De diseñar pensando a diseñar sintiendo
La vicepresidenta mundial de Diseño de Producto de Google asegura que el camino hacia la creatividad y el éxito en el diseño se alimenta de una mezcla de datos e intuición, reflexiones y sentimientos.
Qué se siente al tener internet en la palma de tu mano? Esta es la pregunta que le pidieron responder a mi equipo por parte de Google. Si retrocedemos a 2016, ese fue el año en que Google presentó su primera línea de hardware de consumo, con una gama de productos que comprendía desde teléfonos inteligentes hasta altavoces.
Idear el diseño de estos productos fue un proceso que nos llevó a analizar la forma en la que hoy en día se parecen entre sí los dispositivos electrónicos disponibles en el mercado. Esto repercutió en una serie de decisiones que para nosotros tenían un mayor sentido a nivel estético, ya que diseñamos productos que forman parte del salón de nuestra casa.
Tenemos como objetivo la integración de estos diseños en nuestras vidas, de darle un sentido más humanizado a la tecnología. Y para que eso ocurra, nuestro deber es analizar en profundidad cada detalle: desde los tejidos hasta las notas de color y las texturas.
Cuando miras los productos sientes que todo encaja. Pero llegar a este resultado supone un gran desafío que, además de analizar grandes cantidades de datos, requiere de una buena dosis de intuición y comprensión de las necesidades de las personas. Eso es lo que determina un diseño 100% Google. ¿Pero cómo hemos llegado hasta ahí?
Nuestras decisiones de diseño se basan en datos y en nuestra intuición
No es ninguna sorpresa que los datos juegan un papel clave en nuestras decisiones de diseño. Después de todo, somos una compañía fundada por ingenieros. En muchas disciplinas, los datos se han convertido en un elemento fundamental, si no el más importante, a la hora de tomar decisiones. Pero hacer demasiado hincapié en los datos cuando hablamos de diseño puede llevarnos a un punto muerto. Mientras tanto, tenemos a nuestra disposición otra fuente de datos, a menudo pasada por alto pero igualmente importante: la intuición.
A primera vista, los datos y la intuición parecen fuentes de información contradictorias. Los datos se remiten a los hechos y estadísticas recopiladas para su referencia o análisis. Sin embargo, la intuición hace referencia a nuestra capacidad de comprender algo de inmediato y sin necesidad de razonar conscientemente, es instintivo. Se basa en la información que has acumulado a lo largo de toda tu vida, tanto de forma activa como pasiva.
Un ejemplo pueden ser los bordes redondeados y los círculos. De forma intuitiva, los bordes suaves y curvos nos evocan algo natural y familiar, más agradable que las líneas rectas y duras. Cuando ves rocas lisas y redondeadas en la orilla de un río, es probable que te entren ganas de quitarte los zapatos y meterte descalzo en el agua. Por el contrario, las costas escarpadas no nos provocan la misma reacción.
El papel que juega la intuición cuando se trata de tomar decisiones sobre el diseño, es ayudar a nuestro cerebro a atar cabos. Al crear los principios de diseño de Google, tuvimos en cuenta la intuición como fuente de información relevante. Como resultado, la tecnología que hemos creado parece, de algún modo, más humana. En lugar de parecer una caja negra, nuestro hardware tiene una apariencia más agradable gracias a la geometría simple y al uso de materiales propios de la electrónica de consumo. Confiar en nuestra intuición es lo que nos ha permitido crear una tecnología que encaja en la vida y en los hogares de las personas.
El éxito en el diseño exige pensar menos y dejarse llevar más por las emociones
Más allá de resolver un problema o facilitar una tarea, lo que perdura y es más importante es la manera en que un producto o experiencia nos hace sentir. Así, hablamos de diseñar emociones, un concepto que surge de combinar los datos con la intuición.
El papel que juega la intuición cuando se trata de tomar decisiones sobre el diseño, es ayudar a nuestro cerebro a atar cabos.
