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Educación

Inteligencia artificial, la asignatura pendiente de las escuelas

El observatorio OdiseIA, que vela por el buen uso de la tecnología más disruptiva, propone impulsar la formación en IA para combatir los prejuicios y preparar a los jóvenes para los empleos del futuro

La inteligencia artificial está por todas partes. Se manifiesta cuando buscamos una ruta en Google Maps, cuando Netflix nos recomienda series o cuando el móvil nos ordena las fotos sin nosotros haberlas etiquetado. Esta omnipresencia fomenta dudas, recelo e incluso rechazo en gran parte de la sociedad. La gente teme perder el control de su existencia en un mundo automático regido por las máquinas, los satélites y los micrófonos. Mónica Villas, directora de formación de OdiseIA, el Observatorio del Impacto Social y Ético de la Inteligencia Artificial, y directora del máster en Data Science de Immune Technology Institute, está convencida de que estos prejuicios hacia la inteligencia artificial (IA) existen por falta de educación e información. “La sociedad no está preparada, hace falta formación”, opina.

Por esta razón y por muchas otras, nació hace un año OdiseIA en España, que cuenta con 15 expertos de reconocido prestigio y de distintas disciplinas. Idoia Salazar, presidenta de dicha asociación sin ánimo de lucro y profesora de la Universidad CEU de Madrid, explica que todo empezó para hacer accesible a todos la investigación hecha hasta ahora sobre IA. “Queremos impulsar esta tecnología, pero a la vez es necesario tener un impacto en la conciencia. España tiene una asignatura pendiente para entender la tecnología y ver cómo nos puede ayudar”, asegura. Una de las soluciones que proponen desde OdiseIA esintroducir la inteligencia artificial en las aulas desde edades tempranas. A este cambio, sostienen desde la organización, tienen que sumarse otros, como que la calidad y la cantidad de los datos aumenten, porque si no la IA irá en detrimento de nuestros intereses.

Conectar con los jóvenes

Para Asunción Gómez-Pérez, codirectora del Área de Investigación de OdiseIA y catedrática de IA en la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), comenzar por las nuevas generaciones es la clave. “Para impulsar la IA desde un punto de vista responsable debería de haber formación a todos los niveles. Empezando por el principio de la cadena, que consiste en el uso responsable de las redes sociales por parte de los niños y niñas, y también en un uso responsable de todas las aplicaciones digitales que utilizan desde edades muy tempranas. Todo ello habría que apoyarlo con políticas que ayuden a los padres”, declara la experta, que forma parte del grupo de expertos del Consejo Asesor para la IA del Gobierno de España, creado en junio con el objetivo de garantizar su uso ético y seguro.

Para el 85% de los alumnos de bachillerato, la IA está cambiando las profesiones, pero el 48% nunca se ha formado en programación.

¿Qué saben los alumnos?

Villas recuerda un informe elaborado por IBM España a partir de entrevistas a un millar de alumnos. El 85,2% de los estudiantes de bachillerato cree que la IA está cambiando las profesiones. A la mitad les gustaría saber cómo desarrollar aplicaciones, pero un 48% afirma que nunca se ha formado ni en programación ni en robótica ni en electrónica. “Si nos fijamos en el último informe PISA, España sigue fallando en Matemáticas, asignatura clave para la IA”, precisa la experta. Borja Adsuara, especialista en derecho digital y director de divulgación de OdiseIA, opina que lo que saben los niños tiene que ver con “la imagen distópica” que se les transmite a través de series y películas, así como de los medios de comunicación y, en especial, de las redes sociales.

La presidenta de OdiseIA cree firmemente que la educación permitirá dejar de lado los prejuicios, evitar que se identifique la IA con la ciencia ficción. Para paliar estas deficiencias con acciones concretas, Villas propone iniciar en la materia a los niños de entre 10 y 12 años. Es una edad “ideal”, explica, para empezar a desarrollar el pensamiento computacional que implica resolver problemas y diseñar sistemas con el uso de los conceptos fundamentales de la informática. Una vez que este razonamiento esté controlado, Villas empezaría con la enseñanza de los fundamentos de la IA, cómo aprende de los datos y cómo se diseñan los algoritmos. Ya hay iniciati-vas y cursos de este tipo en países como China y Estados Unidos.

