Ni novios ni amigos ni follamigos: qué es una ‘situationship’, las no-relaciones que atormentan a quienes ligan en el siglo XXI
Aunque las parejas inmersas en historias de amor casuales y sin ataduras no son nuevas, sí lo es el término que ahora les da nombre y sobre todo el espacio donde más surgen: las aplicaciones de ligar. Hablamos con expertos sobre el asunto
Advertencia para los románticos y los fans de las historias de amor de Disney: este tema puede generar ansiedad, sudores fríos y temblores, pues lo que hoy nos ocupa son las relaciones que ya no creen ni en finales felices ni terminan en banquetes de perdices. Cuando en 2005 Facebook permitió a los usuarios aclarar que se encontraban en “una relación complicada”, pocos imaginaron que ese tipo de parejas, lejos de ser la excepción, comenzarían a ser habituales con el paso del tiempo. El informe Year in Swype de 2022 de Tinder indicó que los jóvenes solteros ya hablaban entonces de las situationships, un vínculo casual consensuado por ambas partes, como de un estado de relación válida. Un año después fue el diccionario Oxford el responsable de volver a recalcar que este tipo de relaciones están más de moda que nunca, al señalar que el término fue el segundo que mejor capturó las tendencias que definieron a 2023.
Qué es una ‘situationship’ y cuáles son sus bases
“El término fusiona las palabras relación y situación, por lo que se puede traducir como estar en una situación. Se trata de una forma de relacionarse en la que existe algo, pero, a la vez, no existe nada. Hay sexo, pero no una relación. Quedamos, pero no es una cita. Una situationship es un sí, pero no”, explica Eva Gutiérrez, autora de Si es tóxico no es amor. Los enemigos de la ambigüedad también estarán desilusionados porque, como se puede observar, se trata de un anglicismo poco conciso y que parece estar destinado al subjuntivo y al quizás. “En este tipo de relaciones no hay cabida para etiquetas como pareja o noviazgo, porque no hay un compromiso. Son relaciones basadas en la inmediatez, la misma que vivimos en nuestra sociedad. No olvidemos que nos encontramos en la era de tener lo que quiero aquí y ahora. Vivimos en el ya mismo, al segundo, y si no me gusta, lo desecho en un solo clic. Estamos en la cultura de haber perdido la paciencia. ¿Por qué iba a ser diferente nuestra forma de relacionarnos?”, pregunta.
Tinder registró un aumento del 49 % entre los miembros que añadieron esta nueva intención de relación a sus perfiles, y más de uno de cada 10 de los jóvenes solteros encuestados aseguró preferir las situationships como una forma de tener un vínculo con menos presión. El abrazo de estas relaciones que separan a las amistades de las historias de amor románticas fue inmortalizado ya en 2009 en la gran pantalla, en 500 days of Summer. Los protagonistas de la película mantienen una no-relación en la que él quiere una pareja estable, mientras que ella deja claro en todo momento preferir un tipo de pareja que hoy encajaría a la perfección con la definición de situationship. Sin embargo, entonces no existía aún un término que definiera el tipo de relación que ella buscaba. Hay una escena que dibuja bastante bien el tema que hoy tratamos y las relaciones que define. En el coche, camino del cine, él le hace una de esas pregunta que tanto miedo dan: “¿Qué somos?”. Ella responde con un esquivo “¿qué más da?”, para, a continuación, hacerle cosquillas y reír, creando un espacio de intimidad en el que él se sienta seguro pese a que su respuesta no ha sido en absoluto la que esperaba. De hecho, más adelante sus amigos intentan forzarlo a preguntarle a la chica directamente si son novios (que es lo que él anhela y lo que cree que son), pero él afirma que ellos no creen en etiquetas. Ese momento es el que mejor aclara que el motivo por el que no quiere plantear tal cuestión es que sabe perfectamente que la respuesta de ella supondría el final de la situationship.
“Es vital saber si los dos persiguen el mismo objetivo y si están en el mismo punto, porque si una de las partes se enamora y quiere algo más y la otra no, es el momento de parar y preguntarse si este tipo de relación te compensa. Para mí lo más importante en cualquier tipo de relación es preguntarte cómo te hace sentir. ¿Me hace sentir bien, a gusto? O, por el contrario, tal vez empiezo a sentirme intranquila, preocupada, no vista, insegura… Es importantísimo que te pares contigo misma y revises cómo te está haciendo sentir la relación que estás viviendo para que, si ves que este tipo de relación puede llegar a hacerte daño, le pongas fin cuanto antes y así evites sufrir”, dice Gutiérrez.
