Alessandra Ambrosio, un ángel brasileño en California
Junto a sus compatriotas Gisele Bündchen y Caroline Trentini, forma parte de la perfecta escudería brasileña. Nadie mejor que ella para hacer suyo un vestuario que refleja el sueño americano.
En el mundo de las modelos existen estereotipos no escritos: las británicas tienen rollo; las rusas bordan el chic más extraterrestre; y las brasileñas… Con ellas, lo que se ve es lo que hay. No generan polémicas, rara vez protagonizan una sesión de fotos arriesgada y nunca sorprenden con un cambio de imagen radical. Mantienen sus cuerpos sobrehumanos más allá de lo genéticamente posible, sonríen como nadie y cobran como las que más. Y aunque hay excepciones, estas etiquetas acostumbran a tener su fondo de verdad. Ahí está Alessandra Ambrosio, quien, junto a sus compatriotas Gisele Bündchen y Caroline Trentini, forma parte de esa perfecta escudería carioca.
Ambrosio (32 años) se apuntó a una escuela de maniquís cuando tenía solo 12; con 19, se convirtió en chica Guess y desde entonces ha protagonizado numerosas campañas, de Giorgio Armani a Dolce & Gabbana. Hoy vive en Los Ángeles, con su pareja, el empresario Jamie Mazur, y sus dos hijos, Anja y Noah, y una vez al año (desde hace casi una década) se pone las alas de ángel de Victoria’s Secret. Sin duda, el desfile más promocionado y reproducido del mundo –se emite incluso en países donde ni siquiera se vende esa marca de lencería– y uno de los mayores triunfos del marketing que ha dado la industria de la moda. Y aunque ya es veterana, asegura que, cuando llega el día, sigue emocionándose. «El show es todo un acontecimiento», defiende. «El más especial fue el primero, en Cannes. Porque para mí era una experiencia nueva y estaba rodeada de modelos a las que admiro, como Heidi Klum y Stephanie Seymour. Nunca lo olvidaré», rememora.
Body de malla de Intimissimi (29,90 €), sujetador de Gucci (c. p. v.), shorts de Levi’s Red Tab (49 €), gorra de Diesel (55 €) y anillo en forma de golondrina con cristal y perla de Swarovski de Schield Collection (90 €).
Eric Guillemain
En 2008 fue noticia porque desfiló para la firma apenas tres meses después de haber tenido a su primera hija, lo que causó admiración pero también cierto resquemor. ¿No están las supermodelos como ella (y los titulares sobre «cuerpos perfectos tras el parto») generando demasiada presión entre las mujeres corrientes? Se nota que Ambrosio ha oído estas críticas antes. «Lo que creo es que las mujeres tienen que empezar a apoyarse las unas a las otras en lugar de compararse y criticarse. Para mí, estar en forma es una exigencia de mi trabajo, de manera que tenía un incentivo importante para perder kilos tras el embarazo. Se trata de estar saludable; y no existe un plazo predeterminado para volver a tu peso, siempre y cuando te sientas feliz y a gusto contigo misma», dice. En una entrevista para Net-a-Porter admitió que el proceso no fue fácil: «Todo el mundo me decía que me recuperaría inmediatamente, pero una semana después de dar a luz todavía tenía la barriga como un globo; y tuve que hacer dieta por primera vez en mi vida». Entrenaba seis veces a la semana y seguía un régimen de control de calorías.
Lo que no se plantearía nunca es la cirugía. Cuenta que tuvo una mala experiencia con el bisturí a los 11 años. Decidió operarse las orejas de soplillo («porque ya sabía que quería ser modelo»), pero sus padres la llevaron a un médico poco experimentado y la cosa salió mal. «Las primeras noches me sentía como si alguien me hubiera cortado las orejas. Durante un año, tuve que hacerme varias minioperaciones. Los médicos dicen que pueden arreglarlas, pero lo cierto es que la cirugía cosmética me asusta desde entonces», declaró.
Top de punto de Paule Ka (260 €), falda de Ungaro (4.675 €) y gafas de sol de Gucci (c. p. v.).
Eric Guillemain
La brasileña es la sexta maniquí mejor pagada del mundo, según la revista Forbes, y, siguiendo los pasos de otros ángeles, como Miranda Kerr, ha lanzado su propia línea de ropa: Ále by Alessandra. «Es una extensión de mí misma… y de mis gustos. La estética de la colección es bohemia y glamurosa, como las prendas de mi armario. Quién sabe qué me depara el futuro, pero me encantaría que la firma creciese y se expandiese». La marca Alessandra se completa con un blog de estilo de vida, en el que unos días cuelga fotos de sus vacaciones y otros sube una receta para hacer una barrita de proteínas casera (¡que incluye mantequilla de cacahuete!). «Fui una de las primeras modelos en tener una web y estar presente en Facebook, Twitter e Instagram», presume. En esta red social acumula más de un millón y medio seguidores y en ella suele compartir fotos de backstage (como una con su «gran amigo» Jon Kortajarena en el último desfile de Mango en Barcelona, que cerró como invitada estelar) y de su vida privada.
Todas esas actividades extracurriculares, en cualquier caso, no forman parte de su plan B postpasarela, porque no tiene ninguna intención de apearse de ella próximamente. «Algunas de las mujeres más bellas tienen 30 y 40. Amo mi trabajo y quiero continuar haciéndolo tantos años como sea posible». Le encanta cómo su colega Kate Moss ha celebrado sus cuatro décadas saludando desde la portada de Playboy.
«Las fotos de Mert [Alas] y Marcus [Piggott] eran absolutamente impresionantes y ella es un icono para todas las modelos». Por eso no descarta hacer lo propio algún día, posando a lo conejito. Algo que no está reñido con definirse como «un poquito feminista». ¿Cómo de poquito? «Creo en el poder de las mujeres. Me parece que son las criaturas más bellas que existen. El problema es cuando tratan de hundirse las unas a las otras. Hay demasiada competencia en esta industria y considero que deberíamos apoyarnos más entre nosotras». Solidaridad femenina al estilo Victoria’s Secret.
Top (c. p. v.), sujetador (c. p. v.), pantalón de seda (c. p. v.), gafas (c. p. v.) y zapatos (c. p. v.), todo de Gucci; y pendientes de Goossens (260 €).
Eric Guillemain
Cazadora de ante (660 €) y shorts (140 €), ambos de Diesel; top de Custo Barcelona (c. p. v.), sujetador de Victoria’s Secret (c. p. v.) y gafas de sol de Céline (400 €).
Eric Guillemain
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