Así es el Budokon, el yoga de guerreros que apasiona a Jennifer Aniston
LOEWE SOLO Origami organiza talleres gratuitos de esta disciplina en su espacio de Casa Decor.
En apenas unos años al yoga le han salido tantas ramificaciones que hace falta un manual para seguirles la pista. Con las artes marciales sucede algo parecido, aunque en su caso se trata de una pugna por mantener el tipo ante el avance del boxeo y disciplinas de lucha más exóticas, como la capoeira. No es de extrañar que cuando Jennifer Aniston afirmó que su envidiable figura se la debía al Budokon a muchos cronistas del fitness no les quedara otra que tirar de Google para ver qué se escondía tras ese extraño nombre. De entrada, que lo creó en 2001 Cameron Shayne.. Este hombre de mediana edad, anatomía pluri tatuada y un six pack admirable domina tanto las artes marciales (es cinturón negro en taekwondo) como la meditación zen. Pero detesta el postureo que en muchas ocasiones rodea a la práctica del yoga. “Medio en broma me comentaba un día que el budokon viene a ser la antítesis al yoga package, que no es más que toda esa parafernalia articulada alrededor del yoga con esteras de diseño, ropa orgánica, bidones monos para el agua y tatuajes con el ‘omm’”, explica Santiago Lautz, maestro en esta disciplina en su estudio Hello Pilates de Madrid.
Paradójicamente tanto misticismo choca con el estilo de vida occidental. “Vamos acelerados, nos gustan las actividades más vigorosas. De ahí la necesidad de un yoga menos estático”. Ahí entra en juego el budokon. “Se inspira en los movimientos armónicos de los guerreros de hace 3.000 años. Fusiona el yoga tradicional de asanas con diversas artes marciales de origen japonés-coreano, como el karate de Okinawa, el taekwondo o el taichi. A diferencia del yoga convencional, donde se alcanza una postura y se mantiene durante un tiempo determinado, en el budokon predominan las transiciones. Además, incluye calistenia y movimiento animal”. Esta disciplina no solo se opone al yoga de velas y gongs. También a esa obsesión de los gimnasios por resolverlo todo a base de máquinas y pesas. “La calistenia es lo más cercano a la naturaleza. Trabajas con el cuerpo de la forma para la que está diseñado, con posturas dinámicas donde el tren superior evoluciona a la vez que el inferior. En el fondo no es más que reconectar con aquello para lo que estamos diseñados, que es colgarte del árbol o correr detrás de una gacela”.
En los tiempos de Jennifer Aniston localizar un estudio con Budokon en España era poco menos que buscar una aguja en un pajar. “Como en otras muchas cosas, vamos con retraso. Afortunadamente, ya empieza a sonar. Muchas personas nos llaman con curiosidad o se acercan a nuestro estudio Hello Body a hacer una sesión de prueba para ver de qué va”. La clase de prueba cuesta 5 euros. No es mucho, aunque para tímidos o ahorradores existe otra opción son gastar ni un céntimo: dejarse caer por el espacio LOEWE SOLO Origami en Casa Decor. Aquí Santiago y su compañera, Kanoko Tamura, imparten varios talleres de Budokon. “Son totalmente gratuitos. Solo hay que inscribirse en la web de Casa Decor donde está toda la información con fechas y horarios. Hay sesiones para adultos y para padres con hijos pequeños”. El único límite es el aforo de 15 personas por taller.
Los talleres de Budokon son solo una de las actividades que pueden disfrutarse en este espacio. Un local en la esquina entre Sagasta y Francisco de Rojas decorado por el interiorista Pepe Leal inspirándose en el origami (la papiroflexia nipona). También se ofrecen talleres de shodo (caligrafía japonesa), a cargo de Ayako y Elena Kishi, y de origami, con el maestro origamista Manuel Carrasco. De paso se puede conocer la nueva fragancia masculina, SOLO LOEWE Origami. “Es un fougère muy fresco. Combina la frescura del limón y la bergamota de Italia, con las esencias mediterráneas de la lavanda y el geranio y los aromas ambarados de madera característicos de la familia SOLO LOEWE. Concebida como fragancia para hombre, al ser tan fresca es la más próxima al gusto femenino”, explican los responsables de la marca. Si sus hermanas mayores se inspiraban en la madera (Solo Cedro) y en el hierro (Solo Esencial), esta nueva incorporación a la saga busca referencias en el papel. “De ahí lo del origami y la conexión nipona”.
Quienes no quieran doblar el espinazo con esto del Budokon siempre pueden darse al origami y participar en un mural colaborativo que aspira a contar con 1.000 grullas de papel plegado (también se da la opción de crear zorros, ranas o conejos). Cuenta una antigua leyenda nipona que a cualquiera que haga mil grullas de papel le será concedido un deseo. Y si además practica Budokon tal vez se le quede el tipazo de Jennifer Aniston. Ahí es nada.
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