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La chaqueta de Chanel: el misterio de la prenda capaz de poner de acuerdo a todas las generaciones

En pocos aspectos coinciden boomers, mileniales o zetas, pero algo tiene la chaqueta que hizo popular Coco Chanel que consigue el consenso.

chaqueta de chanel
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Patricia Rodríguez

A las 11 de la mañana de una fría jornada de enero de 1983, las salas parisinas del 31 de la rue Cambon volvían a bullir de expectación ante el inminente estreno de Karl Lagerdeld como director creativo de Chanel. La escalera en la que Coco solía sentarse a observar sus colecciones recuperaba todo el protagonismo. Por aquel entonces, 12 años después de la muerte de su fundadora, la firma de lujo languidecía, sustentada solo por las ventas de sus perfumes. Y estas también empezaban a resentirse. Los dueños de la compañía, los Wertheimer, sabían que necesitaban revitalizar la división de moda para mantener la pátina de esplendor del superventas Nº5 y para ello ficharon a aquel alemán misterioso al que conocía todo París.

Tres de los modelos de la primera colección de Karl Lagerfeld para Chanel (1983).
Tres de los modelos de la primera colección de Karl Lagerfeld para Chanel (1983).getty images

Así recuerda André Leon Talley, amigo del káiser, aquel día en sus memorias, En las trincheras de la moda (Superflua): “En esa primera colección, Karl trató con irreverencia las décadas de refinamiento de Chanel. La ropa era asombrosamente retro, con elementos de la estética del diseño de Chanel de los años veinte y treinta, pero sin parecer salida de un archivo”. En aquel primer desfile Lagerfeld extrajo todas las claves del lenguaje de la casa y las agitó sin ninguna contemplación. Las perlas, las cadenas, la camelia, el logo con la doble c, el zapato bicolor y, por supuesto, el traje de tweed, se convirtieron desde entonces en sinónimo de la maison a fuerza de volver incansablemente sobre ellos durante más de tres décadas.

A la izquierda, el tailleur impecable de Coco Chanel (o-i 1963/64); a la derecha, una de las irreverentes interpretaciones de Karl Lagerfeld (p-v 1991).
A la izquierda, el tailleur impecable de Coco Chanel (o-i 1963/64); a la derecha, una de las irreverentes interpretaciones de Karl Lagerfeld (p-v 1991).getty images

El recurso funcionó (maravillosamente bien) y la chaqueta de lana se erigió como un básico atemporal capaz de resistir hasta el paso de la apisonadora de las tendencias. La prenda, que hoy es la estrella de las tiendas de segunda mano de lujo como Vestiaire Collective o de la sección dedicada al vintage de Farfetch, sigue acaparando titulares. El último, el que hablaba del traje de segunda mano (de la colección p-v 1995) que lució la cantante Olivia Rodrigo para visitar la Casa Blanca y hacerse un selfie con el presidente estadounidense, Joe Biden. “Las búsquedas para ‘Chanel vintage’ han aumentado un 200% intersemanal”, apuntan desde el buscador Lyst, “después de que la artista llevase un traje rosa vintage de la marca a la Casa Blanca para promocionar las vacunas para la covid entre los jóvenes”.

Rodrigo no es el único miembro destacado de la generación zeta que la luce. El muy diverso nuevo casting de Gossip Girl ya ha sido visto con ella y a la vocalista del grupo de pop coreano Blackpink, Jennie, sus fans la llaman la human Chanel, la Chanel humana, por su devoción hacia la marca.

Jennie del grupo Blackpink, la actriz Kristine Froseth y la cantante Olivia Rodrigo a su llegada a la Casa Blanca.
Jennie del grupo Blackpink, la actriz Kristine Froseth y la cantante Olivia Rodrigo a su llegada a la Casa Blanca.getty images

En los primeros ‘dosmiles’ las encargadas de rejuvenecer la chaqueta fueron célebres mileniales como Mischa Barton o Blake Lively. Pero el éxito de esta pieza radica precisamente en que no necesita mucho antiaging. No es un clásico con olor a naftalina sino uno que ha sido una y otra vez reinterpretado, en primer lugar por el propio Lagerfeld. Esta americana acepta gustosa cualquier nueva enmienda y se presta a ser adaptada al estilo de cualquiera. De cualquiera, eso sí, que tenga al menos un par de miles de euros disponibles.

La prenda permite ser adapatada a cualquier estilo. Desde la izda., Veronika Heilbrunner, Suki Waterhouse, Emili Sindlev y Lisa Hahnbueck.
La prenda permite ser adapatada a cualquier estilo. Desde la izda., Veronika Heilbrunner, Suki Waterhouse, Emili Sindlev y Lisa Hahnbueck.getty images

Pero más allá de su versatilidad, la prenda envuelve otras características que favorecen su éxito. Aunque quizá la más relevante hoy sea la que enamoró a Leon Talley en los ochenta, su toque retro. “Aumenta rápidamente el uso de la nostalgia como estrategia principal de marketing, ya que ofrece una influencia reconfortante durante toda la pandemia”, señalan desde la consultora WGSN. Hoy vende la morriña de un mundo más sencillo, en el que no se oía hablar del coronavirus y la familiaridad que reconforta. En el caso de la chaqueta que nos ocupa, seducen las versiones más kitsch de los noventa.

¿Más a su favor? También sienta bien. Rematada con una cadena escondida en su bajo para que el peso garantice su correcta colocación, toma del armario masculino las ideas fundamentales sobre las que se cimenta la sastrería. Cuando Coco apostó por ella, hace un siglo, tras investigar los guardarropas de sus amantes, buscaba comodidad, simplicidad y funcionalidad. Pero el éxito viral del traje de tweed no pertenece a esos primeros años de Coco como diseñadora, sino al regreso de una firma afín a las resurrecciones: cuando en 1954, con 71 años, reabre su casa de modas en un mundo entregado a la exuberancia de Dior. Pese a las reticencias iniciales, a la modista le bastaron un par de temporadas para imponer su tailleur. “Su propósito fue construir un uniforme o una máquina perfecta con la que vestir el cuerpo femenino, crear un objeto de diseño auténtico, pensado ergonómicamente para satisfacer diferentes necesidades: movimiento, elegancia y flexibilidad”, escribe Enrica Morini en Storia della Moda. Es entonces cuando la prenda se convierte en sinónimo de la casa, con el apoyo de imágenes imborrables para la cultura popular como aquella de Jackie Kennedy de rosa. Pese a que no se puede ignorar que la maquinaria de la compañía está detrás de que el fenómeno no decaiga, sorprende que este icono de la moda siga acumulando instantáneas memorables para el álbum de la cultura popular.

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Sobre la firma

Patricia Rodríguez
Periodista de moda y belleza. En 2007 creó uno de los primeros blogs de moda en España y desde entonces ha desarrollado la mayor parte de su carrera en medios digitales. Forma parte del equipo de S Moda desde 2017.

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