Descifrando a Lagerfeld después de muerto: los misterios de un personaje novelesco y complicado
Las incógnitas envuelven la figura del diseñador alemán, que alimenta ahora películas, series y una exposición que tratará de ensalzar su minimizado lado artístico.
Karl Lagerfeld sigue dando, después de muerto, tantos titulares como daba en vida. Cuatro años después de su fallecimiento, buena parte de sus objetos personales han sido subastados por una cifra millonaria, su corte sigue peleándose por una herencia aún sin resolver, su obra será el centro de la próxima gran exposición del Met en Nueva York y su vida es pasto de series y películas. Las incógnitas sobre la vida del diseñador alemán que reflotó Chanel tras la muerte de su fundadora siguen tan presentes como entonces. La diferencia es que ahora muchos han perdido el miedo a hablar del ‘Káiser’ de la moda, al frente de Chanel durante treinta años y director creativo de Fendi y su propia marca homónima.
“Tenía un pie en Chanel y un pie en LVMH, controlaba absolutamente el mundo de la moda. Así que sí, era muy difícil hablar de él y en el momento en que murió fue mucho más fácil”, confiesa la periodista de “Le Monde” Raphaëlle Bacqué, autora de la biografía Kaiser Karl y cocreadora de la serie que prepara Disney+ con el mismo título. Bacqué, acostumbrada a investigar las esferas de poder en Francia, se acercó a Lagerfeld para una serie de reportajes sobre el creador en el que hablaba de su familia y sus orígenes, tan callados y modelados por el diseñador. Al alemán, por supuesto, aquello no le hizo mucha gracia, pero a Bacqué la motivó a seguir rascando.
Por casualidades, Lagerfeld se murió antes de que la periodista publicara su libro y entonces el teléfono empezó a sonar. “Había localizado a testigos que no habían querido hablar. Pero en ese momento volvieron a llamarme: ¿Podemos vernos? Ahora sí quiero hablar”. Bacqué no confiesa quiénes estuvieron tras esa llamada, pero su libro menciona entre otras a la modelo Inès de la Fressange, que retrató a un hombre implacable incluso con sus amigos, o Gilles Dufour, ex director de estudio de Chanel.
El rodaje de la serie Kaiser Karl, que empezó esta semana entre Francia, Mónaco e Italia, cuenta con el actor hispanoalemán Daniel Brühl (Goodbye Lenin, Malditos bastardos) para el papel principal y con un casting muy europeo para revivir la esfera del diseñador y la moda parisina en los años 70, antes de que Lagerfeld se convirtiera en un icono. Arnaud Valois se meterá en la piel de Yves Saint-Laurent, Théodore Pellerin será el “venenoso” dandy Jacques de Bascher, Agnès Jaoui interpretará a la creadora de la firma Chloé, Gaby Aghion, y la ‘it girl’ francesa por excelencia, Jeanne Damas, se meterá en la piel de Paloma Picasso. Ella representa bien lo que fue la competencia entre Saint Laurent y Lagerfeld: para no tener que elegir, uno le hizo el traje de novia de día y otro el de noche.
“Queríamos hacer una serie europea, que refleje lo que era Lagerfeld: un gran europeo. Un personaje novelesco, complicado y mentiroso”, dice Bacqué, que insiste en que la moda es sólo el decorado de esta serie, que hablará del poder y de una época singular para la sociedad. En aquellos años 70, Lagerfeld comienza a crear su personaje saliendo de algunas de las mentiras que había lanzado al llegar a Francia después de la Segunda Guerra Mundial, cuando contaba incluso que era sueco. “Empezó ya a decir quién era y de dónde venía. Vivía en París con su madre, Elisabeth, un personaje importante en esta historia, y empieza a tener un gran éxito comercial”.
