La casa de ensueño (que se puede alquilar) en la que comenzó la leyenda de Miss Dior
Con motivo del lanzamiento de la nueva versión de Miss Dior, creada por el nariz Francis Kurkdjian, viajamos a la casa provenzal en la que Christian Dior se enamoró del sur de Francia. Se trata de una antigua granja en la que vivió más de 60 años su hermana Catherine, la Miss Dior que dio nombre al perfume


Christian Dior no empezó su romance con el sur de Francia al comprar el château de La Colle Noire, en 1951, sino mucho antes. Fue en una localización bastante más humilde a cinco kilómetros del castillo decimonónico. Todo arrancó en los años treinta, cuando su apellido aún no era sinónimo de lujo, su familia acababa de arruinarse y su hermana pequeña, Catherine, todavía era adolescente. Fue en Callian, un bello pueblo provenzal que presume de bucolismo desde lo alto de una colina y en cuyas inmediaciones se ubica la granja a la que se trasladó la familia tras morir la madre.

“Se mudaron aquí en 1935”, indica Frédéric Bourdelier, director de cultura y patrimonio de la maison, mientras pasea por los jardines. Escuchándole sobre un mullido césped y bajo parterres estallados de flores, cuesta imaginar cómo era la zona en la que se instaló la familia: “Desde luego no era tan bonita”, dice. Es la primera vez que la firma organiza una visita a esta casa que no es de su propiedad: desde hace 15 años, Domaine les Naysses pertenece a un matrimonio (y para regocijo de los amantes de la historia, sus habitaciones están disponibles en varias páginas de alquileres vacacionales). La propiedad cuenta con tres casas de piedra embellecidas con contraventanas de madera azul, una piscina y varias hectáreas de terrenos con cultivos.
“La familia Dior adquirió la casa a nombre de Marthe Lefebvre por si les seguían los acreedores. Ella era la niñera y fue una segunda madre para Catherine”, prosigue Bourdelier. “Así descubrió el diseñador esta zona del sur de Francia que en aquellos años estaba cubierta de campos de flores para perfumería, viñedos y olivos”. La propia granja tenía varias hectáreas plantadas con rosales, cuya cosecha iba dirigida a los perfumistas de Grasse. Entre ellos vivieron Maurice, el patriarca de los Dior, Catherine y la institutriz.

Aquí pasó también muchos meses durante la ocupación nazi el propio Christian, mientras dibujaba en el patio. Todos están enterrados en el cementerio del pueblo, bajo un macizo de jazmines. “En sus memorias, Christian Dior escribe que durante la guerra tuvieron que arrancar los rosales para plantar patatas y sobrevivir”, indica el experto en patrimonio. La contienda marcó la zona y a la pequeña de la casa que, como miembro de la Resistencia, acabó en un campo de concentración alemán. Rescatada al terminar la guerra, encontró el sosiego en este terreno, en el que volvió a plantar algunas de las flores que aromatizarían el perfume bautizado con su nombre, Miss Dior.

Aquella fragancia fue un regalo de Christian a su hermana y, a la vez, una oda a la alegría de vivir. Un clásico de la perfumería que no ha dejado de reinventarse. “Recreamos en el laboratorio el olor del original de 1947”, cuenta en uno de los salones de la granja Francis Kurkdjian, director de creación de Parfums Christian Dior, “pero ese olor simbolizaba una idea de juventud que no tiene nada que ver con la que tenemos hoy”. Con el propósito de encapsular el gusto joven actual, el nariz ha desarrollado Miss Dior Essence, un chipre afrutado y sofisticado, presentado en un frasco que rescata el lazo negro de una versión de 1949. “La sensualidad de entonces y la de ahora no se pueden expresar de la misma manera, pero quería volver al origen de la historia, a las raíces, entender qué es Miss Dior”, prosigue el perfumista, en el cargo desde 2021.
Sabe cómo conectar con el público joven del presente, bajo la batuta del nariz la fragancia se ha convertido en la más vendida del mundo entre las femeninas, según datos de la consultora Circana. Los aromas que prefiere cada generación dicen mucho de ella: “No es tan directo como el arte, es más sutil. Es belleza y la belleza siempre proyecta el mundo desde una perspectiva agradable. Intentamos obviar la parte negativa. Pero al final necesitas hablarle a tu público, saber qué les mueve, y al hacerlo respondes a preguntas sociales”.


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