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Esther Cañadas: “No quise ser un ángel de Victoria’s Secret. Y si lo hubiese sido... ¡A lo mejor ahora tendría tres casas más!”

Fue uno de los rostros más conocidos del planeta, pero con 36 años decidió desaparecer. Estuvimos con ella en Roma, hogar de Bulgari, con cuya alta joyería posa en estas imágenes. Su regreso triunfal es la demostración de que los iconos son eternos

La modelo Esther Cañadas lleva vestido de punto de AMI PARIS y collar de alta joyería de BULGARIen oro rosa con nácar, peridoto, tanzanita, citrino, topacio, rubelita, amatista, turmalina rosa y verde, 
diamantes y pavé de diamantes.
La modelo Esther Cañadas lleva vestido de punto de AMI PARIS y collar de alta joyería de BULGARIen oro rosa con nácar, peridoto, tanzanita, citrino, topacio, rubelita, amatista, turmalina rosa y verde, diamantes y pavé de diamantes. ALICE ROSATI
Raquel Peláez

Cuando Esther Cañadas (Albacete, 47 años) se bajó de la pasarela tras el último desfile de Balenciaga, el director creativo de la firma francesa, el visionario y muy excéntrico Demna, se acercó a ella y le dijo que cuando era solo un niño que crecía en la Georgia postsoviética en guerra con Rusia, su obsesión era conseguir algo dificilísimo en un país marcado por el permanente conflicto y en un hogar no precisamente boyante: sintonizar Fashion TV para poder verla desfilar a ella. “No puedo explicarte lo que significó para mí que uno de los diseñadores más importantes de nuestro tiempo me dijese que descubrió su vocación gracias a mí”, explica con una candidez que enternece la misma mujer que un día fue imagen de Donna Karan, Emporio Armani, Gianfranco Ferré o Versace. “Alexander McQueen cuando firmó para Givenchy quería que saliese vestida de monja y me arrancase la túnica, y debajo saliese vestida de cóctel. Me pidió que convenciera yo al CEO y me hizo sentarme en su despacho y poner las piernas encima de la mesa. Le expliqué yo la idea mientras él estaba muerto de risa detrás de un sofá. ¡Y al final lo conseguimos!”, explica entre carcajadas. Cañadas, que empezó a ir a sus primeros castings con 15 años, no es solo una de esas modelos que los verdaderos connoiseurs de la industria consideraban casi un fetiche y por cuya presencia en los desfiles se pelearon durante los años noventa todos los grandes nombres (de Gucci a Dolce & Gabbana, pasando por Chanel, Calvin Klein o Saint Laurent contaron con ella más de una década), es que además su rostro alienígena se convirtió en imagen de grandes firmas que hicieron de ella una celebridad pop de alcance mundial. A los 36 años, y sin más explicaciones, decidió retirarse. Más tarde lo justificaría: solo quería llevar una vida “normal”. Sus facciones misteriosas desaparecieron de pasarelas, vallas publicitarias y revistas. Fue madre, aprendió a vivir de otra manera. Desde 2020 está de vuelta. Más sabia, pero igual de icónica.

Vestido de punto de AMI PARIS y collar de alta joyería de BULGARI en oro rosa con nácar, peridoto, tanzanita, citrino, topacio, turmalina verde, rubelita, amatista, turmalina rosa, turmalina verde, 
diamantes y pavé de diamantes.
Vestido de punto de AMI PARIS y collar de alta joyería de BULGARI en oro rosa con nácar, peridoto, tanzanita, citrino, topacio, turmalina verde, rubelita, amatista, turmalina rosa, turmalina verde, diamantes y pavé de diamantes. ALICE ROSATI

Pregunta. Cuando hizo esa pausa que le llevó a descansar seis años, ¿llegó a pensar que debía haberse dedicado a otra cosa?

Respuesta. Nunca. Yo tenía un sueño que era muy difícil de alcanzar y no solo lo alcancé, sino que lo superé con creces. Llegué a hacer cosas que ni hubiese imaginado y me pasé con mucho con respecto a lo que me había propuesto. No he tenido esa espinita, aunque sea verdad que te pierdes muchas cosas: una infancia, una adolescencia, cierta normalidad… Me tiré años y años haciendo vuelos París-Nueva York cuatro veces por semana. Lo he contado muchas veces, pero es que yo no tenía cosas tan básicas como el carné de conducir. No tenía la posibilidad de sacármelo, porque no tenía tiempo ni tampoco la ocasión de usarlo, porque vivía en aviones. Cuando vives así si no paras tú en algún momento tu cuerpo o tu mente lo hacen por ti.

