Así será el imparable regreso al estrellato de Antonio Banderas

Pocos personajes públicos pueden presumir de ser profetas en su tierra. Si además tienen pasaporte español y un avión privado, se dedican al cine y jamás han camuflado sus ideas políticas, el mérito entonces se confunde con la hazaña. Antonio Banderas (Málaga, 1960) es uno de los pocos con plaza fija en el inestable imaginario compartido de este país. Un pionero de carácter e imagen universal, el “hombre moreno” que habría pintado Julio Romero de Torres de habérselo pedido, la elección unánime en esas encuestas pagadas por marcas de cerveza que de tanto en cuanto nos descubrían ‘¿con quién se irían los españoles de cañas?’. La primera estrella milénica de nuestro cine ha conocido también en los últimos tiempos los instantes menos brillantes de sus 38 años de carrera. Alejado de la primera línea, su filmografía durante el último lustro supone un río de proyectos de bajo presupuesto y escasa repercusión. Muchos de ellos no han conseguido estrenarse en salas, un hecho impensable en otro tiempo, cuando el carisma del prototípico latino suponía el mayor aliciente para los espectadores. Pero esta no es la crónica de un declive ni de un naufragio, sino de una resurrección. Porque su regreso a la primera línea de Hollywood parece inminente. “La segunda parte del partido de su vida”, cómo él mismo sostuvo al recoger el Goya de Honor, ha empezado. Huele a goleada, y de las históricas.

Este pasado 16 de abril el director Pedro Almodóvar hizo públicos los primeros detalles de la que será su nueva película: Dolor y gloria. La historia de “un cineasta en su ocaso” interpretado por un actor al que algunos habían anticipado semejante destino, Antonio Banderas, y al que acompañarán en el reparto Penélope Cruz, Asier Etxeandia y otra icónica chica Almodóvar de vuelta, Julieta Serrano. Ocho años después de su última colaboración en La piel que habito, Banderas volverá a ponerse este julio delante de la cámara del manchego, quien mayores éxitos profesionales le ha reportado con hasta tres nominaciones a los premios Goya. Una relación que debuta en Laberinto de Pasiones en 1982 y que perdurará todavía más gracias a este nuevo filme. “Desde que se puso por primera vez delante de la cámara tuve la certeza absoluta de que ese muchacho recién llegado de Málaga había nacido para llenar las pantallas del mundo entero”, afirmó el director antes de entregarle el Premio Donostia del Festival de Cine de San Sebastián en 2008.

Los escasos datos ofrecidos sobre Dolor y gloria sostienen también que el gran eje temático de la película será “la creación y la dificultad de separar la obra y la vida”. De esto último, su protagonista también sabe algo. Desde la cosecha de 2011, aplaudida con fervor por la crítica (La piel que habito) y por el público (El gato con botas), la hoja de resultados del malagueño se ha visto sensiblemente afectada por los avatares de su vida personal. Su separación de Melanie Griffith, el abandono de un ambicioso proyecto inmobiliario en su ciudad natal, un infarto al corazón o la muerte de su madre, doña Ana, trasladaron su nombre de los titulares de la prensa cinematográfica a los de la sección de sucesos. Coincidiendo además, no sabemos si por casualidad o causalidad, con un periplo profesional más que cuestionable. Security, Mariposa negra, La música del silencio, Gun shy, Actos de venganza o Un golpe sobrenatural son los últimos títulos que componen su prolífica filmografía. Probablemente ninguno le suene de nada. La mayoría son productos de acción de serie B sin aspiración a perdurar que lo han situado en una dinámica profesional más que peligrosa y que ha condenado al ostracismo a otroras estrellas como Nicolas Cage o John Cusack.

A pesar de la sequía de repercusión taquillera, la industria española ha querido aprovechar este periodo para reconocerle sus incalculables aportaciones a la misma con los cuatro reconocimientos más importantes de nuestro cine. El mencionado Donostia en 2008, el Goya de Honor de la Academia de Cine en 2015 y el pasado año, el Premio Nacional de Cinematografía y la Biznaga de Oro del Festival de Málaga. Y los discursos ofrecidos por él en dichas galas, demostrando unas dotes de oratoria que harían palidecer al patio de butacas del Congreso, se convirtieron en los momentos más emocionantes y virales de cada una de ellas.

Allí donde muchos otros encontraron antes el empujón profesional para volver a sentarse en los sofás de los late night estadounidenses acude ahora Banderas. El malagueño dará vida a su paisano, Pablo Ruiz Picasso, en la serie de televisión antológica Genius: Picasso, que estrenará National Geographic este 26 de abril. La ficción, que en su primera vida versó sobre la vida de Albert Einstein (Geoffrey Rush, nominado al Globo de Oro por dicho papel), explorará durante diez episodios el prolífico talento del pintor y sus controvertidas relaciones con las mujeres. La figura de su paisano ha perseguido durante décadas a Banderas, con frustrado proyecto de biopic dirigido por Carlos Saura incluido. Para el célebre cineasta Ron Howard (productor de la serie), los dos malagueños universales tienen una cosa en común: “su aproximación a la vida sin fronteras”.

Pero ahí no acabarán las buenas noticias en este 2018. Allá por el mes de septiembre llegará a los cines de todo el mundo la muy esperada Life Itself (La vida misma). El nuevo filme de Dan Fogelman (creador de la serie This Is Us), que a tenor del tráiler promete ser un dramón de los que les hacen el agosto a los productores de kleenex, contará la historia de varios personajes de Nueva York y España cuyos destinos se cruzan a raíz de un trágico suceso. Además de Banderas, el elenco se compone de nombres como los de Olivia Wilde, Oscar Isaac, Annette Bening, Samuel L. Jackson y Olivia Cooke; junto a los nacionales Sergio Peris-Mencheta, Laia Costa o Àlex Monner. Amazon Studios se ha hecho con los derechos del filme y todo apunta a que será una de las candidatas más fuertes para entrar en la carrera por los Oscar 2019. Visto su calendario de estrenos, solo cabe pensar que quizá los premios honoríficos a la carrera de Antonio Banderas llegaron demasiado pronto. ¿Podría él también renunciar a ellos?