Cuando el movimiento es lo más importante: el triunfo de Ying Gao en Samsung Ego
La diseñadora canadiense presenta por primera vez en España sus vestidos tecnológicos que se mueven gracias a un oculto proceso de ingeniería.
Samsung EGO suele ser una fiesta. La emoción de los creadores noveles por haber conseguido ese ansiado hueco en la pasarela viene acompañado de amigos, familiares y hordas de fans que inundan las primeras filas para apoyar a los suyos. Todo ello se traduce en un murmullo constante en la pasarela que no desaparece durante todo el desfile. Por eso lo que ha conseguido Ying Gao en su primer desfile en España ha sido tan llamativo: el silencio absoluto de los asistentes durante todo el desfile ha sido toda una señal de la impresión que ha causado.
La diseñadora canadiense ha presentado ocho vestidos, seis de ellos inmaculadamente blancos y los otros dos grises. Las modelos han aparecido de dos en dos sobre el escenario paseando muy despacio con los vestidos hasta pararse para luego, muy quietas frente a los asistentes, ir rotando entre las ocho y poder mostrar de cerca las creaciones de Ying Gao. Una vez frente a ellos, además de su carácter etéreo y liviano, se podía apreciar su movimiento. Y no un movimiento causado por las telas o la caída de las plumas, sino porque realmente se movían.
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En su interior, escondida, una maraña de cables y una obra de ingeniería que hacía que las flores y los flecos de los trajes se mecieran suave pero incesantemente con un cierto rumor mecánico. Solo en el bajo de uno de los vestidos se han podido ver dos cables, rojo y amarillo, que desvelaban parte de la escondida técnica de Gao, a secas, como la denominan sus asistentes.
Además del blanco y el gris impoluto de sus prendas, la única nota de color de la pasarela (presente también en el resto de desfiles de Samsung EGO, que han tenido lugar hoy inmediatamente después de la gran inauguración de Ying Gao) la han aportado el novedoso complemento Samsung Gear, que han llegado por primera vez a España para situarse en las muñecas de los modelos en sus distintos colores. Este nuevo gadget, que llegará a España próximamente ha encajado con los looks que se han visto en la pasarela al poder combinarse con los distintos colores, tanto en la sobria colección de la canadiense como en las del resto de diseñadores.
Aunque la diseñadora no ha podido estar, sí han acudido a la cita madrileña algunos de sus más estrechos colaboradores, así como el ingeniero que se encarga de la parte técnica. Marie Eve LeCavalier, estudiante de diseño de moda en la Universidad de Québec en la que Ying Gao experimenta e imparte sus clases, es una de sus asistentes. “El movimiento es lo más importante”, recalca sentada junto a tres de los diseños de Gao en incesante movimiento que se exponen en el stand de Samsung, firma que ha traído los diseños de la canadiente (y a su equipo) por primera vez a España. “Investigamos en cómo integrar la tecnología con las prendas, la microtecnología con luces, sonidos, voces… Incluso estamos probando que los vestidos interactúen con sensores de aire o de proximidad”, relata. Que los diseños de Gao sean ponibles no es una prioridad para su taller. Para lucir algunas de sus prendas es mejor optar por los complementos “no tan tecnológicos”. De hecho, en su página web se distingue entre ‘Proyectos Interactivos’ y ‘Proyectos y Collecciones’, los que se supone que sí pueden llevarse, como bolsos de vidrio o camisas de organza.
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De hecho, para el equipo de Ying Gao, la elección del tejido es casi tan importante como la prenda en sí. No se trata de telas rudas que escondan máquinas debajo, sino de “una organza muy específica que es el tejido más ligero del mundo”, o de “una plata dorada que tiende a oxidarse”. Son tejidos bellos y livianos aunque, como efectivamente la propia LeCavalier afirma con su mejor sonrisa, “no demasiado ponibles”.”Nosotros tratamos de investigar con la ingeniería, con los tejidos de la prenda. Lo nuestro es arte”, explica la integrante de la cuadrilla de Gao, que no ha podido asistir al desfile al tener que organizar a las maniquíes en el backstage. Sin embargo, al explicarle que el desfile ha causado silencios y ha provocado más de una mirada muy abierta afirma feliz: “Si podemos crear una emoción, es que estamos creando arte”.
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