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No sin mujeres

En la celebración del día de la mujer nos preguntamos: ¿por qué los cambios revolucionarios respecto a la integración de las féminas en la sociedad solo se dan en los mundos fantásticos?

No sin mujeres
Begoña Gómez Urzaiz y Ana Fernández Abad

Qué tienen en común los 17 miembros de la junta directiva de la nueva red social Ello; los 25 economistas más influyentes del mundo, según la firma de análisis de datos Appnalytics; los autores de los 50 mejores discos de 2014, a decir de la revista XFM; todos los directivos de The Washington Post que salen en su mancheta; los 10 CEOs mejor pagados de Estados Unidos y los 20 gestores de hedge funds (fondos de protección) más lucrativos? Todos son hombres, del primero al último.

De vez en cuando, una de estas situaciones reales de androtopía –el género de la ciencia ficción que imagina mundos sin mujeres– se vuelve tan llamativo que los medios se hacen eco. Sucedió recientemente con el Gobierno griego de Alexis Tsipras y, hace menos de un año, cuando Mariano Rajoy volvió a reunirse en Moncloa con los presidentes de las principales empresas del IBEX 35. Pero más allá de esas fotos, cada día se convocan miles de actos, reuniones, conferencias, juntas, tribunales de oposición, debates y festivales de todos los ámbitos en los que no participa ni una sola mujer.

La Asociación Clásicas y Modernas, que trabaja para la igualdad de género en la cultura, llama a la rebelión este mes de marzo, coincidiendo con el Día de la Mujer, y propone que los hombres a los que sí se invita a estos actos se nieguen a tomar parte a menos que haya una fémina. Para eso han hecho circular un manifiesto titulado No sin mujeres en el que les exhortan a «usar el privilegio que el sistema les concede». Según la presidenta de la asociación, Laura Freixas, «las mujeres muchas veces son invisibles, pero además su invisibilidad es también un problema invisible. No están y nadie se plantea por qué no están». Entre los cerca de 1.200 firmantes del documento están los escritores Eduardo Mendicutti y Fernando Marías, el cineasta Montxo Armendáriz y académicos, como el profesor de Derecho del Trabajo Xavier Solà o el teólogo Juan José Tamayo.

ECB / Banco Central Europeo.

Los representantes del Banco Central Europeo.

«Llevábamos maquinándolo desde noviembre pero el empujón de Grecia nos vino bien», ironiza la redactora del manifiesto, la profesora María Martín Barranco. Sin embargo, «lo de Grecia» también resucitó otro fantasma: el que retrata a la feminista como una aguafiestas, asegura Freixas. En muchos ámbitos de la izquierda no se entendió que se rebajase el entusiasmo por la victoria de Syriza por una nimiedad como ésa, un Gobierno 100% masculino. «Volvimos a la narrativa de ‘ya están aquí estas pesadas’. Cuando en realidad la presencia de mujeres en un gabinete no es un acto cosmético. La desigualdad económica y social también es de género».

Una de las funciones que hacen en la asociación es estrictamente estadística. Se dedican a contar cuántas mujeres participan en las actividades de todo tipo de museos, asociaciones y hasta en suplementos culturales de la prensa española, a la manera del colectivo estadounidense VIDA, cuyos gráficos siempre causan estupor. Con los números en la mano, se suelen dirigir a estos lugares. «Muchas veces, los representantes echan balones fuera», explica Freixa. «Siempre se dice que no se llama a las mujeres porque están menos dispuestas a ir a sitios. Que alegan problemas familiares o falta de seguridad, pero es el entorno el que las ha insegurizado».

La periodista sueca Lina Thomsgard, columnista del tabloide Aftonbladet, tuvo una revelación similar hace cinco años, cuando se cansó de escuchar en el ambiente nocturno de Estocolmo que no llamaban a mujeres djs «porque no las hay». Lo comentó en su perfil de Facebook, se fue a hacer una taza de té y cuando volvió vio que «la lista de djs que no eran tíos se había extendido como la pólvora». En tres días tenía más de 100 nombres, que presentó a los promotores de clubes de la ciudad. Así nació su asociación, Equalisters. En su manifiesto aseguran que se trata de «una aproximación positiva hacia la igualdad».