Pero este tipo de relaciones, ¿son en realidad una excusa para huir del compromiso? Eva Gutiérrez explica que precisamente lo que define a estas parejas es la falta de compromiso, pues a diferencia de las relaciones tradicionales, las situationships no son formales ni tienen un título oficial. “El denominador común es la falta de etiquetas claras y de compromiso. No hay definición clara de la relación, por lo que es posible que no sepas si la otra persona queda con más gente al mismo tiempo, o si solo te llama en momentos específicos, como cuando está aburrido en casa, por ejemplo”. Por su parte, Flavia dos Santos, sexóloga colaboradora de Gleeden, plataforma de encuentros extraconyugales, no cree necesariamente que este tipo de relaciones sea una forma de rehuir el compromiso. “Hasta en las situationships se necesita tenerlo: hay que cuadrar una hora, elegir un lugar para quedar, estar disponibles… Supone no encasillarse en una sola forma de vivir los encuentros amorosos; huir de una sola posibilidad”.
Las ventajas de las no-relaciones y cómo saber si estás en una
A la hora de valorar los puntos positivos de este tipo de relaciones, es frecuente que emerja la figura del follamigo, que Dos Santos considera menos positiva. “La situationship es mejor que un follamigo, porque te da la oportunidad de encontrar coincidencias con el otro, de intercambiar y de compartir momentos que pueden ser enriquecedores para ambas partes. Aunque pueda parecer algo demasiado superficial, creo que puede ser el puente hacia una relación estable. Cuando tienes un follamigo, no hay más que sexo”, explica. La psicóloga y sexóloga Ana Lombardía considera que este tipo de relación puede ser útil e interesante durante un tiempo, cuando por ejemplo la pareja acaba de conocerse y está viendo si encaja. “De ese modo, nos permite no precipitarnos en una relación que a lo mejor no nos conviene o para la que no estamos listos. Es importante que esa situación no se alargue demasiado en el tiempo, o que no se encadene una situationship con otra y con otra eternamente, sino que sea el paso natural del momento de empezar a conocer a alguien”, advierte.
Los especialistas en citas de la aplicación AdoptaUnTío, en la que el uso del término situationship se disparó el pasado verano hasta alcanzar un 15%, han preparado una descripción de cuatro síntomas que te permiten identificar si tú también tienes una.
Cerca, pero no mucho
“Los involucrados pueden llegar a ser exclusivos entre sí, pero no suelen pensar en un futuro juntos. Se trata más bien de un sistema sin obligaciones de pareja”, explican.
Planes con poca antelación
“Las situationships son bastante casuales y hay que dejarse fluir. Es por esto que si las dos partes planean hacer algo juntos, no irá más allá de los próximos días o semanas como mucho. La situación es tan efímera que sería arriesgado comprar entradas para un festival con seis meses de antelación”, aseguran.
Presentación a los amigos
“Las personas que tienen una situationship están de acuerdo en que no es lo mejor y tampoco están seguras de si algún día eso se convertirá en algo más. Hacer presentaciones implicaría definir a la otra persona como amigo o novio”, advierten.
Tipo de citas
“Es cierto que las parejas que están en este tipo de relación quedan y hacen planes, pero no en tanto que citas románticas. Son más de quedar para ver una peli en el sofá y lo que surja. La regularidad de este tipo de encuentros no está especificada por ninguno de los dos”, indican.
Para finalizar (sin perdices de por medio), hay que recordar la importancia de no obviar la responsabilidad afectiva, que supone reconocer y asumir que nuestros actos causan emociones en las personas con las que nos relacionamos. “Debemos ser conscientes de las implicaciones que conllevan los vínculos que establecemos con las otras personas. La pregunta del millón es cuál es tu objetivo en una relación sin etiquetas y si es el mismo que el de la otra persona. Si tenéis objetivos distintos, la cosa puede llegar a complicarse mucho”, sentencia Eva Gutiérrez.
La psicóloga y sexóloga Ana Lombardía hace una aclaración importante como broche final: “Debemos recordar también que el hecho de que nos guste alguien, incluso que nos encante, no significa que tengamos que o podamos estar con esa persona. Que alguien nos guste es la base, algo que se tiene que dar por hecho, pero todo lo demás que construimos alrededor va a ser imprescindible. El amor y la atracción no son suficientes”. Y, por eso, ni Summer era una mujer malévola ni un robot (como el protagonista de la película comenta en una escena), ni quien no quiere una relación al uso está siendo cruel, siempre y cuando le haya hecho saber a la otra persona lo que quiere, busca y necesita.
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