Había una guerra encarnizada entre él y Saint Laurent, reconocido internacionalmente como un gran creador. Lagerfeld no tenía el mismo prestigio. Los seis episodios de la primera temporada, que se lanzará en 2024, acaban precisamente cuando empieza el éxito y el disfraz que le acompañó el resto de su vida: el nombramiento de Chanel en 1982. Algo más mitómano parece el proyecto que prepara Jared Leto sobre Lagerfeld. Un ‘biopic’, aún sin fecha de estreno, que el propio actor ha producido y que presentó tratando de legitimarse por haber conocido y tratado al diseñador. “Un día, interpretaré su papel en una película”, le dijo Leto, según contó en una entrevista a Women’s Wear Daily. “Sólo tú, querido, sólo tú”, le habría respondido el ‘Káiser’.
Lagerfeld ha dejado una huella en la industria que tiene más que ver con los negocios que con el arte: un encarnizado funcionamiento de múltiples colecciones anuales, más allá de la temporada de invierno y la de verano; y un sistema basado en el reinado de los directores artístico. Él estuvo detrás de muchas de las súper modelos de los años 90 y de los grandes espectáculos en que se convirtieron los desfiles de moda. Era, para Bacqué, un hombre de negocios más que un artista poeta.
Una visión que el Costume Institute del Museo Metropolitano de Arte combatirá en la exposición Karl Lagerfeld: A line of Beauty, que examinará el trabajo del alemán centrándose en su “vocabulario estilístico” desde los años 1950 hasta su última colección en 2019, poniendo el foco en los bocetos que dibujaba a mano alzada en cuestión de segundos. Productivo sí, pero altamente creativo y con un trasfondo que merece ser analizado, según el comisario de la muestra, Andrew Bolton. En septiembre, Bolton estuvo en París avanzando el contenido de la exposición junto a la mandamás de Vogue USA Anna Wintour y el cantante Pharrel Williams, recientemente nombrado director creativo de la línea masculina de Louis Vuitton.
La exposición parece salir del ala de Lagerfeld, pues la presentación a puerta cerrada se hizo en el estudio parisino del diseñador,claramente inscrita en la voluntad de marcas y creadores de legitimarse dentro del arte, sin tener en cuenta si el trabajo ha sido más o menos comercial. Tanto es así que Bolton no quiso referirse a la muestra como retrospectiva sino como un “ensayo” sobre un aspecto concreto de Lagerfeld, “el código secreto” que representaban sus líneas.
“Hacía dibujos de todo. Él decía que empezó a dibujar antes de poder hablar o andar. Era su principal forma de comunicación, ya fuera por fax o iPhone”, dijo Bolton en la presentación, destacando que la exposición será la forma de ver la evolución de esos dibujos desde el papel hasta prendas en tres dimensiones.
Patrocinada por Chanel y Fendi, la exhibición recogerá 150 piezas de Lagerfeld, desde su trabajo para Balmain, Patou, hasta Chloé, Fendi, Chanel y la marca homónima del alemán. Bolton defendió entonces que el proceso creativo de Lagerfeldno ha sido suficientemente ensalzado, de ahí que traten de descifrar el “lenguaje secreto” que hablaban las minimalistas líneas que el creativo usaba en las ilustraciones que transmitía a sus jefes de taller. El homenaje al diseñador será además el tema de la tradicional gala MET, el 1 de mayo, en la que veremos a celebridades y creadores reinterpretar el universo de Lagerfeld.
Teniendo en cuenta que gran parte de su trabajo consintió en reinterpretar los códigos de las casas de moda que dirigía para seguir conectando con nuevos públicos (y seguir vendiendo), la excusa de la línea parece la única forma de crear un hilo continuo en la carrera artística de Lagerfeld. Sobre él, Wintour dijo: “Es paradójico que se haya convertido en una figura mundialmente conocido manteniendo una estricta privacidad en su vida”. Una forma de vida que explica el misterio que periodistas, productores e historiadores de la moda intentan ahora desentrañar.
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