La mayor parte del tiempo, estamos diseñando para un futuro que aún no existe. Estamos creando productos que no se podrán comprar en meses, y estamos construyendo nuevas capacidades que aún no existen en nuestras vidas. Diseñar teniendo esto en cuenta implica una comprensión más profunda del ser humano y llegar al corazón de lo que la gente necesita, en lugar de lo que dicen que quieren. Exige cambiar los parámetros: de diseñar pensando a diseñar sintiendo.
Predecir lo que la gente necesitará en un futuro que aún no existe es precisamente la razón por la que no podemos fiarnos únicamente de las fuentes de información tradicionales: las entrevistas con clientes potenciales y los datos procedentes de estudios de investigación sobre diseño. Ese tipo de información se queda en la superficie porque las personas sólo pueden expresarse basándose en lo que ya conocen. Nuestro trabajo como diseñadores es imaginar lo que podrían necesitar, y combinarlo con lo que nuestra intuición y otros datos nos dicen.
Reunimos todas estas fuentes de información -intuición, datos y personas- en nuestra exhibición en Salone 2019 para mostrar cómo la gente percibe el diseño y la estética.
Equipamos a cada visitante con una pulsera personalizada que recogía su respuesta biológica ante la exposición mediante cuatro sensores distintos. Después de todo, el objetivo de la estética es apelar a nuestros sentidos. La exposición nos permitió captar esa respuesta. Constaba de tres habitaciones distintas, cada una con una línea de diseño característica que se notaba en todo el mobiliario, la iluminación, las texturas, los colores, el audio e incluso en el aroma. Al final de la experiencia, los visitantes recibían un resumen de sus respuestas en cada una de las habitaciones y cuál de ellas les hacía sentir más "cómodos". La combinación de estas fuentes de información distintas nos permite crear la tecnología que hace que las personas se sientan cómodas en sus hogares.
La necesidad de reunir diversas voces y perspectivas
Todos estos elementos juegan un papel importante en nuestros procesos de diseño. Detrás de todos estos procesos es donde creo que reside la receta secreta del diseño: las personas.
Nuestro equipo está formado por personas de todas las partes del mundo y tiene experiencia en todas las áreas del diseño: UX, investigación, ingeniería, color y materiales, y diferentes disciplinas como el diseño de mobiliario o la moda. La mayoría de las veces me describo a mí misma como directora de orquesta: reúno a una gran variedad de personas con diferentes conocimientos y talentos en un espacio donde pueden colaborar y crear. Tal como yo lo veo todos somos iguales, pero al mismo tiempo diferentes, así que la magia ocurre cuando los dones de la gente se amplifican en armonía unos con otros.
Una manera de crear esa armonía es a través de actividades de team building fuera de las oficinas, generalmente en la naturaleza y casi siempre sin nuestros teléfonos u ordenadores. Recientemente, parte de nuestro equipo hizo una excursión a una granja orgánica de 58 hectáreas donde recogieron flores y aprendieron a organizarlas, intentaron hacer apicultura y recogieron tomates para disfrutar todos juntos. La naturaleza ofrece la máxima experiencia sensorial, llena de colores, texturas, sonidos, olores y espacio a tu alrededor.
No tiene por qué ser una granja orgánica, o asistir todo el equipo, pero no podemos pasar por alto la importancia de la confianza y la conexión cuando se trata de diseñar y crear juntos. Tenemos que encontrar otras formas de que esto ocurra fuera de nuestro entorno de trabajo cotidiano. Si te concentras en ti mismo o en tus objetivos de diseño, es posible que tengas éxito. En cambio, si te olvidas de ti mismo, conectas realmente con los demás y te concentras en un objetivo ambicioso, es entonces cuando se produce un éxito inimaginable.
A medida que la tecnología se va arraigando en nuestro día a día, el diseño que se centra en las emociones que evoca en las personas es más relevante que nunca. El camino hacia la creatividad y el éxito en el diseño se alimenta de una mezcla de datos e intuición, reflexiones y sentimientos.
Ivy Ross es vicepresidenta de diseño de Producto de Google
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