P. ¿Y en su caso fue su cuerpo o usted?

R. ¿Nunca has caído enferma de una gripe tremenda justo cuando te pones de vacaciones? Yo paré por mi propia iniciativa, pero al final tuve que seguir ese parón porque un diagnóstico me obligó.

P. En esos seis años que estuvo fuera hubo una especie de revolución feminista. ¿Encontró muy cambiado al sector al volver?

R. Mi regreso fue por la puerta grande, cerrando un desfile de Balmain. Olivier Rousteing es un genio y mi sensación principal fue de volver a casa, de sentirme en mi hábitat. Me sentí muy bienvenida, querida y valorada. Hay muchísimos cambios sí, pero sigue la esencia.

P. En algunas agencias ha surgido una nueva figura que orienta a las modelos, que las previenen de posibles tratos abusivos, les hablan de sus derechos, las orientan. ¿Le hubiera gustado a usted tener eso?

R. La verdad es que me acabo de enterar ahora mismo de que eso existe. Yo me fui de casa a los 15 años y siempre he dicho que había compañeras de 24 que se notaba que no estaban preparadas para estar solas. Y otras de mi edad, pues sí. Está muy bien que haya gente que aconseje y que diga, pero creo que al final la forma de afrontar las cosas tiene que ver con el sentido común. En mi época estabas sola, pero no solo frente a la gente de la profesión, sino sola en todo; no solo a la hora de tomar decisiones, sino en cualquier cosa que te pudiera pasar a lo largo del día. No tenías Google Maps, no tenías Skype, no tenías nada. Tú te ibas a un país y te buscabas la vida. Está bien que haya opciones, que te den información y te respalden, pero yo no lo he echado de menos. La persona que te asesore tiene que estar muy capacitada y no solo eso, sino también compartir tus valores. Yo he dicho que no muchas veces a cosas muy importantes porque no las quería para mi carrera. Y otras veces a lo mejor he elegido algo que para mi agente no era lo más importante. Es un equilibrio delicado.

Vestido de crepé con efecto trampantojo de BALMAIN y medias negras con raya trasera blanca de EMILIO CAVALLINI. Collar de alta joyería de BULGARI en platino con una espinela ovalada, rubelitas, ónices, diamantes y pavé de diamantes.
Vestido de crepé con efecto trampantojo de BALMAIN y medias negras con raya trasera blanca de EMILIO CAVALLINI. Collar de alta joyería de BULGARI en platino con una espinela ovalada, rubelitas, ónices, diamantes y pavé de diamantes. ALICE ROSATI

P. ¿Me podría poner un ejemplo?

R. Pues por ejemplo, no quise ser un ángel de Victoria’s Secret. Y, obviamente, eso es algo muy apetitoso, porque son contratos muy grandes con repercusión mediática y económica gigante, pero no era algo en lo que yo me viera representada.

P. En ese sentido fue pionera, porque con el paso de los años se convirtió en un clamor que quizá esa no era la mejor forma de representar a las mujeres…

R. Fue justo antes de que empezaran, cuando era solo un proyecto y querían relanzar la marca con otro tipo de imagen y esa inversión brutal. Tuve muchísimas reuniones con mi agente, vino el director general de la agencia para intentar hacerme ver lo importante que era que lo hiciera y para mí no era una opción. Así que sí, fui pionera.

Bustier deconstruido de MAISON MARGIELA RECICLA, falda de seda exfoliada, tocado de tiras plastificadas y zapatos modelo tabi, todo de MAISON MARGIELA, y pendientes de alta joyería de BULGARI en platino con diamantes y pavé de diamantes.
Bustier deconstruido de MAISON MARGIELA RECICLA, falda de seda exfoliada, tocado de tiras plastificadas y zapatos modelo tabi, todo de MAISON MARGIELA, y pendientes de alta joyería de BULGARI en platino con diamantes y pavé de diamantes. ALICE ROSATI

P. ¿Y recuerda cómo lo argumentó?

R. Cuando empecé mi carrera no sabía a dónde iba a llegar, pero tenía claro que no era ese camino. No quería ser conocida mundialmente por esa imagen. Aun sabiendo que era mucho dinero y que el proyecto era una cosa enorme, yo no lo veía. Para mis agentes comprender mi decisión fue complicado porque al fin y al cabo esto es un negocio y ellos querían su comisión. Por eso te digo que lo de tener un asesor, pues es muy relativo… Yo afortunadamente tenía muy claro lo que quería, pero si no hubiese sido así, pues igual hubiese sido un ángel… ¡y a lo mejor ahora tendría tres casas más! [risas].

