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“Más lluvia, más polen”: las predicciones apuntan a que esta será una primavera dura para los alérgicos

La abundancia de precipitaciones y las posteriores temperaturas cálidas agravarán las reacciones en algunas comunidades del centro peninsular

Alergias primavera

Esta primavera será dura para los alérgicos en España. Las abundantes lluvias que cayeron sobre toda la península durante las últimas semanas del invierno, sumado a la probabilidad de temperaturas cálidas cuando cambie la estación, harán que en los próximos meses el aire se llene de polen. Así lo advierten dos informes publicados en Madrid y Barcelona en los últimos días. “La lenta superación de la extrema sequía de los últimos años y la suavidad térmica se traducen en intensas polinizaciones invernales y primaverales”, apunta un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) que lleva la firma de Jordina Belmonte, aerobióloga del Departamento de Biología Animal, Biología Vegetal y Ecología en la institución catalana.

Con tanta agua, las hierbas, las plantas más tiernas, logran crecer más y producir más flores. Y como la planta está más tiempo activa, emite más polen”, explica la científica, especializada en una disciplina que estudia el comportamiento de los organismos vivos, o parte de ellos, que hay en el aire. Las lluvias son bastante engañosas para los alérgicos. Por un lado, ayudan a las plantas a generar más polen y complicar los cuadros alérgicos, pero también limpian puntualmente la atmósfera, lo que ayuda a respirar mejor, aunque sea por un rato. “El agravante es que, luego de limpiar el aire, la lluvia propicia que los pólenes de hierbas aumenten y se mantengan durante más tiempo”, detalla Belmonte.

La presencia de polen dependerá de las zonas geográficas y climáticas de cada comunidad, pero la experta de la UAB cree que su abundancia durante la primavera será un fenómeno generalizado en todo el territorio. En la mañana del jueves, la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) presentó en Madrid su informe anual de previsión de polen para las diferentes comunidades autónomas. El reporte señala que la primavera, en las regiones del centro peninsular, será de moderada a intensa. Los responsables, como siempre en esta época del año, serán las gramíneas, el olivo, el plátano de sombra y las cupresáceas.

El mapa de la intensidad

En el informe se detalla que los puntos de España más preocupantes para las personas alérgicas serán Vitoria, Toledo, Badajoz, Cáceres, Sevilla y Jaén, catalogados como primavera intensa. En Vitoria se esperan picos de 5.200 gr/m3, en Toledo de 6.000 gr/m3 y en Extremadura por encima de 16.000 gr/m3. Como moderada-intensa figuran zonas de Castilla y León, Castilla-La Mancha y Madrid. La afectación será moderada en Logroño, Pamplona, Córdoba y Granada. Juan José Zapata, presidente del Comité de Aerobiología Clínica de la SEAIC, detalla en un comunicado que “en Castilla y León la primavera se prevé moderada. Asimismo, en algunos puntos de Castilla-La Mancha, como Guadalajara y Albacete, se espera que sea leve”.

También será leve en Canarias, Baleares, Cataluña, Comunidad Valenciana, Aragón y Murcia, y en puntos como Bilbao, San Sebastián, La Coruña, Lugo, Pontevedra, Orense, Santander, Oviedo, y en las provincias andaluzas de Almería, Cádiz, Málaga y Huelva. “Cuando hablamos de niveles bajos, lo hacemos en relación con el resto del territorio nacional. Pero para una persona que vive en Islas Canarias tener 250 granos/m3 alcanza para manifestar síntomas”, explica.

Las alergias se han disparado en todo el planeta en las últimas décadas. Entre el 20% y el 25% de la población padece alguna enfermedad alérgica, una cifra que, según proyecciones de la Organización Mundial de la Salud, escalará al 50% para la década del 2050. Estas alteraciones del sistema inmune se pueden dar a los alimentos, a los medicamentos o a elementos ambientales, como el polen. Esta última alergia se conoce como polinosis —que da síntomas como estornudos, secreción nasal, picor de ojos, dolores de cabeza, fatiga o asma— y la sufren más de ocho millones de españoles.

Las causas que impulsan este aumento de los casos alérgicos son la contaminación, la globalización y los hábitos de vida. Además, la sobreabundancia de polen, como el que está previsto en esta primavera, no colaboran para nada. Belmonte lo explica: “Cuando se dan picos de polen, algunas personas con cierta predisposición a las alergias comienzan a manifestar síntomas por primera vez, precisamente porque la exposición es muy importante”. En la misma línea, Darío Antolín, vicepresidente de la SEAIC, detalla en una nota de prensa lo siguiente: “Estamos viendo cómo los cambios en el clima están generando un entorno más hostil para los pacientes alérgicos. Las temporadas de polen no solo son más largas, sino que los niveles son más elevados, lo que agrava los síntomas de los pacientes alérgicos”.

Al polen también puede sumarse otro agente caótico: las esporas. Durante todo el año, pero aún más cuando las temperaturas son cálidas y templadas, los hongos liberan partículas microscópicas en el aire. Estas partículas, las esporas, pueden provocar asma, rinitis y conjuntivitis, igual que el polen. En algunos casos, incluso pueden generar una inflamación crónica del aparato respiratorio de las personas alérgicas. Pero falta información para saber cómo prevenirlas. “En este campo estamos algo más retrasados”, señala Belmonte. Es que el estudio de las esporas es bastante más complejo que el del polen. “Existen muchísimas especies de hongos, que forman distintos tipos de esporas, dependiendo de la época del año, por lo que es muy difícil identificarlas y observar su grado de implicación en las alergias”, añade la especialista. También señala que “lo mejor que puede hacer un alérgico para procurarse calidad de vida es visitar a un médico para tener un diagnóstico claro”. Luego, seguir las recomendaciones al pie de la letra.

Medidas de prevención

Por lo general, las sugerencias sanitarias frente al polen suelen ser tomar medicación recetada y, en los días más preocupantes, salir a la calle con mascarilla y gafas. “Tampoco me iría a pasear el fin de semana a un parque o a la sierra porque allí es donde se concentran los alérgenos y la proximidad a ellos puede agravar los casos”, apuntala Belmonte.

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