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A prueba

Aplicaciones para hacer deporte en casa durante la cuarentena si eres principiante

Probamos tres 'apps' que ofrecen rutinas para montar en bici, sesiones de yoga y entrenamiento personalizado. Todo sin salir del salón de casa

Leandro Alzate

Hace unos 20 años participé en una carrera de vallas en contra de mi voluntad. “Si no las puedes saltar, vas caminando”, me alentó una profesora del colegio. Mi rendimiento fue una mezcla de trote cochinero de obstáculo a obstáculo y de los primeros pasos del hombre en la luna al sortear cada valla. Diría que la escena retrata mis aptitudes deportivas: nulas con posibilidad de ridículo.

Sin embargo, las limitaciones de confinamiento desesperan a las almas más sedentarias, y la necesidad de hacer lo que sea —cualquier cosa, pero algo— aumenta cuando el mundo empieza y termina de la puerta de casa para adentro. Al segundo día, desplegué la bici. Al vigésimo tercero, descargué una app. Y después instalé otras dos para verter mi expertise en estas páginas.

Empezando a sudar

The Sufferfest es una forma sencilla de desempolvar la bici. La app admite la integración de sensores avanzados, pero también se adapta a bicicletas más simples, y ofrece la casi mágica posibilidad de pedalear por el Pirineo andorrano, que no es moco de pavo.

Los circuitos de The Sufferfest se acompañan de vídeos que transcurren en carreteras reales para las que la intensidad varía en función de la pendiente de cada tramo (aquí los jinetes más analógicos tienen que ajustar a mano sus bicis). La pantalla va mostrando las indicaciones correspondientes y comparte con el ciclista confinado algunos datos del entorno. Free tour sin pisar la calle.

Si The Sufferfest tiene más autoridad que tu fuerza de voluntad, hay una clara ventaja: manda él. Nada como una bajada de resistencia cuando te asalta la duda: “¿Me sabe la boca a sangre?”. La aparente desventaja de no tener sensores genera la ilusión de estar haciéndolo bien. Que igual sí. Pero igual no.

Asana Rebel ofrece algo que podría considerarse yoga aeróbico en un catálogo de vídeos que mezcla rutinas de estiramiento con otras más exigentes. Probamos un término medio: 26 minutos de ejercicios de tonificación.

Antes de concluir el primer minuto de sesión, se descubre la primera carencia: una esterilla. Si no quieres dejarte las rodillas en el parqué, puedes apañarte con una alfombra, pero asegúrate de que no se desliza demasiado, o te dejarás también los dientes. Aunque los ejercicios de calentamiento son bastante abarcables, en la primera sesión es recomendable buscar un lugar no muy alto para poner el móvil. Si es tu primera vez, te vas a perder cada 30 segundos y vas a estar bastante retorcido como para darle otra vuelta de tuerca a tu cuello.

Automotivación

Los movimientos están muy bien explicados —con la excepción de la indicación “respira por la nariz y exhala por las caderas”— y se ejecutan despacio. La única potencial fuente de problemas es no haberlo intentado nunca. “Buen trabajo, date un abrazo, lo estás haciendo muy bien”, celebra la instructora. Lo último es mentira, pero el abrazo me lo merezco. Asana Rebel exige flexibilidad y paciencia, pero rompe con la monotonía de rutinas más clásicas y, si tu cuerpo es tan dúctil como una barra de carbono, siempre te queda el reto de mejorar.

Adidas Training, fruto de la colaboración de la marca deportiva y Runtastic, tiene un gran punto a favor: en esta app puedes configurar tu entrenamiento en función de los grupos musculares que desees torturar y el tiempo que quieras dedicar al suplicio. Para la prueba, elijo brazos, abdominales y core, porque todo lo demás ya ha sufrido bastante.

Pasados cinco minutos de calentamiento opcional, la rutina se estructura en bloques de repetición que intercalan descansos. En este caso, la ventaja es que cada bloque de 40 segundos es repetitivo, con lo que es más fácil acabar por dominar los movimientos del vídeo. Y una vez lo has logrado, tienes 25 satisfactorios segundos de descanso. Es impagable que la app se encargue de llevar los tiempos y avisar de qué corresponde en cada momento, así como de cuándo se acerca el final de cada serie.

Durante la rutina, aparece algún ejercicio irrepetible para el humano medio, como los abdominales inversos. Pero lo bueno es que no estás en el gimnasio y nadie te juzga mientras dedicas 40 segundos a preguntarte si el problema es que no estás en forma o que tu cuerpo no está hecho para eso.

Cómo funciona

Ignorar. En los tramos intensos, The Sufferfest te anima a ponerte en pie sobre los pedales. Si también quieres ejercitar tu derecho a decidir, haz caso omiso. Que bastante tienes con lo tuyo. ¿Te convence? Tienes dos semanas para probarla gratis y luego tendrás que elegir entre pagar algo más de 13 euros al mes o algo menos de 120 por la suscripción anual.

Insultar. Los monitores de Asana Rebel saben lo que se hacen y se apoyan la cabeza en las piernas estiradas como quien se rasca la oreja. Si tú no llegas, aprovecha que no te oyen para increparles mientras haces el ridículo. Para poder hacer esto tal vez necesites pagar 48 euros al año o 30 al trimestre. La versión gratuita solo da acceso a una sesión corta.

No molestar. ¿No quieres poner a prueba la paciencia de tus vecinos de abajo a base de jumping jacks? Adidas Training te permite seleccionar entrenamientos respetuosos que no incluyen saltos ni ruidos. Si quieres experimentarla en todo su esplendor, la versión de prueba dura ahora tres largos meses. Si luego decides no pagar, hay una opción gratuita.

CONCLUSIÓN

Al margen de las ya conocidas virtudes del ejercicio físico, estas tres apps son una buena forma de llenar las horas muertas. Para quien se plantea incorporarlas a una rutina deportiva más seria, lo ideal sería quizás combinar el cardio de la bici con una sesión de ejercicios de las otras dos. Lo que está claro es que no vale la excusa de que “han cerrado el gimnasio”.

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