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Amanda Romare, escritora y guionista: “En las citas te dicen que eres la mujer de sus sueños y al día siguiente desaparecen sin dejar rastro”

Tras volcar sus experiencias amorosas y sexuales en ‘Diario de una chica experta en desastres de amor’, novela que ya cuenta con su propia serie en Netflix, la autora reflexiona sobre la dificultad de encontrar el amor… E incluso una segunda cita

La escritora y guionista Amanda Romare.
Marita Alonso

Cansada de decepciones amorosas y de “perlas”, Rosalía se encuentra en un momento de abstinencia sexual y relacional. Este momento existencial de la cantante coincide con un artículo en Vogue de Chanté Joseph en el que se pregunta si tener novio es ahora algo de lo que avergonzarse que se ha viralizado y ha empujado a cantidad de mujeres a preguntarse lo mismo. Por eso no es de extrañar que la llegada a Netflix de Diario de una chica experta en desastres de amor, la adaptación de la novela autobiográfica homónima de Amanda Romare, haya sido recibida con júbilo por muchas. Porque la serie ofrece una mirada certera y por tanto, algo dolorosa de las desastrosas citas de una millennial que entre ghostings, promesas vacías e ilusiones rotas, hace de la búsqueda del amor una operación tan imposible como desesperante. Su protagonista, que comparte con la autora nombre –así como experiencias vitales y como comprobamos a lo largo de la entrevista– habla de lo aberrante que fue para ella comprobar que le era incapaz tener una segunda cita. “Cuando ya superas los treinta, la sociedad empieza a presionarte si no tienes pareja. Aunque siempre he sido muy independiente, me esforcé para encontrar a alguien con quien salir. Fui algo ingenua, porque pensé que con siete u ocho citas encontraría al amor de mi vida. Y entonces, comencé a salir con hombres de diferentes profesiones y físicos”, explica la autora. “Aunque fueran absolutamente distintos entre sí, ninguno quería una segunda cita. Esto ocurrió hace cinco años, cuando el discurso era el de “qué complicado lo tienen los hombres para encontrar pareja”. Sin embargo, lo que yo veía era que a las mujeres les costaba más que a los hombres”, dice. Como no encontró nada parecido en la ficción que plasmara lo que estaba viviendo, decidió escribir su propia historia.

Escribió su historia, ¿para comprenderla mejor?

Eso es lo triste. Intenté ser yo misma y no funcionó. Intenté jugar a ser la chica guay. Tampoco salió bien. Intenté ser la chica que necesita ayuda con todo, pero salió mal. Me preguntaba si por ser tan extrovertida, quizás asustaba a los chicos en la primera cita. Cuando salió el primer capítulo de la serie, mi hermana y yo nos emborrachamos para que me armara del valor necesario para ver a ese monstruo que me habían hecho creer que era y al que nadie quiere. Al ver a Carla Sehn interpretarme, me sentí calmada; sencillamente veía a una chica que quería encontrar a alguien, tener a un hombre cerca. Me encantó ver que no soy un monstruo: solo alguien que busca el amor.

Habrá quien piense que “buscar el amor” es algo anticuado, incluso de “mala feminista”.

Me di cuenta de que tengo en la cabeza a esa supuesta mujer ideal que es una persona relajada que acepta al chico tal como es. Pero cuando estás en una relación, tienes un montón de emociones a flor de piel. Y básicamente cada cita de Tinder es como una cita a ciegas en la que te esfuerzas en todos los aspectos y después, tienes que lidiar con el trauma. En cada cita vuelcas una pequeña ilusión y es normal que te importe. Precisamente tenía la idea de ser una mujer a la que no le importan las cosas pero, ¿acaso no es más feminista admitir y abrazar cómo eres? Eso es lo más importante para todas las mujeres.

¿Cree que hombres y mujeres se enfrentan con igual incertidumbre a inseguridad a las citas?

Cuando salgo por Suecia me doy cuenta de que uno de mis amigos puede fijarse en la mujer más guapa del bar y aunque yo crea que está fuera de su alcance, se van juntos. En cambio, la mayoría de mis amigas ni siquiera se fijan en chicos guapos porque piensan que no son suficientes para ellos. Por eso pienso que contra lo que dicen, ahora mismo, el panorama de las citas es ideal para los hombres.

Entre ghosting, love bombing, luz de gas… ¿Acaso no es comprensible que muchas hayan tirado la toalla?

Es muy común que te bombardeen con halagos. Te dicen que eres la más guapa, la más increíble, la mujer de sus sueños y al día siguiente, desaparecen sin dejar rastro. ¿Cómo nos afecta eso? Creo que tener citas es ahora una pesadilla. Así que supongo que es comprensible que tantas mujeres hayan decidido no tener citas e incluso prescindir del sexo.

¿A qué achaca esa facilidad de hacer bombas de humorprecisamente tras haber tenido una cita aparentemente genial?

