Locura por Carhartt: cómo una marca de ropa de trabajo acabó convertida en símbolo generacional
Nacida hace más de un siglo para abastecer a trabajadores ferroviarios y obreros, gana adeptos con sus prendas de formas rectas, anchas y tejidos de lona ultraresistentes que garantizan la atemporalidad y la durabilidad, prioridades millennial a la hora de comprar ropa.
La última celebrity avistada con una prenda Carhartt ha sido Kaia Gerber. Paseando por Nueva York de incógnito, escondida tras una gorra azul de los New York Yankees, gafas de sol y unos leggings, el protagonismo de su ecléctico estilismo se lo llevaba la chaqueta negra de la casa estadounidense. Enmarcada dentro de la tendencia que a principio de año conocíamos como gorpcore, que rescata la ropa técnica pensada para actividades de montaña y exteriores para pasear por la urbe café en mano, la marca que naciera en Michigan en 1889 para abastecer a trabajadores ferroviarios y obreros triunfa con sus prendas. Formas rectas y anchas presentes en el streetwear y tejidos ultrarresistentes, como su mítica lona, que aseguran la atemporalidad y la durabilidad de las piezas, dando en la diana de las nuevas prioridades milénicas a la hora de comprar ropa.
Las beanies son su producto estrella. Originales de 1987 y existentes en todos los colores y formas imaginables por un precio que ronda entre los 12 euros y los 40, están por todas partes. El modelo Watch Hat en color negro para hombre ha sido uno de los dos productos más vendidos en Amazon Fashion el pasado Cyber Monday, según recoge Business Insider. Vistos hasta la saciedad por la calle y durante las diferentes Fashion Week, estos gorritos de punto cuentan con etiqueta propia en Instagram (#carharttbeanie), que acumula más de 14.000 resultados de variopintos usuarios llevándolas.
Como señalaba en 2018 Marian Park, de la agencia predictora de tendencias WGSN a The Strategist, las beanies de Carhartt «son un básico millennial», augurando con atino que la explosión estaba aún por alcanzar popularidad masiva a lo largo de este 2019. Aunque el estallido mediático en el mainstream del accesorio llegó de la mano de Rihanna. Se atribuye a la de Barbados el mérito de haber popularizado estos gorros fuera del mundo del skate y del hip hop, donde se convirtió en accesorio de poder simbólico durante los 90 permitiendo a los chicos más jóvenes o más humildes identificarse con la tribu a base de logo por un precio mucho más bajo en comparación a otras prendas de la marca. Rihanna la introdujo en el imaginario común al ser cazada por los fotógrafos con una llamativa beanie en verde neón en 2012.
Carhartt WIP es la segunda marca de Carhartt, que desarrolló en Europa el suizo Edwin Faeh, acercándola más a las necesidades de los skaters pero sin perder sus patrones y sus estándares de calidad, se había reinstalado en Estados Unidos como firma de moda conviviendo con la marca original de 1889 que hoy día está especializada en exclusiva en la ropa para trabajadores y viste sobre todo a albañiles y granjeros. Esta identificación de la marca original con los blue-collars estadounidenses (la clase obrera) ha sido aprovechada como estrategia por políticos como Sarah Palin y Barack Obama, que vistieron prendas Carhartt durante sus campañas en Alaska.
Otro hito de la cultura pop que ha contribuido con fuerza a acercar Carhartt WIP al público femenino ha sido la serie Love (Netflix). En ella, su protagonista Mickey Dobbs, interpretada por Gillian Jacobs, despertaba la admiración de las espectadoras gracias a un armario a base de camisetas vintage compradas en tiendas de segunda mano de Echo Park, Silver Lake y Highland Park (Los Ángeles) y el mítico peto Carhartt en color camel que forma parte del propio armario de la actriz y que ayudó a encumbrar el estilo del personaje al que la figurinista de la serie, Jennifer Eve, definió en Fashionista como el de «una Alexa Chung con resaca».
La última cifra disponible sobre las ganancias de Carhartt la aporta Forbes de manera aproximada: unos 630 millones de dólares en beneficios habría obtenido la marca de Michigan en 2014. Pero los datos que daba su director de marca, Tony Ambroza y que recoge The Detroit News confirman el estallido de éxito de la marca en los últimos años: «Dijo que la compañía creció un 20% en 2018, que el tráfico en sus 29 tiendas minoristas en Estados Unidos y online aumentó en casi un 30%. Las búsquedas e impresiones de Google aumentaron un 92% y la cantidad de personas que hablaron de Carhartt en las plataformas de redes sociales explotó, aumentando más del 200%».
Un éxito que confirma su plaza en el sector de moda urbana con Carhartt WIP (Work In Progress) y que, en última instancia, se materializaba el pasado 6 de diciembre con la inauguración en Los Ángeles de una nueva tienda exclusiva para la que la firma, siguiendo los códigos del mercado streetwear, ha hecho una colaboración con BornxRaised cuya campaña protagoniza Aleali May, consultora de moda, bloguera que ha vestido a artistas como Wiz Khalifa y Kendrick Lamar.
En territorio europeo, Carhartt WIP lleva asentada más tiempo. Solo en España, la marca cuenta con 12 tiendas monomarca y hasta 300 puntos de venta multimarca donde hacerse presencialmente con prendas como sus míticas Detroit Jackets, las beanies, petos y tote bags.
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