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¿Cuál es el secreto de Wes Anderson?

El director vuelve a estar de actualidad con el estreno del tráiler de su última película ‘The Grand Budapest Hotel’, que está recorriendo la red a la velocidad del rayo, y la publicación del libro definitivo para sus fans.

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Las películas de Wes Anderson despiertan pasiones y generan tanto partidarios como detractores, pero los integrantes del primer grupo gozan de una ventaja considerable sobre los del segundo: sus reacciones tienen consecuencias que van más allá del simple comentario y se convierten en obras que, aunque haya nacido de la reflexión sobre el trabajo de otro, tienen autonomía por sí mismas. Además de haberse convertido en cintas de culto para miles de espectadores, las películas del tejano han dado pie a infografías, ilustraciones, vídeos, artículos, listas musicales o gifs animados, por nombrar sólo algunos.

El último producto cultural derivado de la obra del realizador es el libro The Wes Anderson Collection (Abrams Books, 2013), firmado por Matt Zoller Seitz, uno de los críticos cinematográficos más reconocidos de Estados Unidos, diseñado por Max Dalton y con un prólogo del escritor (y ganador del premio Pulitzer) Michel Chabon. La publicación recorre la obra de Anderson a través de siete ensayos centrados en sus películas, acompañados por fotografías, ilustraciones y hasta una conversación entre Zoller y el director. Una auténtica golosina para los fans del norteamericano que solo con la web de promoción del libro ya podrán pasar un buen rato puesto que hasta podría considerarse una obra artística independiente.
 

Pero, ¿de dónde proviene esta admiración que causa el trabajo de Wes Anderson y que va más allá del éxito generalizado? Tanto sus detractores como sus defensores lo son a ultranza y pocos espectadores se sitúan en un punto neutro entre ambas posturas. Curiosamente, es un tema que al director no le preocupa demasiado. Tal y como declaraba en The Guardian cuando se estrenó Moonrise Kingdom: "Generalmente no suelo pensar demasiado cómo quiero que reaccione el espectador. La mayor parte del tiempo mi atención se centra en querer que creas que el personaje está sintiendo esto, que es verdad y realmente está sucediendo”.

Por norma general, los halagos suelen provenir de sus guiones y de su peculiar estética preciosista y cuidada al extremo que se ha convertido en una de sus principales señas de identidad. Sin embargo, hay otros factores que también pueden influir en la impresión que su trabajo causa en los espectadores. Desde la música que compone las bandas sonoras al elenco de actores recurrentes y con un carisma difícilmente alcanzable que dan vida a los personajes de sus historias –Bill Murray, Jason Schwartzman, Owen Wilson o Anjelica Huston–, todo suma. Además, las disfunciones y problemas a los que se enfrentan sus protagonistas son fácilmente reconocibles por su público objetivo (inseguridades, problemas sentimentales, nostalgia perenne, traumas infantiles de grado moderado) lo que potencia la empatía del espectador. Todos ellos —desde el reparto a la banda sonora pasando por la estética— pueden apreciarse en la próxima película del director titulada The Grand Budapest Hotel y cuyo trailer está recorriendo Internet a la velocidad del rayo (su estreno en Estados Unidos está previsto para marzo de 2014).

La relación de Wes Anderson con el mundo de la moda y sus integrantes también ha contribuído en gran medida a que su figura sea considerada más allá de su trabajo cinematográfico. Dicho vínculo comienza desde los vestuarios de sus películas con Margot Tenenbaum, convertida en un icono estético (el diseño de su vestuario corrió a cargo de Karen Patch quien también trabajó con el director en Rushmore) y continúa con los trabajos de publicidad que el propio Anderson ha realizado para marcas tan reconocidas como Prada, para quien hace unos meses realizó una trilogía de fashion films promocionales de su fragancia Candy mano a mano con su colega Roman Coppola.

Gwyneth Paltrow como Margot Helen Tenenbaum.

Everett Collection


Está claro que la relación del director con la moda va más allá del terreno laboral, solo hay que prestarle un poco de atención a su propia imagen. Su atuendo habitual suele ser un traje de estilo vintage en tonos marrones con zapatos a juego que combina con corbatas estrechas y una melena que no siempre ha saludado. El mismo estilo que podrían llevar muchos de los aficionados a sus películas en determinado momento y que pone de manifiesto el alcance del calado del director, tanto a través de su trabajo como de su propia persona. Un auténtico influencer, tras la cámara y delante de ella.

El peculiar estilo de Wes Anderson.

Getty

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