Getty

“Si más niños y niñas entran en contacto con la inteligencia artificial esto serviría también para que personas más diversas participen en el diseño de los algoritmos, así como poder desarrollar las profesiones del futuro aplicando sus conocimientos en IA”, asegura Villas. En España la cosa avanza, aunque quede mucho por recorrer. Existen escuelas y academias que imparten cursos específicos extraescolares. Villas cree que se debería hacer una revisión del currículo académico español entre 10 y 12 años y ver cómo encajar estas horas obligatorias de aprendizaje de IA. Algo así ocurre desde septiembre en el programa educativo francés. En el Liceo Francés de Madrid, por ejemplo, los profesores de Matemáticas incluyen en sus clases unas cuatro horas sobre IA a sus alumnos de segundo de bachillerato. Alai Miranda, que ha sido distinguida con el premio europeo Digital Girl of the Year 2019 (Chica digital del año) y apasionada de la tecnología, reconoce que en el instituto no les hablan de los avances recientes. Bajo el punto de vista de esta alumna de 16 años, es esencial actualizar el temario porque su generación se enfrentará a un mercado laboral donde el manejo de la tecnología será esencial. “Nos tienen que presentar nuevas ideas en la asignatura de Tecnología y hablarnos de temas modernos relacionados con ordenadores”, insiste la adolescente, que ha desarrollado por placer un modelo de reconocimiento facial con imágenes de sus amigos. “Es añadir datos y más datos y es increíble ver cómo el dispositivo es capaz de conectarlo todo, aprender e imitar al ser humano”, concluye.

El papel de los profesores

La primera respuesta que viene a la cabeza es optar por un lenguaje accesible. Para Adsuara, de hecho, es una de las cosas más importantes. “Hay que hacer más sencilla la tecnología y hacer pedagogía. Ningún proyecto funcionará si no se enseña”, advierte. Bajo su punto de vista hay que insistir en el hecho de que el problema no está en la máquina, sino en Diciembre 2020 el ser humano que la maneja. El abogado no cree que la mejor opción sea incluir una nueva asignatura en el colegio, sino más bien desarrollar talleres prácticos y empezar con la asignatura de Tecnología que ya existe en secundaria.

¿Qué tendríamos que tener en cuenta en la formación de los adultos? “Aparte de unas nociones básicas sobre cómo funcionan las tecnologías de lo que llamamos inteligencia artificial, aconsejaría a los profesores y a los padres que también dieran a los menores nociones sobre los aspectos éticos y jurídicos de la toma de decisiones”, contesta Adsuara.

Los profesores de Tecnología ya se han puesto manos a la obra, pero “no tienen el conocimiento suficiente para impartir IA a sus alumnos”, ratifica Villas. Para ella, lo ideal sería llevar a cabo programas en los cuales participen voluntarios de IBM para realizar clases prácticas en institutos para alumnos de entre 15 y 16 años colaborando con los profesores. Así, todo el mundo aprende a la vez. Otra posibilidad es una iniciativa colectiva con empresas, universidades y colegios para aprender IA porque, en palabras de la consultora, “de esta manera se podrían aunar esfuerzos” ante la limitación de recursos limitados tanto en las empresas como en los propios colegios.

Nuevas Habilidades

Una de las conclusiones del informe Global Talent Competitivenes Index 2020 es que, tras analizar el talento en diferentes países, es una "gran necesidad" llevar a cabo una adaptación masiva de habilidades y una formación en inteligencia artificial. "Si desde jóvenes se aprenden estos conceptos, ayudará en gran medida a aplicarlos en las distintas carreras que estudien, sean de ciencias o de letras, y sobre todo a poder usarlo en su profesión", concluye Mónica Villas, directora de formación de OdiseIA.

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