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Karl Lagerfeld y Pierre Bergé, la historia del “odio más cruel” del mundo de la moda que acabó con la amistad del káiser e Yves Saint Laurent

El mítico diseñador y el empresario detrás de Yves Saint Laurent mantuvieron una enemistad personal que se prolongaría durante décadas. Con motivo del próximo estreno de ‘Becoming Karl Lagerfeld’, la serie de televisión sobre Lagerfeld, que aborda este enfrentamiento, indagamos en los motivos de su odio acérrimo

Karl Lagerfeld y Pierre Bergé
Pierre Bergé y Karl Lagerfeld simulando cortesía en 2001. Coincidieron en el primer desfile de Hedi Slimane para Dior hombre.Stephane Cardinale - Corbis (Sygma via Getty Images)

Fue la icónica editora de moda Suzy Menkes la primera en atreverse a esbozar su antagonismo estableciendo un símil con una de las grandes leyendas –muchas veces desmentida– sobre envidia artística de la historia: “Karl empezó a ser el Salieri en contra del Mozart que era Saint Laurent”. Cambiando la Viena imperial del siglo XVIII por el París de la década de los setenta y la música por la moda, lo cierto es que la historia reciente no se entiende sin el muy documentado antagonismo entre Karl Lagerfeld e Yves Saint Laurent. Dos genios de la moda cuyos caminos se cruzaron siendo casi adolescentes cuando ambos ganaron el primer premio del Secretariado Internacional de la Lana de 1954. Pese a que el káiser defendía que habían mantenido una amistad prolongada en el tiempo, lo cierto es que el éxito fulgurante del argelino en contraposición a los discretos comienzos de Lagerfeld, un amor disputado y dos egos casi tan grandes como su propio trabajo separaron sus trayectorias. Pero hay una persona que jugó un papel clave en que la distancia entre los dos jamás se corrigiera y cuya influencia en la vida de ambos jugará un rol fundamental en Becoming Karl Lagerfeld (Disney+, estreno el 7 de junio), la próxima serie sobre el que fuera director creativo de Chanel. Ese fue Pierre Bergé, conocido durante años como el “pitbull de la moda”.

“El problema de Karl, y ocurre lo mismo con dos estrellas del cine, es el siguiente: una se convierte en Marilyn Monroe y la otra no es nadie. Me gusta mucho Karl, lo conozco desde siempre. Es una persona realmente cultivada e inteligente. Pero su verdadero problema es que nunca ha tenido éxito con su propia marca. Y que nunca ha sido capaz de alcanzar el nivel de éxito por sí mismo que ha alcanzado bajo el nombre de Chanel. Y eso es triste”, confesaba Bergé a la propia Menkes en la edición estadounidense de la revista Vogue en 2015. El que fuera mano derecha de Saint Laurent, cofundador de la firma homónima y compañero sentimental del diseñador durante décadas, nunca fue amigo de la corrección política. De su severidad y dogmatismo pueden dar buena fe los llamados a suceder a Yves como brújulas creativas de su propia firma: tras reducir a Tom Ford a las etiquetas de “fiasco” y “puro marketing”, se despachó con Stefano Pilati calificándolo como “la absoluta nada”.

El problema de Karl, y ocurre lo mismo con dos estrellas del cine, es el siguiente: una se convierte en Marilyn Monroe y la otra no es nadie. Me gusta mucho Karl,pero su verdadero problema es que nunca ha tenido éxito con su propia marca.
Pierre Bergé

Y mentía Bergé cuando decía que le gustaba mucho Karl. La antipatía entre ellos era tal que, según el propio káiser, llegaron a estar 40 años sin dirigirse la palabra. “Tendría que quedarse con sus libros viejos. Él es de otra época. Debería adaptarse a los tiempos, los tiempos no tienen que adaptarse a él. Y si no le gustan, entonces haría bien en callarse y retirarse”, replicó el diseñador en WWD tras las acusaciones vertidas contra él por el empresario. Las comparaciones con Saint Laurent, aka Marilyn Monroe, siempre lo acomplejaron y cuando consiguió por fin triunfar en la industria cargó sin remordimientos contra él: “No me gusta este Yves en particular porque yo conocí a otro, muy divertido y con un gran sentido del humor (…) Pero él solo tenía un deseo en aquel momento… ser rico y famoso”.