Es muy fácil desaparecer sin dar explicaciones y creo que muchos hombres no tienen las herramientas para decir que no quieren ver a alguien más. En mi etapa de citas, comenté a dos o tres hombres que apenas me escribían y que por eso, pensaba que no les interesaba. Me decían que tenían muchísimas ganas de seguir viéndome. Y les daba otra oportunidad, me entregaba por completo y volvían a desaparecer. Como mujer es muy fácil sentir vergüenza y sentirte mal si le envías dos mensajes seguidos a alguien o si te pones un poco insistente, pero ¡es normal sentirse así en ese tipo de situaciones! Sobre todo si el chico da a entender que quiere verte, pero aún así, te ignora. Es muy importante que no sintamos vergüenza en esas situaciones.

¿Usted o su personaje son adictas al amor?

Amanda solo quiere encontrar el amor. Quería encontrar a alguien que la hiciera amar. Quería encontrar a alguien que quisiera estar con ella y quería encontrar a alguien que la hiciera llegar al orgasmo en la cama. Cuando después de un tiempo se da cuenta de que conseguir una segunda cita es tan complicado, la desesperación le invade. El libro trata sobre intentar resolver el problema. Invertimos tanta energía en encontrar a alguien que me parece imposible aceptar que no ha funcionado sin dar vueltas a lo ocurrido.

Hay un momento en el que a la protagonista le cambia radicalmente el humor dependiendo de si su ligue responde o no, como si su humor e incluso su vida giraran alrededor de ese interés romántico.

Pudiera parecer raro pero cuando has permitido que alguien se acerque a ti tanto emocional como sexualmente, se establece una conexión muy fuerte. Hay quienes dicen que no deberíamos tener sexo en la primera cita pero a las mujeres nos han reprimido siempre y ahora, ¿vamos a prescindir del sexo? Los sentimientos van a surgir de todas formas. Creo que es importante tener un grupo de apoyo compuesto por amigos y/o familiares con quienes hablar de estas cosas.

Pero cuando su personaje verbaliza lo que le inquieta sin filtros, a veces su círculo cercano arquea la ceja… Como si sentirse mal por cuestiones de amor fuera de débiles.

Como mujer, siempre intentas superarte. Amanda está trabajando en su desarrollo personal pero sus sentimientos se están volviendo tan intensos que esa parte molesta prima.

Una lectora dijo que el libro “habla sobre el apego inseguro y confuso”. ¿Cómo definiría usted el apego de Amanda?

Es muy triste y me gusta. La semana pasada entrevisté a una autora de mediana edad que estaba quedando con hombres por Tinder y se enfrentó a un mensaje repentino: ‘Hola, quiero follarte las tetas’. Ella estaba un poco molesta porque la veían como un simple trozo de carne. Y entonces me di cuenta de que, aunque ahora tengo 36 años y llevo con novio desde hace dos años, sigo teniendo muy baja autoestima. Todavía no me he recuperado de las experiencias del libro. Porque yo me tomaría esa frase como un cumplido. Creo que conecta un poco con la baja autoestima de Amanda; para ella es tan importante que las cosas funcionen que vería ese mensaje como una validación. Mi padre siempre tuvo mucho miedo de que yo fracasara y cuando veía que las relaciones no me iban bien, me decía que me tenía que arreglar más. Creo que lo hacía por amor, pero generó en mí cierta sensación de insuficiencia.

Ella se pregunta constantemente por qué no consigue una segunda cita pero quizás la pregunta sea qué ocurre en el panorama amoroso.

Es una pregunta que me hago constantemente. Las mujeres tenemos más experiencia hablando de sentimientos por lo que cuando ellos necesitan hablar al respecto, en lugar de hacerlo con delicadeza, actuar con amabilidad o con integridad moral, sueltan lo primero que les pasa por la cabeza.

Usted tiene ahora novio. ¿Ha sentido su pareja rabia por cómo le han tratado los hombres de su pasado o comprende ciertos comportamientos?

Es una persona bastante introvertida que jamás ha hablado de sexo con sus amigos y se ha encontrado con sus preferencias en el libro. Él sabe que para muchos hombres es complicado comunicarse… Yo he salido con muchos chicos aquí, en Suecia, y cuando le conocí, me hizo saber al instante que quería estar conmigo. Viene de otra ciudad y estuvo una hora y media en el coche para una cena. Eso no me había pasado con nadie. Pero siento que tal vez él tenga un pasado en el que puede haber actuado de forma parecida a esa en la que los demás se comportaron conmigo. En este caso, sencillamente, ha conectado conmigo. Y de aquí creo que nace un consejo interesante, porque si pudiera volver cinco años atrás, le diría a Amanda que si un chico es un poco evasivo en los mensajes, si aunque dice que le gustas mucho es difícil concretar una cita, debería salir de ahí. Porque cuando conoces a un chico al que realmente le gustas, te das cuenta.

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Sobre la firma

Marita Alonso
Redactora especializada en cultura pop y estilo de vida. Licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid. 
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