Por qué Whitney se autodestruyó: su antigua amante narra su pánico a hacer pública su bisexualidad
«Creía que si la gente se enteraba de lo nuestro, lo usarían en nuestra contra, así era cómo se vivía en los 80». Robyn Crawford, amante y mejor amiga de la cantante durante dos décadas, publica unas memorias en las que detalla el miedo a la discriminación por haber mantenido relaciones con otra mujer.
«Queríamos estar juntas» y eso significaba «solo nosotras dos». En la historia personal de Whitney Houston siempre estuvo presente, detrás, en un segundo plano, Robyn Crawford. De cara a la galería, y durante 20 años, Crawford fue su asistente y mejor amiga; su escudera y confidente inseparable. En sus círculos más íntimos, todos sabían que mantuvieron un romance en los inicios de la relación y que a Houston le daba pánico que se filtrase que era bisexual. Pese a las desavenencias familiares, que no terminaban de aceptar la relación, Houston se fue de casa para vivir con ella y la convirtió en su asistente en sus primeros años de carrera. El affair, que ya se evidenció con varios testimonios cercanos en el documental de 2016 Whitney: Can I Be Me (disponible en Netflix), se destapa en su plenitud ahora: Crawford ha decidido publicar las memorias A song for you. My life with Withney Houston, de las que ha adelantado People algunos extractos y en las que detalla los pormenores de su relación y cómo la cantante vivía angustiada ante la posibilidad de que su relación se hiciese pública. Siete años después de su muerte, Crawford alega que «he llegado a un punto en el que necesitaba alzar la voz sobre nuestra amistad. Tenía una urgencia de compartir cómo fue aquella mujer detrás del increíble talento».
Según relata Crawford, ella y Houston empezaron su relación en un campamento de verano en Nueva Jersey, donde se conocieron y trabajaban de monitoras. Whitney tenía 17 años y ella 19. «Yo cuidaré de ti», le dijo a la futura súper estrella global. Así lo hizo durante dos décadas. Houston acabó con la relación física al poco tiempo, justo cuando firmó un contrato discográfico con Clive Davis en Arista. El temor a que se descubriese su bisexualidad interfería, según Houston, con su vía hacia el éxito. Decidió comunicárselo en 1982. «Me dijo que ya no podíamos mantener más relaciones porque implicaría que nuestro camino fuese mucho más difícil», cuenta en el libro. El pánico a salir del armario marcó el fin de la relación. «Creía que si la gente se enteraba de lo nuestro, lo usarían en nuestra contra, así era cómo se vivía en los 80». Pese a verse relegada en un segundo plano, Crawford asegura que «mantuvo el secreto» y que econtró «confort en mi silencio».
Crawford también ha detallado la oposición familiar a su relación. «Whitney me dijo que su madre creía que no era natural que dos mujeres fuesen tan íntimas, pero nosotras éramos así de íntimas», reitera. Su relación levantó multitud de rumores durante años. «Nunca hablamos en términos de etiqueta, como lesbiana o gay», escribe en el libro. «Solo vivimos nuestra vida y esperamos que pudiese ser así para siempre», apunta Crawford, que desde hace años mantiene una relación con la agente Lisa Hintlemann, con la que ha adoptado dos hijos.
Una encrucijada por miedo a la discriminación
El libro de Crawford aporta más luz a las sombras que dibujó el documental Whitney: Can I Be Me, donde se daba a entender que Whitney Houston llevó una vida llamada a la autodestrucción por no haber podido lidiar con su bisexualidad de forma abierta y por el miedo a la discriminación. Su ex marido (y agresor) Bobby Brown llegó a decir que Houston podría estar viva si hubiese hecho público que era bisexual. Crawford decidió no participar en el proyecto en su día y guardar silencio, pero una amiga cercana, Ellin, afirma en el filme que «Whitney no era gay, creo que era bisexual. Robyn le ofreció un refugio de seguridad y consuelo». Crawford cortó la relación profesional con Houston en el año 2000, supuestamente porque la madre de la cantante presionó para hacerlo.
En una entrevista con S Moda, el director del documental, Nick Broomfield, aseguró que la familia que sobrevive a la artista, y que sigue viviendo de los derechos de su obra, le conviene convertir en villanos a Crawford, al exmarido, Bobby Brown, y a Warwick –existen teorías de que Houston podría haber sufrido abusos sexuales de niña por parte de una tía lejana, la cantante Dee Dee Warwick, hermana de la legendaria Dionne Warwick–, que falleció en 2008.
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