Karl Lagerfeld e Yves Saint Laurent
Probablemente aquí empezó todo: cuando Yves Saint Laurent y Karl Lagerfeld coincidieron en los premios del Secretariado Internacional de la Lana de 1954.Keystone-France (Gamma-Keystone via Getty Images)

“Lagerfeld y Bergé empezaron siendo amigos. Compartían el amor de Bergé por los libros, pero su relación se deterioró con el tiempo. Bergé veía a Yves Saint Laurent como un artista y un genio, pero a Lagerfeld no, y logró que se sintiera así. También despreciaba sus raíces alemanas, en contraposición con el gusto francés de Yves. Karl me dijo que sentía que su amistad con Yves había sido destruida por Bergé y probablemente él jugo un papel relevante en su alejamiento. Para Bergé solo había un sitio en la cima de la pirámide y era para Yves”, explica a S Moda Marie Ottavi, periodista y autora de Karl, la celebrada biografía del diseñador publicada en España por la editorial Superflua.

El principal motivo de su enemistad es un triángulo amoroso que Bergé jamás aprobó, con el dandi Jacques de Bascher en el centro del mismo. Este aristócrata parisino mantuvo una relación platónica durante dos décadas con Lagerfeld, libre y sin contacto físico, hasta su muerte por sida en 1989. Eran dos personalidades opuestas: mientras el modisto era un hombre trabajador, puritano y alérgico a las fiestas; el embelesador De Bascher disfrutaba a diario del alcohol, las drogas y las orgías. “Era la persona más divertida y más distinta a mí que he conocido. Salvaje, chic y divertido. Tenía todos los defectos y todas las cualidades. Para mí era divino, pero otros lo encontraban diabólico”, alegó el diseñador.

En esas noches de hedonismo y desenfreno conocería a Saint Laurent, un genio atormentado que también hizo de los excesos su modo de vida para disgusto de Bergé, que rompió su relación sentimental al verse incapaz de ‘encauzar’ al diseñador. La escritora Alicia Drake desveló en su libro The Beautiful Fall que Yves mantuvo un breve romance con Jacques de Bascher, con el conocimiento de un nada posesivo Lagerfeld. Y fue precisamente este quien reconoció que Bergé siempre pensó que él había sido el instigador detrás de la unión de dos almas con tendencia a la autodestrucción: “Yo había tenido una amistad de 20 años con Yves, pero Pierre la destrozó en pedazos. Dijo que yo había urdido la relación entre ellos para desestabilizar la casa Saint Laurent”.

Karl Lagerfeld, Yves Saint Laurent y Pierre Bergé
En 1978, durante la boda de Paloma Picasso y Rafael López-Sánchez en Paris: Karl Lagerfeld, Yves Saint Laurent y, de espaldas, Pierre Bergé.WWD (Penske Media via Getty Images)

“La relación entre ellos fue devastadora porque Yves se enamoró locamente de Jacques y tuvo repercusión en su trabajo”, añade Ottavi, subrayando la extrema vigilancia que ejercía Bergé sobre los excesos de Yves para evitar que el corazón de su imperio textil dejara de latir. “Si su romance se hubiera vuelto serio podría haber perturbado a toda la casa YSL y también a la autoridad de Bergé. Pero su historia fue puramente sexual. Aunque Bergé pensaba que Lagerfeld lo había orquestado todo, verlo como organizador del romance es ir un poco lejos. Solo le divertía ver el caos que causaba”. Sea como fuere, la relación de amistad entre los creativos pereció para siempre cuando De Bascher se sumó a la ecuación.

Este pasional episodio será uno de los centros dramáticos de la serie Becoming Karl Lagerfeld. El actor Daniel Brühl da vida al diseñador de Hamburgo durante sus años de lucha para alcanzar la cima de la alta costura y convertirse en jefe de Chanel, con su relación con Saint Laurent, De Bascher y Bergé como ejes de ese recorrido vital y profesional. Ni siquiera tras el fallecimiento de los dos primeros, Bergé y Lagerfeld ofrecieron una tregua a su largo enfrentamiento. “Que su odio mutuo se hiciera público solo acentúo el resentimiento entre ellos. En mis libros describo las atrocidades que se dijeron y fue muy cruel”, concluye Ottavi. “Yves Saint Laurent fue un pionero e inventó piezas que pasarán a la historia de la moda, pero su genio se cerró sobre él como una trampa. Karl permaneció conectado a los tiempos, se reinventó e insufló una nueva vida a Chanel, esa bella durmiente que él logro modernizar. Cada uno tenía sus propios argumentos...”.

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