Benditos cócteles anti-resaca
Un poco de alcohol y zumos ricos en vitaminas pueden hacer menos doloroso el temido día después.
La genial periodista de sucesos Margarita Landi siempre comentaba que muchos asesinos nada más matar a su víctima se arrepiente, no por compasión, sino porque no saben qué hacer con el cadáver. Con la bebida pasa algo parecido. Quien más, quien menos, todo al que en una noche loca se le ha ido la mano con el alcohol ha jurado no volver a pasarse de la línea al sufrir la resaca del día después. No por renegar del alcohol, sino por el dolor de cabeza (por la deshidratación, la dilatación de los vasos sanguíneos y la disminución de glucosa) y esa terrible sensación de embotamiento que provoca la resaca.
Como el día después existe, son muchas las recetas para paliar los efectos del alcohol y ayudar al organismo a recuperarse. Lo mejor es plantarle cara a la deshidratación provocada por el alcohol (esa que da tanta sed). “Yo recomiendo hidratar bien el cuerpo con agua, bebidas isotónicas o jugos de frutas, ricos en vitamina C. El más utilizado es el tomate que se puede tomar en forma de Virgin Mary, un cóctel a base de zumo de tomate, limón y algo de Tabasco”, aconseja Diego Cabrera, barman de Le Cabrera, una de las coctelerías fundamentales de Madrid.
Frente al mito de que para paliar los efectos del alcohol no hay nada como un cóctel espiritoso o, incluso, unas cañas, Cabrera se muestra rotundo: “Ingerir más alcohol solo logrará retrasar los efectos de la resaca pero el alcohol seguirá ahí”. Así que nada como apuntarse a la moda de los cócteles frutales sin alcohol y dejar a las vitaminas que hagan su trabajo.
El mito de que un poco de alcohol ayuda a mitigar la resaca tiene base científica. El punto álgido de una resaca se alcanza cuando “los niveles de alcohol están casi a cero”, señala el psiquiatra Robert Swift, experto en el tratamiento del alcoholismo y otras drogodependencias. Y también es cierto que una copa en una mañana de resaca atenúa el dolor de cabeza porque es vasodilatadora. Pero el alcohol sigue en el organismo y hay que depurarlo.
Otra cuestión es la tradición de alargar la fiesta del sábado noche al domingo y de ahí, lo de introducir cócteles con zumos de frutas y algo de alcohol para hacer más llevadera la resaca en el desayuno o el brunch. Y, aviso para viajeras, en los países sajones también se llaman cócteles pelo de perro (antiguamente se creía que si te mordía un perro con rabia poner unos pelos del animal sobre la herida ayudaba a mejorar al paciente) o Corpse Revivers (resucitadores de cadáveres, no hace falta explicar por qué). La palma se la llevan los cócteles a base de tomate. Bloody Mary, si es con vodka, Red Snapper, con ginebra o Bloody Maria, si lleva tequila. Pero hay otras opciones. El Hair of The Dog, a base de ginebra, limón y Tabasco, ofrece las ventajas de la vitamina C del limón para aquellos a quienes solo ver el rojo del tomate les revuelve el estómago en tan delicadas mañanas.
El bar Whiskey Blue en Nueva York, suele recibir el año nuevo y sus proverbiales resacones con el Carrot & Cilandro Cooler, con tequila, zumo de naranja (rico en salvadora vitamina C), zanahoria (los betacarotenos protegen el hígado) y cilantro (para eliminar toxinas). El bar 15 Romolo de San Francisco apuesta por el Bloody Hammer, la versión del Bloody Mary elaborada con whisky blanco.
Giuseppe Santamaría, bar manager del Hotel Ohla de Barcelona y mejor bartender de España World Class 2012, tiene su propia receta anti-resaca: “Un Blood Transfution: 30 ml. de vodka Ketel One, 20 ml. de vino de Jerez, 20 ml. de Fernet Branca, 150 ml. de zumo de tomate, 30 ml. de zumo de lima fresca, una pizca de sal de apio y dos gotas de salsa Worcester”. Cada ingrediente de este cóctel tiene un porqué. “Como todas las long drinks, este cóctel tiene un efecto rehidratante. El vodka ayuda a asentar el estómago después de una borrachera. Los amargos del Fernet Branca te espabilan. Y las calorías del cóctel te ayudan a reestablecer el nivel de azúcar en sangre”, explica el coctelero. “Aunque también hay quien dice que un Blood Transfusion, o te resucita… o te mata”.
Giuseppe Santamaría, en plena faena.
D.R.
En torno a la resaca existe toda una mitología y ritos erróneos que no solo no hacen nada para mejorarla, sino que pueden empeorarla. Por ejemplo, un paracetamol cuando el hígado anda liado depurando alcohol a contrarreloj puede hacer más daño que alivio. “Mejor el ibuprofeno”, recalca el Dr. David J. Clayton, co-autor de The Healthy Guide to Unhealthy Living, auténtica biblia para crápulas, insanos y noctámbulos con remedios para noches sin dormir, excesos politoxicómanos y afición desmedida a la comida basura.
Otro mito es lo de comer algo antes de meterse en la cama, si es que el estómago lo permite. Vano intento: cuando el alcohol ya está en la sangre de poco sirve atizarse una cena tardía, salvo para acostarse encima con pesadez de estómago. La digestión de una comida ayuda, cierto, pero ha de ser antes de beber. De ahí la sana tradición española de las cañas y tapas, añadiendo, incluso, un vaso de agua de cuando en cuando para asegurar un óptima hidratación. En declaraciones a la revista Strogonoff Javier de las Muelas propone incluso tomar “medio catavinos de aceite de oliva antes de beber alcohol”. Otro de los mantras que el famoso coctelero suele repetir es la necesidad de emplear un buen hielo y huir de los hielos blanquecinos (los de las bolsas de hielo que se venden en el 99,9% de los comercios) llenos de impurezas que se clavan en las neuronas y que serán,en parte, responsables del dolor de cabeza de la resaca.
En cuanto a la creencia de que mezclar diferentes destilados tiene efectos letales sobre la salud Cabrera señala que “no esta comprobado que mezclar bebidas alcohólicas diferentes aumente los efectos de la borrachera o la resaca, pero sí es verdad que hay bebidas que la producen en mayor medida que otras”. Santamaría, en cambio, prefiere no mezclar. “Por ejemplo, esa costumbre de mezclar diferentes tipos de vinos (blancos, tintos,…) para terminar con unas copas de cava y luego, unos cócteles”. Última consejo: nada de cafeína el día después. Si el cuerpo lo pide a gritos, todo lo más, una taza de café. Mayores cantidades de cafeína solo ayudarán a deshidratar el cuerpo, que es lo que hay que contrarrestar el día después.
Existen en el mercado bebidas anti-alcohol como Quo Smart Drink, Out Alcohol, Alcohol Doctor… que prometen aminorar los efectos del alcohol una vez ingeridos o durante su ingesta. Aunque los expertos recomiendan beber siempre con mesura y saber decir ‘no’ cuando los efectos empiezan a ser evidentes. Una retirada a tiempo, en estos casos, siempre es una victoria.
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