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Silvia Bruno: “Hay mucho que investigar con las baterías”

El almacenaje, el autoconsumo y la aplicación del big data y la inteligencia artificial, tendencias en el sector de la energía según la responsable de tecnología de Red Eléctrica

Silvia Bruno
Silvia BrunoCarlos Luján

La relación entre la tecnología y la energía estará marcada en los próximos años, no sólo 2020, por un propósito: generar energía sin emitir dióxido de carbono. Las renovables son la gran apuesta mundial para lograr este objetivo y España es uno de los países que más éxitos atesora en este campo.

Hasta el momento nuestro país, gracias a la gestión realizada por Red Eléctrica de España, ha integrado en el sistema eléctrico la potencia equivalente a 35 plantas nucleares procedentes de energía eólica, fotovoltaica y termosolar sin que se haya producido riesgo para el suministro a los consumidores y con vertidos (pérdidas de energía renovable) inferiores al 0,5%, logrando que alrededor del 40% de la energía eléctrica generada proceda de fuentes de origen renovable. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima ha fijado para 2030 un porcentaje del 74%.

Sin embargo, las energías renovables, como el clima, no son predecibles. El viento y el sol marcan su calendario, el calendario de la eólica y la fotovoltaica, y obligan a una gestión inteligente de las redes que transportan esa electricidad. Por eso, en los últimos años la tecnología, en especial, la inteligencia se ha incorporado de lleno en el sector energético: desde el big data a la inteligencia artificial. En Red Eléctrica de España ya se utilizan algoritmos para gestionar la operación del sistema eléctrico y también para hacer un mantenimiento predictivo de las instalaciones, y hasta para controlar el crecimiento de la vegetación en el entorno de sus tendidos eléctricos, que también son vigilados por drones. “No se trata sólo de cambiar las fuentes de energía, hay que revolucionar la manera en que esa energía se gestiona”, asegura Silvia Bruno. Por eso son fundamentales los avances tecnológicos y la innovación en este campo.

Sólo la tecnología parece capaz de romper la relación entre progreso y contaminación, pareja de hecho desde la revolución industrial. Una de las claves está en el desarrollo de soluciones de almacenaje para la energía renovable, que reducirán enormemente la dependencia de las circunstancias climáticas concretas. Un ejemplo son las baterías.

Vamos hacia un modelo digitalizado, con más puntos de generación y mucho más distribuidos".

“Todavía queda mucho camino que recorrer en el capítulo del almacenamiento”, dice Silvia Bruno, máxima responsable de tecnología e innovación del Grupo Red Eléctrica, “y al mismo tiempo tenemos que ser imaginativos con tecnologías que ya estamos utilizando, como es el caso de los bombeos reversible ligados a las centrales hidroeléctricas [que a través de dos presas son capaces de almacenar energía en las horas valle] y los volantes de inercia, unos equipos capaces de convertir la energía eléctrica en cinética, almacenarla y posteriormente, cuando el sistema lo requiere, devolverla a la red de nuevo como energía eléctrica.

La otra gran tendencia en los próximos años es el autoconsumo eléctrico, a través fundamentalmente de generación fotovoltaica, las placas solares. En este nuevo modelo energético, donde los consumidores son y serán también generadores de electricidad, las digitalización y la sensorizacion ocuparan un lugar central para hacer el sistema más eficiente y con menos puntos de fuga.

Queda mucho camino tecnológico por recorrer y 2020 será, sin duda, un año crucial para avanzar en esta revolución.

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