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Hermanísimas

Se las conoce como «las fabulosas Fanning». Dakota y Elle son estrellas de cine desde los seis años y reinas de los desfiles desde los 13. Siguiente paso: iconos de moda.

Hermanas Fanning

Desfilarán sobre la alfombra roja al menos cinco veces el próximo año en los que serán los estrenos de sus nuevas películas. Estarán acompañadas por estrellas como Emma Thompson, Stephen Dorff, Kristen Stewart y Robert Pattinson. Con los flashes tras las dos, mostrarán diseños de Marc Jacobs y Karl Lagerfeld, de quienes son musas. Estos creadores las han convertido en iconos de una sociedad ávida de nuevos rostros. Son datos capaces de encumbrar a una actriz a rango de estrella, pero sorprenden todavía más si acompañan a dos adolescentes de 17 y 13 años. Dos jóvenes que afortunadamente, cuando se apagan los focos, se comportan tal y como corresponde a sus edades.

Dakota, se acaba de mudar de Los Ángeles a Nueva York para ir a la universidad ya con una carrera labrada. ¿Por qué este paso?

Por la misma razón por la que quería ir al instituto. La gente recuerda cuando iba a la escuela o cuando iba a la universidad. Son etapas que definen mucho a cada uno y no quería perderme esa experiencia.

¿Vive sola o comparte piso?

No comparto. Como solo tengo 17 años, mi madre se quedará un tiempo en mi apartamento. Me está enseñando cómo lavar la ropa y todo ese tipo de cosas. Pero tengo muchas ganas de estar sola. En mi casa de Los Ángeles todo es de todos, nunca cerramos las puertas; mi hermana y yo compartimos baño, y cuando tienes una hermana nada es del todo tuyo.

¿Es Dakota una buena hermana mayor, Elle?

Sí, pero eso no significa que siempre nos llevemos bien. Ahora es raro, ¡se ha llevado toda su ropa! ¡Su armario está vacío! Ya no le puedo robar y me resulta muy raro. Es como si se hubiera ido a un rodaje, pero ahora no va a volver.

JUGAR A LA FAMA. Desde pequeñas se acostumbraron a verse en pantalla, pero nada cambió en sus vidas, salvo el orgullo con el que sus compañeros de pupitre llenaban las salas de cine para participar con ellas de su precoz éxito.

Dakota, su primera película fue Yo soy Sam, junto a Sean Penn, cuando tenía seis años. En su primer día llevaba todo el guion memorizado y él comenzó a improvisar. Y yo pensé: «Bueno, así es como va a ser». No había otra opción. Creo que él dijo: «Toc toc», que no estaba en el libreto, y yo contesté: «Eh… ¿quién es?» [risas]. Y sí, así es como fue. Sin duda, me preparó para el futuro. En otras películas los actores se salían del guion y me ponían a prueba; pensaban que quizá no sería capaz de responder, pero para entonces ya sabía cómo afrontar cualquier cosa.

Debe de haber sido muy popular en su instituto. ¿Recuerda la época en la que la gente no la reconocía?

Es lo que siempre he vivido y es a lo que estoy acostumbrada. Creo que con seis años, cuando empecé, es cuando uno comienza a formarse una idea de cómo son las cosas. He convivido con la fama desde hace tanto tiempo que ya es normal para mí. Y toda esa atención procede de lo que más me apasiona hacer, que es actuar.

Elle, en El curioso caso de Benjamin Button fue una jovencísima Cate Blanchett.

Tenía nueve años cuando rodamos Benjamin Button y tuve que llevar una larga melena roja porque [Cate] era pelirroja en el filme. Me lo pasé fenomenal en el plató. El director hacía un montón de tomas y decía: «Toma 50», y yo volvía a repetir lo mismo una y otra vez, me parecía muy divertido.

Ha estado ocupada desde Somewhere: En un rincón del corazón, ha coprotagonizado Super 8, el éxito de este verano, y estrena en breve Un lugar para soñar. ¿Cómo ha cambiado su vida?

Después de estrenarse Somewhere, la gente empezó a reconocerme. Antes siempre me preguntaban si era Dakota, pero ahora creo que comienzan a diferenciarnos.

¿Su apretada agenda le permite seguir con sus clases de ballet?

Sí, cinco días a la semana, es algo que procuro mantener. ¡Me gustaría hacer un musical! Me encantó el trabajo que hizo Dakota en The Runaways, incluso llegó a cantar en esa película.

LA PRIMERA ESCENA DE AMOR. El celuloide fue testigo de los primeros coqueteos de las hermanas. En el caso de Dakota, con solo siete años, cuando rodó Sweet Home Alabama y encarnaba a una joven Melanie, el personaje de Reese Witherspoon. «El chico tenía 10 años. Tuvimos que besarnos. El otro día la estuve viendo, porque mi hermana la puso, y me dio muchísima vergüenza. No recuerdo haberla sentido durante la grabación y eso me pareció raro también. Pero creo que fue la vez que más cohibida me he sentido, besando a ese niño de 10 años en la playa, en Florida, una y otra vez [risas].

Elle, usted en cambio ha vivido recientemente una escena así durante el rodaje de Super 8, da la sensación de que fue muy emocionante.

¡Fue genial! Tenía 12 años cuando la hice, y Dakota también tenía 12 años cuando hizo La guerra de los mundos. Steven Spielberg participó en las dos, y las dos trabajamos con él con la misma edad.

Y esa especie de escena de amor ¿la puso nerviosa?

Yo no tuve que besarlo. Pero era una escena chico-chica, y en la película teníamos que gustarnos. Todos los demás niños se burlaban de nosotros.

SUS ROSTROS COMO RECLAMO. Hay quien se esconde tras las luces y quien las atrae, como es el caso de estas hermanas, que cuando están bajo los focos se transforman a su antojo, como un juego infantil.

Dakota, ¿se ha interesado siempre en la moda? ¿Qué edad tenía cuando hizo la campaña para Marc Jacobs?

Tenía 12 años. Siempre me ha gustado la moda porque a mi madre toda la vida le ha interesado. Se especializó en merchandising de moda en la universidad y es algo que tenemos en común. En realidad, cuando hice esa primera campaña para Marc Jacobs no tenía la edad suficiente para caber en esa ropa, así que tuvieron que hacer todos los modelos de la pasarela en mi talla. Todavía los conservo.

¿Pudo llevarlos al colegio?

La verdad es que no. Eran de corte adulto y en mi colegio teníamos que llevar uniforme.

Elle, sé que ir a París era uno de sus sueños, y en julio la invitaron al desfile de alta costura de Chanel. ¿Respondió la ciudad a todas sus expectativas?

¡Pues claro que sí! Cuando me enteré de que estaba invitada al desfile… ¡nunca he chillado más fuerte! Fue el mejor día de mi vida, era el primer desfile de moda al que iba. Me sé el nombre de todas las modelos. ¡De verdad que fue la mejor experiencia de mi vida! Y, cómo no, hicimos algo de turismo. Fuimos a ver la torre Eiffel de noche, y la vimos toda iluminada.

Entonces, ¿es más feliz durante los rodajes o en sus estancias en París?

Lo que más feliz me haría sería llegar a filmar una película en París. ¡Eso sería total!

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