«Estás con él por los followers»: el brutal acoso a la supuesta novia de Elrubius
No sabemos si está chica es la novia o no de Elrubius. Pero sus seguidores creen que sí lo es. Y eso es suficiente para insultarla y amenazarla de muerte en el enésimo episodio de intolerancia en la red. Sí, estamos ante la versión 2.0 de Yoko Ono.
* Actualización 15 de septiembre 2016: Elrubius confirma en Twitter que tiene novia por la supuesta persecución de los paparazzi y se convierte en trending topic.
Son numerosas las aproximaciones realizadas por los medios de comunicación tradicionales al mundo youtuber. Tratando de comprender su funcionamiento, dilucidar su éxito y monetarización, criticarlo o teorizar sobre una posible fecha de caducidad. Con poco éxito, según sus protagonistas, es un fenómeno que quizá no se explica más allá de los límites de la propia plataforma de vídeos. Pero si de alguno de sus estrellas se han escrito ríos de tinta es del enigmático malagueño de 26 años, Rubén Doblas. Conocido como Elrubius, con sus más de 20 millones de suscriptores ha convertido su canal en el segundo más seguido de habla hispana y uno de los diez más relevantes del mundo (por delante de Katy Perry o Taylor Swift). Pero la fama conlleva inconvenientes asociados, tanto para el aludido como para su entorno. Prueba de ello es la situación que sufre en relación a su vida sentimental, en continuo estado de vigilancia por parte de sus propias hooligans que tiran de las redes sociales como altavoz unidireccional para atacar a sus posibles parejas. En estos días, una modelo ha sido la última en soportar una campaña de acoso y difamación por su supuesta relación con el joven.
Decir que los youtubers son las nuevas estrellas del rock es quedarse corto (ahí está el recibimiento multitudinario en el aeropuerto argentino de Ezeiza), no solo porque los superen en número de seguidores, sino porque han establecido un nuevo estándar en lo concerniente al acercamiento y familiaridad con su fanaticada. Pero esta sobreexposición de la intimidad –factor diferencial con otros medios– puede afectar a la vida fuera de la pantalla. Por ejemplo, a las relaciones sentimentales. Una sombra, una voz, la coincidencia en un concurso, un juguete similar… Las fans han desplegado todas sus dotes de observación para descubrir pistas que pudieran aclarar el nuevo romance de su youtuber preferido, en un teoría deductiva que impresionaría al mismísimo Sherlock Holmes. Dicen los rumores que la misteriosa voz que acompañaba a Elrubius en una cacería nocturna de Pokémon Go (bienvenidos al romanticismo millennial) es la de una joven modelo y youtuber llamada Irina. A pesar de que ninguno de los dos ha confirmado o desmentido la supuesta relación, buena parte de las criaturitas (como se denominan los seguidores más acérrimos de Elrubius) no han encajado bien la posible relación de la joven con su ídolo.
No hace tanto tiempo que los fanáticos de un artista atacaban a sus parejas tachándolas de acercarse a sus ídolos por dinero, dando lugar a las conocidas en el mundo anglosajón como gold diggers o cazafortunas. Pero el mundo se mueve rápido y las prioridades también, así que los haters han acuñado un nuevo término: las cazaseguidores. Personas que buscan relacionarse con estrellas de la red en busca de aumentar su nómina de fans, dejando el dinero en un segundo plano. De eso acusan a la rumoreada nueva pareja del youtuber, que lleva semanas sufriendo un acoso organizado en todas sus redes sociales. Insultos difícil de reproducir en un artículo, una inquisidora digital dedicada a “desenmascarar” a esta chica (con más de media docena de vídeos sobre el tema, tiembla Lydia Lozano) y hasta un hashtag personalizado, #yosoyenchufehater, que denuncia que el único propósito de la modelo es el de engatusarlo para ganar seguidores y aumentar así su popularidad. En resumen: una interesada que lo único que pretende es dañar al ídolo de millones de personas. ¿Les suena de algo? Sí, estamos ante la versión 2.0 de Yoko Ono.
“Creo que este tema ya ha llegado a un punto de inflexión del tamaño de un melón. Esta situación es tan ridícula, absurda, estrafalaria y grotesca que me asusta. Y no por los insultos, vituperios, humillaciones y amenazas de tortura y posterior muerte que recibo diariamente. No. Lo que me asusta es ver en lo que nos estamos convirtiendo”. Con estas palabras intenta Irina (conocida como @irimatic en Instagram con 15.000 seguidores) frenar una situación que sobrepasa todos los límites éticos y legales sobre el acoso en internet. En el único post al respecto que ha escrito en los últimos días, la modelo lamenta que además sean las propias mujeres quienes firman la mayoría de estos comentarios. “¿Qué nos pasa señoras? ¿En qué momento perdimos el norte de manera tan catastrófica y garrafal?” se pregunta la joven, aludiendo a la facilidad de vivir una vida ajena dentro de la pantalla antes que enfrentarse a la cruda realidad.
Las redes sociales han cambiado muchas cosas pero el patrón del odio a la novia del famoso por el mero hecho de ser eso precisamente parece que seguir inamovible. El caso de Irina es el último pero no el único en el historial amoroso de Elrubius, que ya denunció la problemática conciliación entre sus seguidores y el éxito. “Con esto de la fama es una mierda, sinceramente. No sé cómo llevarlo, he tenido experiencias malas… Tuve una novia y acabó mal por esto. Hubiese ido bien si no hubiera pasado todo esto en mi vida”, explicó entre sollozos a Risto Mejide cuando este le preguntó por su vida sentimental en el programa Al rincón de pensar. A pesar de que Elrubius ha hecho gala en los vídeos de una abrumadora sinceridad sobre todos los aspectos de su día a día, en lo relacionado a su familia y sus relaciones, el silencio ha sido el único protagonista.
A principios de año, otra de sus supuestas parejas, la modelo y tuitera Eli_Violettime, ya vivió en sus carnes una situación similar a la de Irina. En otro post de Instagram, la joven publicó un pantallazo en el se podían leer ataques tildándola de “ser fácil”, “tener cara de vieja” y “te odiamos y queremos molestarte”. Eli también contestó a los haters: “No es plato de buen gusto toparse con gente como esta, no comprendo cual es la razón por la que buscan tenerme tanto odio… Acaso si esta persona estuviera delante mía.. .¿me diría estas palabras? (…) Por favor dejad tanto odio atrás, daros cuenta de que la vida es maravillosa y de que hay que disfrutarla y no hacerle sufrir a los demás… Porque nunca se sabe… Podría llegar el día en que fuera al revés…”.
http://instagr.am/p/BAuO0-FAl3G/?taken-by=eliviolettime
La culpa de todo ya no la tiene (solo) Yoko Ono. Ni Courtney Love o Nancy Spungen. Ahora la tiene Irina, Eli o cualquiera que se acerque a un fenómeno de masas a una distancia lo suficientemente cercana como para que las fans cavilen, aten cabos y crucifiquen a la cazaseguidores en cuestión. Antes las críticas a la ‘novia de’ llegaban de oídas o de alguna columna en la prensa rosa. Ahora las fans entran en sus redes sociales y se lo dicen a la cara. Los insultos nacen, crecen y se reproducen en la red. El mismo ecosistema en el que Elrubius alcanzó su multitudinaria fama e influencia. Esperemos que también pueda servirse de ella para ponerle freno.
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