Dimas Gimeno: “Europa corre un riesgo muy alto de convertirse en un parque temático”
El expresidente de El Corte Inglés analiza la transformación del comercio minorista y ahonda en los retos a los que se enfrentan las compañías europeas si quieren competir con gigantes como Amazon
La localización es, cuanto menos, llamativa. A apenas unos metros de El Corte Inglés de la calle de Goya, en Madrid, poco después de doblar la esquina, se encuentra el edificio en el que vivió durante tres años el poeta Federico García Lorca, los últimos que pasó en la capital, que abandonó pocos días antes de que diera comienzo la Guerra Civil. Justo debajo de donde vivió el poeta, en el piso inferior, nos citamos con Dimas Gimeno, quien fuera presidente de los grandes almacenes hasta hace menos de un año.
El empresario abandonó El Corte Inglés en un contexto no exento de polémica y apenas tardó unos meses en fundar Dnext Retail, una empresa de comercio con la que mantenerse vinculado al sector. Hablamos con él para descubrir cómo entiende el presente y futuro del comercio minorista, inmerso de lleno en la transformación digital.
- P. ¿Existe un riesgo de monopolio en el comercio electrónico por parte de Amazon?
- R. Hay riesgo de que gane un peso excesivo. Y, si pasa, hay muchas dinámicas que se complican. Es difícil competir en precios con un agente que trae una negociación global. Por no hablar de que Amazon está adquiriendo compañías de seguros, de transporte de última milla, cadenas de supermercados… Una sola empresa con toda la cadena de distribución a su disposición e información de tantísima gente. No hay que olvidar que estamos hablando del proveedor número uno de servicios en la nube, muy por delante de Microsoft. Y ofrecen este servicio a sus propios competidores. La cantidad de datos que manejan, cuanto menos, resulta inquietante.
- P. ¿Hay alguna empresa europea con capacidad para competir con ellos?
- R. Parece que no. Si hablamos de grandes retailers europeos, nos puede venir a la cabeza Zalando, por ejemplo, y alguno más, pero suelen ser casos muy concretos que trabajan con una sola categoría. Cuesta pensar que podamos ver una gran empresa europea de la talla de Amazon en este sector. No sé si hemos perdido esa batalla.
- P. ¿Hay algún factor que nos impida remontar y ponernos al nivel de Amazon o Alibaba?
- R. Europa tiene un inconveniente respecto a China y EE UU: estamos muy desorganizados. Hay un comercio por país. Si quieres entender las dinámicas de comercio europeas, tienes que diferenciar entre la dinámica inglesa, la española, la alemana y la italiana. Todo junto forma parte de un todo que se llama Europa, un continente con un poder de compra fantástico y muy buena posibilidad de hacer negocios. Pero, irremediablemente, la tienes que declinar por país.
Europa tiene un inconveniente respecto a China y EE UU: estamos muy desorganizados
- P. ¿Ayuda la Unión Europea al crecimiento del comercio en sus fronteras?
- R. Lo cierto es que se podría hacer más. De todas formas, estamos obsesionados con que Europa ponga puertas al campo para limitar a actores globales como Amazon, que operan aquí sin apenas restricciones, y lo que tendríamos que hacer es ver qué pueden hacer los retailers tradicionales de manera proactiva.
El reto está en conectar la iniciativa privada con la pública, no en esperar a que venga Europa, como si fuera el primo de Zumosol, a solucionar tus problemas. Esa parte está resuelta: estoy seguro de que la UE ayudará, porque son los primeros interesados en contar con operadores fuertes.
Europa corre un riesgo muy alto de convertirse en un magnífico parque temático. De convertirnos en un lugar al que viaja gente de todo el mundo, pero que solo viene a consumir y se va. Creo que tenemos que ser algo más como continente, tenemos que ser conjunto de países con un tejido comercial único y diferenciado.
- P. ¿Cómo han afrontado las empresas de retail españolas la transformación digital de su sector?
- R. La transformación del comercio español va con retraso; el comercio digital no tiene la misma penetración e importancia aquí que en países como EE UU, Gran Bretaña y Alemania. Es por la propia idiosincrasia del comercio español, porque hay operadores fuertes con una posición importante en el mercado, pero sobre todo es por la propia organización social de los españoles y sus hábitos de consumo. La parte positiva es que tenemos la oportunidad de aprender de mercados más desarrollados, pero la adaptación tiene que ser muy rápida.
- P. ¿En qué cuestiones debería poner el foco el comercio español para competir en mejores condiciones con otros países?
- R. Cabría esperar que ante el gran reto que se plantea al retail viéramos más colaboración entre players que tienen tiendas abiertas. Toda empresa con una tienda física tiene que ver al competidor tradicional, al que tiene su tienda al lado, como un colaborador. Existen oportunidades de colaboración en temas logísticos, en la recopilación y análisis de datos, en los sistemas de pago… En todo aquello que potencia el comercio offline. En España faltan estas fórmulas.
- P. ¿Cuáles son las empresas en las que hay que fijarse? ¿Quiénes lo están haciendo mejor?
- R. Las empresas estadounidenses llevan mucho compitiendo en este terreno y viendo los efectos de la transformación digital. Personalmente, me quedaría con Wallmart. Creo que es un referente por cómo toma iniciativas interesantes en su sector para trabajar la omnicanalidad y por la manera en la que accede a la tecnología. También destacaría lo que está haciendo Nike con su nueva tienda en Nueva York para unificar la experiencia de compra online con la física. Creo que es hacia lo que deberían tender muchas marcas. En Europa, uno de los ejemplos a seguir es Inditex. Lleva a cabo iniciativas muy interesantes para saber dónde está su inventario enfocándose en una tecnología concreta: la radiofrecuencia.
- P. ¿Cómo lo está haciendo el Corte Inglés?
- R. La compañía se enfrenta a un reto que representa oportunidad y desafío a partes iguales. Es difícil encontrar un distribuidor que venda todas las categorías en un solo sitio con tanta cuota de mercado, una de las mejores bases de datos del país y una imagen de marca única. Si lo hacen bien, podría estudiarse el caso de El Corte Inglés en Harvard para explicar cómo hacer frente a la transformación digital. Que lo consigan dependerá de su resistencia al cambio y de la rapidez con que se muevan, pero, como accionista, soy el primer interesado en que así sea.
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