pequeña me cuesta estar concentrada en algo mucho rato. Pero el hecho de haber podido ir pasando de una cosa a otra en la vida me ha salvado. Una creación alimenta a la otra y, cuando me bloqueo, cambio de materia. Ahora, con Rigoberta Bandini la poesía, el teatro y la música se unen y creo que durante un tiempo no necesitaré nada más.

¿Rigoberta Bandini es un personaje?

Es una cara de Paula Ribó que estoy descubriendo. El primer directo es dentro de una semana y ahí descubriré mucho más. Lo que sé es que necesito elementos externos para convertirme en ella. Rigoberta tiene una parte clásica con un elemento friki que desconcierta. Por ejemplo, en la foto de esta entrevista es el gorro marroquí. Mientras me retrataban me he dado cuenta de que Rigoberta es más personaje de lo que pensaba y, a la vez, es una parte de mí porque soy muy friki de muchas cosas.

¿Por ejemplo?

He estado leyendo sobre las divinidades que viven en nosotros y Rigoberta es la Emperatriz, un arcano mayor que mezcla juventud y madurez, pero también es bastante Deméter, la diosa maternal. Es curioso pero tengo un sentimiento de maternidad hacia mi público. No por el hecho de querer protegerlo sino iluminarlo.

En su libro Vértigo (Círculo Barcelona) escribe una carta a su bilis donde dice, casi a modo de profecía por lo que está sucediendo con su música: “Seré de esas materias deslumbrantes como tú. Iluminaré habitaciones enteras”.

Mi objetivo final es iluminar desde la ironía, la diversión, el sentimiento de unión y la celebración de la vida pese a todo lo que nos pueda pasar. Hablar de nuestras debilidades, contradicciones, del poco control que tenemos sobre nuestro destino, de lo pequeño que nos hace sentir grande. A ver, es que estar vivo es una experiencia muy fuerte. Yo he gestado un feto que se ha convertido en mi hijo y ahora le quiero. Es todo muy loco. Así que unámonos en esta locura de vivir a través de la música.

 El vídeo de Too Many Drugs lo grabó en casa confinada y embarazada. ¿Tuvo a su hijo durante el confinamiento?
Lo tuve justo cuando podíamos salir un poco. Al inicio del confinamiento tuve un poco de crisis y paranoia por traer un hijo al mundo en estos momentos, pero después cambié el chip. La meditación me ayudó muchísimo. Al ver esas imágenes de las playas tan limpias, sin contaminación y con peces tan bonitos pensé que tenía que agarrarme a las cosas preciosas que le estaban pasando a la naturaleza porque era lo único bueno que el mundo nos estaba ofreciendo. Así fue como mi pareja y yo conseguimos darle la vuelta, empezar a disfrutar y dejamos de sentirnos culpables por solo ver series, comer y no hacer nada más.

Bueno, compuso un tema, grabó un vídeo….
Sí, es que hacía mucho que no componía y Fiesta me salió una tarde en el confinamiento como un vómito. Luego pensé en hacer el vídeo casero.

Y a las semanas, su otro tema In Spain We Call It Soledad aparece en los primeros puestos de la lista de los 50 virales de Spotify. ¿Esperaba esta repercusión?

No. Tenía muchas ganas de que mi música llegara a la máxima gente posible porque es lo más satisfactorio. Pero pensé que sería más lento o llegaría a un alcance más controlado. In Spain está en el cuarto puesto de esa lista porque hace unos días, C. Tangana subió una ‘playlist’ de canciones a las que sonarían su nuevo disco y la eligió. Como llegue al número uno me muero.

También ha sonado su tema Too Many Drugs en el sexto episodio de la serie Veneno.

Sí. Me siento súper orgullosa de que mi canción esté en un proyecto de ficción tan potente como Veneno. Además de todo lo que significa para este colectivo de mujeres a nivel social, en lo artístico me parece una serie increíble. Cuando me llamó Javier Calvo y me dijo que le gustaba mucho mi música y que le había encajado en una secuencia, flipé.

 El año pasado, en la presentación de su libro se dejó tatuar por los asistentes.

Sí. Alquilamos una habitación en el hotel Pulitzer de Barcelona y creamos una instalación sonora para que la gente entrara con auriculares. Al igual que el libro, era un ritual sobre la ruptura, sobre lo que significa dejar huella en la piel de alguien y cómo te sientes al hacerlo. Era una reflexión poética y en un momento del recorrido, cada persona me podía tatuar un punto. Ahora tengo unos cuantos puntos pequeñitos por el cuerpo. Ja, ja, ja. Junto con el libro fue una experiencia muy chula.

En el libro hace un guiño a Lo raro es vivir de Carmen Martín Gaite.

Es que la adoro. Ya solo con ese título…

¿Qué es lo próximo de Rigoberta Bandini?

Una cover de Beethoven que versionó Mocedades. Es tela friki pero ha quedado una canción muy chula y muy épica. También tendrá su videoclip, pero este no será casero como los anteriores. El de In Spain lo hizo Borja Pakrolsky a partir de vídeos grabados con el móvil con cero presupuesto y resultado mil. Para este no es que haya mucho más presupuesto pero ya es en un estudio con un equipo de rodaje, etc.

Si no hubiera sido por la covid-19, ahora estaría estrenando en Nueva York su pieza teatral Richard III and they’ve never heard of love.

Sí. Es una coproducción del Festival Grec con La MaMa Experimental Theatre de Nueva York y el Teatre la Gleva. Y si lo pienso, casi mejor no haber ido porque con Rigoberta y con el bebé hubiera sido un poco salvaje.

En su Instagram ha subido alguna foto con su bebé en el estudio hablando de la conciliación laboral.

Sí. Es que en nuestro caso es compatible la conciliación porque mi pareja también tiene un trabajo súper flexible. Ninguno de los dos vamos a una oficina, no tenemos un horario fijo y eso lo hace todo más fácil. Si yo me dedicara a la música y él trabajara fuera de ocho a seis no sería tan fácil.

El 25 de octubre presenta sus temas en directo y, aunque ha tenido otros grupos anteriores como The Mamzellès o The Kardoshians, ¿cómo se enfrenta al primer concierto de Rigoberta Bandini?

Al principio estaba cagada por la parte técnica porque es difícil llevar la música electrónica al directo para que suene parecida al disco. Mi pareja Esteban es uno de los músicos que tocan conmigo, se está metiendo mucho curro y ahora ya tengo muchas ganas de que llegue el día.

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