P. En los últimos años el debate de la diversidad corporal ha puesto en duda ese tipo de desfiles y también esa forma de ver el cuerpo femenino de manera despiadada. De hecho el público también ha sido despiadado con usted en ocasiones…

R. ¿Despiadado en qué sentido?

P. En el sentido de exigirle que siempre fuese la misma mujer. Cuando se retiró en esos seis años hubo todo tipo de comentarios sobre los cambios físicos relacionados con su enfermedad. ¿En eso quizá sí ha notado un cambio a mejor?

R. Estamos hablando de una profesión y de un mundo en el que todo es imagen. Si tu imagen cambia, pues evidentemente es algo de lo que los medios y el público van a hablar. Es complicado. Cuando engordé se montó mucho revuelo también porque soy muy reservada con mi vida personal. Me diagnosticaron una enfermedad inmunológica, me medicaron con cortisona y yo misma no tenía ni idea de los efectos secundarios de este tipo de medicamentos. Tampoco nadie me avisó. Yo creo que ahí la sorpresa de los medios fue porque yo ya me había retirado y ya estaba fuera del ojo público… pero lo cierto es que yo en ese momento estaba muy ocupada en otras cosas y los comentarios que pudiera haber no les presté atención y no me afectaron especialmente. También cuando estuve muy, muy delgada estaba expuesta a ese tipo de comentarios. Entonces estaba así de delgada por el ritmo de vida frenético y también por mi metabolismo: mi hija es exactamente igual que yo. Y aquello sí que me molestaba mucho porque para mí siempre ha sido muy importante el tipo de referente que ofrecía a las chicas jóvenes. Por eso yo insistía muchísimo en todas las entrevistas que tenía mucho “saque”, que me encantaba comer, porque me ha dado mucho respeto pensar que por mi imagen, que es genética, alguien pudiese enfermar.

Trench de piel de SPORTMAX y zapatos de ISABEL MARANT. Pendientes Monete en oro amarillo con crisoprasa, dos monedas antiguas de plata (Rodas-Caria), rubelitas, diamantes y pavé de diamantes y brazalete de alta joyería en oro rosa con turmalinas rosas y verdes, rubelitas, peridotos, amatistas y diamantes, ambos de BULGARI alta joyería.
Trench de piel de SPORTMAX y zapatos de ISABEL MARANT. Pendientes Monete en oro amarillo con crisoprasa, dos monedas antiguas de plata (Rodas-Caria), rubelitas, diamantes y pavé de diamantes y brazalete de alta joyería en oro rosa con turmalinas rosas y verdes, rubelitas, peridotos, amatistas y diamantes, ambos de BULGARI alta joyería. ALICE ROSATI

P. ¿Y cree que hoy en día se le daría el mismo tratamiento mediático?

R. Yo creo que por mucho que hayan cambiado las cosas, sigo leyendo cosas similares todos los días.

P. Acaba de mencionar a su hija y he recordado que alguna vez ha comentado que es un “alma sabia”. ¿A qué se refiere?

R. Yo tuve el privilegio increíble de haber pasado muchísimo tiempo con ella cuando nació y pasar los primeros años de su vida dedicada a su crianza. No es algo que todo el mundo puede elegir. De manera que ella creció viendo que yo era mamá. Pero además de esa mamá había otro personaje y para mí ha sido muy importante que ella empezara a ver a ese personaje, que también soy. Yo quería que ella viera mi regreso a esta industria y que comprendiera que si te esfuerzas puedes hacer lo que quieras, pero que volver a estar en la posición en la que yo estoy ahora pues necesitas una entrega, una dedicación, una constancia. Así que creo que he conseguido enseñarle eso y aunque ahora solo tiene nueve años tiene unos valores muy claros y una idea muy definida de lo que es importante en la vida y a qué hay que dar prioridad. Para mí la maternidad es la cosa más increíble del mundo y si hubiera podido yo hubiera tenido seis o siete hijos, pero bueno, la vida te compensa y tengo una que vale por 10.