«Tratamos de reclutar mujeres, pero no es culpa nuestra si el mercado del talento está formado por hombres». La periodista Lydia DePillis, de The Wathington Post, se ha cansado de oír este comentario en los tres años que lleva compilando el tumblr Boys Clubs. Allí recoge todo tipo de instituciones 100% masculinas. Y, aunque se limita a listarlas, sin añadir comentarios, el efecto es devastador y oblicuamente cómico, sobre todo cuando se ven fotos tan reveladoras como la de los siete editores de revistas más influyentes, sin Anna Wintour, la del consejo del Banco Central Europeo –22 hombres blancos de mediana edad– o la de centenares de hombres saudíes discutiendo «el papel de la mujer en la sociedad».

DePillis asegura que su intención era «generar vergüenza», pero le apenaría que una empresa «colocase a una señora en su escalafón simplemente para evitar salir en un tumblr». Su labor de escarnio internetero está cundiendo. La semana pasada, al bloguero Josh Dalton, de la web musical Crack in the Road, se le ocurrió modificar el cartel de este año del festival indie de Reading/Leeds, quitando todas las bandas formadas sólo por hombres. El resultado era un erial, con apenas unos nombres en letra chiquita.

A-Force reúne a un grupo de mujeres de las distintas colecciones de Marvel. Estará a la venta en España a partir de septiembre.

TM & © 2015 MARVEL

Pero no todos los ámbitos excluyen a la mujer y especialmente el de la ficción parece dispuesto a rendirle homenaje. «2015 es el año de las mujeres en el cómic. De verdad». Este tuit publicado el pasado 18 de febrero lo escribió en su cuenta G. Willow Wilson, una de las guionistas estrella de Marvel. Escritora de cómics y musulmana. El año pasado revolucionó ese mundo con su Ms. Marvel, Kamala Khan, una superheronía adolescente criada en una conservadora familia de origen paquistaní en Nueva Jersey. Panini comenzará a publicar la colección en España en junio, justo un mes después del lanzamiento en Estados Unidos de A-Force, un nuevo grupo formado por féminas de distintas colecciones de la editorial, desde Los Vengadores a la Patrulla-X, pasando por Alpha Flight o Los Inhumanos. El nacimiento de ese equipo –que llegará a nuestro país en septiembre bajo el nombre de Fuerza-V– es el evento del año para la compañía y coincide en el tiempo con la última vuelta de tuerca a la colección de mutantes X-Men, que durante los últimos meses se ha centrado en las aventuras de un conjunto integrado exclusivamente por chicas. «Refleja un cambio de mentalidad y debe servir para reivindicar la presencia de la mujer en todos los ámbitos.

El mito machista de la damisela en peligro ha pasado a la historia», explica Julián M. Clemente, editor de Marvel en España. «Creo que estas narraciones rompen estereotipos y abren mentes. El arte influye en la vida. La diversidad es algo que no solo crea mejor arte, sino que da lugar a una sociedad mejor», explica Marguerite K. Bennet, coguionista de A-Force. Esta escritora estadounidense (autora también de la serie Ángela, la asesina de Asgard, la colección que se anticipó a la reciente conversión de Thor en mujer, en una revisión feminista –y efectista– de la mitología nórdica) asegura que «la marginalización de la mujer en este sector debe terminar, aunque cueste». Para Clemente, la actual revolución obedece a que «hay más lectoras de cómics, y eso los hace más abiertos que cuando se trataba de un producto orientado al lector masculino, lo que se reflejaba especialmente en el tratamiento gráfico de ellas, que no en pocas ocasiones daba vergüenza ajena».

Por su parte, Katie Kubert, editora de Marvel en Nueva York, considera que «decir que el feminismo existe en los cómics es subestimarlos, porque tanto en las páginas como en el proceso creativo es realmente una fuerza motriz. El poder de los personajes y de sus creadoras ha crecido exponencialmente a lo largo de la última década».

Así, el giro hacia lo femenino se manifiesta en todos sus frentes: en televisión, Agent Carter, que se estrenó el 6 de enero en EE UU, tiene a Peggy Carter como protagonista, una heroína en plena Guerra Fría; cada vez hay más títulos con una mujer como protagonista (acaban de publicarse Seda y Spider-Gwen, ambas salidas de Spiderman) y varias trabajadoras de la empresa han creado un podcast, Women Of Marvel (thewomenofmarvelcomics.tumblr.com), para comentar las novedades relacionadas con las superheroínas. Todo un alarde de ficción para superar la realidad.

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