10 cosas que crees buenas y no deberías hacer nunca para adelgazar
Ni el salmón, el aguacate o el chocolate son tan malos como te los pintan ni los líquidos tan beneficiosos. Dos profesionales desmontan los mitos para conseguir un peso óptimo de forma saludable.
Ponerse en forma es uno de los propósitos de Año Nuevo más extendidos y que en España, con la excusa de los Reyes Magos, se retrasa hasta el 7 de enero, si no se pospone de forma indefinida. Este objetivo incluye, por lo general, la pérdida de peso, que lleva a muchos a buscar soluciones milagrosas para deshacerse de esos kilos de más en poco tiempo, o fijarse en las calorías y carbohidratos de los alimentos para restringir algunos de ellos. Pero, ¿son buenas estas decisiones?
La Real Academia Española define dieta, en su tercera acepción (detrás de los alimentos que se ingieren regularmente) y etiquetada con uso coloquial, como la «privación completa de comer». A esa concepción se oponen la mayoría de nutricionistas. En Estados Unidos, un gran número se aglutina detrás del movimiento Anti-Diet (antidieta). No dan cancha libre a todos los alimentos: se trata de entender las necesidades del cuerpo. «Los dietistas nondiet ayudan a sus clientes a escuchar a su apetito y comer lo que necesitan», escribió la experta Cara Rosenbloom el pasado octubre en el Washington Post. «Los profesionales llevan años aconsejando este tipo de vida saludable, la novedad es el término», añade.
En los últimos años, esta corriente ha vivido un gran auge, seguida por varias celebridades que ven en ella numerosas bondades. Demi Lovato tuiteó hace un año que no iba a privarse de antojos, aunque siempre con moderación. En julio, Lena Dunham compartió en Instagram una publicación con dos imágenes del antes (cuando seguía un régimen estricto y aseguraba encontrarse siempre enferma) y el después (con más kilos, pero con una rutina alimentaria y un estado de salud mejor).
El doctor Luis Navarro, por su parte, cita estudios y publicaciones en su blog que probarían que esas dietas estrictas no son efectivas para todo el mundo, y que mientras a unos les puede ayudar, para otros puede no dar ningún resultado. «Un estudio con 540 adultos adoptados comprobó que su tamaño era similar al de sus padres biológicos y no al de los padres que les adoptaron», cuenta. Mayor son los informes que señalan el efecto rebote de estos planes: a largo plazo, se recuperan tantos o más kilos que los perdidos.
Si has ganado unos kilos de más durante las navidades y planeas recuperar tu peso habitual y, más importante aún, mantenerlo, estas son las 10 creencias que debes eliminar de tu mente:
1. Cambiar nuestra dieta habitual.
Durante las navidades, ingerimos platos que no solemos comer durante el resto del año. Cuando acaba este periodo excepcional, lo habitual es eliminar ciertos alimentos del menú, incluso los que comíamos antes. Sin embargo, esto no es lo ideal. «Debemos volver a una higiene alimenticia, a lo que acostumbramos a comer en nuestro día a día», aconseja Luis Castro, consultor de los Laboratorios Quinton.
2. Perder peso por debajo del índice corporal de masa.
No todo el mundo cuenta con la misma complexión física. El objetivo de peso no debe perseguir un ideal establecido, sino fijarse en los parámetros del cuerpo. «El límite saludable lo establece nuestro índice de masa corporal», explica Beatriz Núñez, responsable de nutrición de Spirit SkinBar. «Nunca debemos estar por debajo del 18,5 ya que indica desnutrición y es extremadamente peligroso para nuestra salud».
3. Comer solo fruta y verdura.
Si bien es cierto que en un periodo corto de tiempo libran de unos kilitos, el efecto rebote es inmediato cuando se abandona. Castro y Núñez coinciden en otro punto: crean un desequilibrio nutricional. «Nos encontramos con un exceso de azúcares y carencia de proteínas y grasas», asegura el primero.
4. Eliminar los alimentos ricos en grasas.
Si bien es cierto que no se debe abusar de ellos, no lo es menos que aportan sustancias esenciales para el organismo. «El salmón aporta ácidos grasos muy beneficiosos que no se obtienen de forma natural en nuestro cuerpo, como el Omega 3», indica Castro. El aguacate también resulta beneficioso, aunque en menor medida. «Aporta serotonina a nuestro cuerpo», señala Castro.
5. Limitar el consumo de carbohidratos.
Es habitual que, incluso con la intención de mantener el peso, se acote el consumo de carbohidratos a determinadas franjas horarias, como la mañana, así como su cantidad. Pero el problema real no está en estos azúcares. «Debemos escoger carbohidratos de liberación lenta», dice Núñez. Las harinas blancas deben salir del menú y entrar las integrales, las patatas, el arroz… «De otra forma, cuando los consumamos de forma puntual acumularemos el doble, y mientras no lo hagamos, nuestro metabolismo transformará otros nutrientes para conseguir azúcares, un proceso más lento y pesado», explica Castro.
6. Beber mucho líquido ayuda.
«Solo ayuda a perder volumen», garantiza la experta. «Puede ser contraproducente e incluso peligroso para nuestros riñones. El consultor añade: «Si tenemos un exceso de agua, los nutrientes están más disueltos y los procesos fisiológicos no funcionan igual. Además, nuestro cuerpo, para equilibrarse, elimina más líquido y perdemos muchos minerales».
7. Demonizar los productos con cafeína.
Si bien es cierto que el café no resulta aconsejable, otras sustancias con este alcaloide sí resultan beneficiosos. Así, tanto el té verde como el cacao («siempre y cuando sea negro y de la mayor pureza posible», apuntilla Núñez) contienen una sustancia llamada catequina que acelera el metabolismo, por lo que deben estar presentes en la dieta.
8. Apoyarse en la leche y sus derivados.
Los lácteos suelen tener más consecuencias contraproducentes que beneficiosas. Esto incluye los quesos frescos, que suelen formar parte de ensaladas en las dietas adelgazantes. «La leche está destinada a un animal de mayor tamaño, sus proteínas son más difíciles de digerir», opina Castro. Los yogures, debido a su fermentación, son un poco menos perjudiciales.
9. Centrarse solo en la alimentación.
«El ejercicio no es una opción, es necesario para estar sanos», opina Núñez. «Hay que buscar algo que te guste para que no te suponga un esfuerzo». Para eliminar los kilos, recomienda las prácticas cardiovasculares como correr o nadar porque «queman primero los hidratos de carbono y después la grasa».
10. Fijarse en los resultados de otras personas.
Como se indicaba antes, no todos respondemos del mismo modo ante un régimen alimenticio o una actividad física. «Hay biotipos que pueden quemar más rápido que otros», tranquiliza Castro.
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