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Por qué China es tan importante para Chanel (y viceversa)

La casa francesa acaba de celebrar su último desfile Métiers d’Art en Hangzhou, un desfile en el que el imaginario y la artesanía orientales dialogaba con los codigos centenarios de la casa

Chanel
Cortesía

En 1910, Boy Capel le mostró a Chanel los paneles de coromandel chinos, algo que marcó un antes y un después en su biografía. Aquellos biombos con paisajes orientales se convirtieron en uno de los principales motivos decorativos de sus distintas residencias y, de entre ellos, destaca el panel que reproduce el West Lake de Hangzhou, un lugar mágico que ha inspirado a intelectuales chinos desde hace siglos y que es desde 2011 patrimonio de la Unesco.

El carrusel final del desfile de Chanel.
El carrusel final del desfile de Chanel.

Ese lago en mitad del bosque con pequeñas pagodas en su interior dejaba la pasada semana de ser solo el objeto decorativo que hacía imaginar otros mundos a Coco para convertirse en realidad: allí se celebró la pasada semana el último desfile de Métiers d’art de Chanel, la pasarela itinerante que lanzó Karl Lagerfeld en 2002 (adelantándose a la tendencia de los desfiles prefall y crucero) y cuyo fin es resaltar tanto la artesanía de la zona en la que tienen lugar como el ingente saber hacer de los talleres artesanos que trabajan para la maison, desde 2022 reunidos en el edificio parisino 19M.

CHANEL Métiers d’art 2024/25
CORTESÍA DE CHANEL

Como ya suele ser habitual en la casa, el espíritu del desfile se anticipaba a través de un cortometraje que, en esta ocasión, dirigía nada menos que Wim Wenders (presente en el desfile) y protagonizaba una de las embajadoras de la firma, Tilda Swinton, un vídeo con cortes de cine negro que hablaba implícitamente del diálogo cultural entre Occidente y Oriente.

Sobre una imponente pasarela negra y con la caída del sol en el West Lake, un total de 65 modelos lucieron diseños que hablaban precisamente de esa conexión entre imaginarios: abrigos de tweed o terciopelo bordados con pequeñas flores, vestidos fluidos de seda, cuellos Mao bordados, conjuntos de dos piezas plisados, mangas pagoda, monos de punto con el coromandel tejido (no estampado), flores de loto convertidas en fornituras y, por supuesto, camelias. “Hay una sensación en el ambiente increíble. Ella (Coco) nunca viajó aquí, pero es como si lo hubiera hecho, como si todo lo que pensó cobrara vida”, contaba a esta revista Lupita N’yongo, flamante nueva embajadora de la casa, minutos después del show. “Es mi primera vez, no solo en Hangzhou, en China, y estoy fascinada con esa mezcla de modernidad y respeto a la tradición”, decía.

CHANEL Métiers d’art 2024/25
CORTESÍA DE CHANEL

Chanel, la única firma de lujo que no pasa de moda (porque su revolución fue más social e histórica que meramente estética), la única que tiene un lenguaje (un uniforme) reconocible para cualquiera, es capaz de innovar dentro de esa estructura y hacer evolucionar todos esos elementos (tweed, camelias, combinaciones bicolor, vestidos negros, botones dorados...) hasta convertirlos en absolutamente novedosos. Y lo que quizá sea más importante, condensar en ellos relatos que tiene que ver con la cultura, el arte, la artesanía y la sociedad. El día después del desfile, las centenarias casas artesanas que pertenecen a la firma (más de una decena) exhibían de cerca cómo habían imaginado y creado a mano los encajes, las fornituras, los sombreros o los bordados.

Quizá por eso, porque Chanel es un lenguaje centenario y exclusivo, es capaz de mantenerse casi impertérrito ante los vaivenes del lujo actual. Ha duplicado sus ventas en la última década, rozando los veinte billones de dólares en 2023 y convirtiéndose así en la segunda marca de lujo más importante del mundo. China, la gran preocupación de este mercado, dada su ralentización en el consumo, sigue siendo una de sus fuentes de ingresos principales (además de su proveedor de seda y cashmere). De ahí que la marca esté planteándose abrir más tiendas en la zona (tiene una veintena, pocas comparadas con otras enseñas competidoras) y tanto la pasarela que celebró en Hong Kong hace dos meses como este desfile hayan sido una oportunidad para estrechar lazos con el país: de los casi mil invitados al show, aproximadamente el 90% eran asiáticos, y muchos de ellos clientes fieles. En este sentido, es importante recordar que Chanel, además de duplicar sus precios en los últimos seis años, es la única marca de lujo que no vende online para priorizar la experiencia exclusiva y, sin embargo (o quizá por ello) su deseo de consumo sigue creciendo imparable.

CHANEL Métiers d’art 2024/25
CORTESÍA DE CHANEL

Obviamente, la pregunta por su nuevo director creativo flotaba en el ambiente. Desde que Virginie Viard dejara la marca el pasado junio, ha sido el equipo de diseño (muchos de ellos llevan años en la casa) el que se ha encargado de las colecciones. Lo cierto es que la impronta de Viard sigue presente en Chanel; con ella la casa recuperó ese espíritu funcional y confortable, prendas difíciles de crear, pero fáciles de llevar para cualquier mujer que se las puedas permitir. Este desfile, repleto de matices, es otra muestra más de su legado. Y los anteriores, además, han mostrado que la maison no ha perdido un ápice de su deseabilidad. Sin embargo, la dirección creativa de Chanel es quizá el puesto más deseado de un diseñador. Recientemente, el presidente de la división de moda, Bruno Pavlovsky, afirmaba que la negociación estaba en buenos términos, pero que no buscaban a un diseñador estrella, sino a alguien que supiera trabajar por la marca, y no al revés. A fin de cuentas, Chanel tiene una serie de códigos intocables, un modelo de negocio y una estructura artesanal únicos, por encima de cualquier posición de liderazgo.

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