P. ¿Cuándo fue la última vez que aprendió algo de ella y qué fue?

R. Me pasa todas las semanas. Me levanté con fiebre y tos un día que la iba a llevar con su mejor amiga a unos castillos hinchables y cuando me vio la cara me dijo: “Mamá, hoy no vayas a trabajar ni me lleves a los castillos. Tienes que meterte en la cama una semana o dos”.

P. Y si ella le dijese mañana que quiere ser modelo, ¿le daría un disgusto o se llevaría una alegría?

R. De aquí a que ella quiera ser modelo, vete tú a saber cómo es el mundo de la moda… Ni sorpresa, ni alegría, ni tristeza. Yo quiero que haga lo que le haga feliz. Yo creo que es un mundo difícil, lleno de sacrificios, pero también fascinante y lleno de cosas muy buenas.

P. Pero si lo piensa bien, usted cuando empezó tenía 15 años. ¡Es que no era ni mayor de edad!

R. Es una locura, es una locura, todavía no entiendo ni cómo pasó ni nada. Es una locura máxima, por mi parte, por parte de mis padres… pero hace años que ya ni lo pienso.

Reloj secreto Monete Catene en oro rosa con diamantes y con una moneda de plata del emperador Caracalla, esfera en madreperla y diamantes y reloj secreto de alta joyería Monete Catene en oro 
amarillo con diamantes y con una moneda antigua en plata, ambos de alta joyería de BULGARI.
Reloj secreto Monete Catene en oro rosa con diamantes y con una moneda de plata del emperador Caracalla, esfera en madreperla y diamantes y reloj secreto de alta joyería Monete Catene en oro amarillo con diamantes y con una moneda antigua en plata, ambos de alta joyería de BULGARI. ALICE ROSATI

P. ¿Recuerda la primera vez que se dio cuenta de que era bella?

R. Yo es que a día de hoy no me veo de esa forma. No me hice modelo porque me supiera “bella”, sino porque quería viajar, quería ver el mundo, me fascinaba la creatividad. Pero es que incluso a mi primer casting fui porque mi madre, que sí tenía interés en ese mundo, me lo propuso y así me libraba de un examen al que no quería ir.

P. Y cuando se ve en las campañas legendarias, ¿se reconoce o ve a una extraña al otro lado?

R. Yo me reconozco en todo. Solo digo que lo de la belleza es muy subjetivo. Yo sí soy muy consciente de que tengo una imagen distinta. Que me ves por la calle y dices: “Pero ¡y esta!” [risas].

Vestido con bodi incorporado y mules de ALAÏA, y collar Serpenti, de alta joyería de BULGARI, en oro blanco con una organita, morganitas, amatistas, diamantes y pavé de diamantes.
Vestido con bodi incorporado y mules de ALAÏA, y collar Serpenti, de alta joyería de BULGARI, en oro blanco con una organita, morganitas, amatistas, diamantes y pavé de diamantes. ALICE ROSATI
Camisa de PHILOSOPHY di Lorenzo Serafini y collar de alta joyería de BULGARI en oro rosa con rubelitas, amatistas, turquesas, esmeraldas, diamantes y pavé de diamantes.
Camisa de PHILOSOPHY di Lorenzo Serafini y collar de alta joyería de BULGARI en oro rosa con rubelitas, amatistas, turquesas, esmeraldas, diamantes y pavé de diamantes. ALICE ROSATI
Chaqueta y falda larga de seda de YOHJI YAMAMOTO y collar Monete, de la nueva colección Aeternade alta joyería de BULGARI, en oro amarillo, con esmeraldas, una moneda antigua de bronce de Tiberio Augusto y pavé de diamantes.
Chaqueta y falda larga de seda de YOHJI YAMAMOTO y collar Monete, de la nueva colección Aeternade alta joyería de BULGARI, en oro amarillo, con esmeraldas, una moneda antigua de bronce de Tiberio Augusto y pavé de diamantes. ALICE ROSATI

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Sobre la firma

Raquel Peláez
Licenciada en periodismo por la USC y Master en marketing por el London College of Communication, está especializada en temas de consumo, cultura de masas y antropología urbana. Subdirectora de S Moda, ha sido redactora jefa de la web de Vanity Fair. Comenzó en cabeceras regionales como Diario de León o La Voz de Galicia.
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