Varsavsky: “El emprendedor tiene que convencer al legislador porque para sobrevivir unos necesitan votos y otros, ingresos”
El empresario e inversor argentino disecciona la salud del emprendimiento en España en un encuentro informal con decenas de alumnos de la universidad de Stanford
Bastantes éxitos acompañan la dilatada carrera del emprendedor Martín Varsavsky. Más conocido por ser el fundador de Jazztel, este argentino de 58 años cuenta en su haber particular con cinco unicornios –empresas valoradas en más de mil millones de dólares: Jazztel, Viatel, Tumblr, 33andMe y Fon–. Sí, para algunos afortunados existen. Ligado casi toda su vida a las telecomunicaciones, ha decidido cambiarse de sector. La fertilidad, la embriología y los coches autónomos son sus nuevas obsesiones. Centra sus esfuerzos en Overture, Prelude y en algún otro proyecto que prefiere no desvelar. Como si de un maestro se tratara, comparte sus experiencias. Disecciona el estado del emprendimiento en España ante la mirada absorta de decenas de alumnos de la universidad de Stanford.
No muy dado a aconsejar a la ligera, lanza una primera consideración para los futuros dueños de startups que ha concitado en un encuentro informal en su chalé de La Moraleja, barrio lujoso a las afueras de Madrid. “Como muchos de los negocios parten de algo todavía ilegal, resulta de gran importancia convencer al regulador para que cambie la legislación. Tú necesitas ingresos y los políticos votos”, argumenta a la vez que precisa que no todo vale. En su opinión, siempre ha de imperar una visión empresarial que mejore la sociedad. Algo de lo que también se valdrán los legisladores con el fin de vender su gestión ante la ciudadanía.
Centradas sus ideas en España, no duda en asegurar que es posible generar buenos negocios, aunque con un pequeño matiz. La financiación, vital para la subsistencia de una startup, mejor buscarla en otros países. “Levanto el dinero en Silicon Valley o Nueva York y traigo el negocio a España. Es una buena idea tener relaciones en Estados Unidos y usar esta red para encontrar los medios económicos que Europa no ofrece”, sostiene. En suelo americano la percepción del riesgo es menor. Existe más predisposición a abrazar la disrupción. Lo achaca, sobre todo, a una cuestión de mentalidad, de diferencias ante dónde decidir las inversiones.
Llegados al momento de la financiación, los fondos de capital riesgo representan una parte fundamental para el emprendimiento. En numerosas ocasiones, sin su dinero, los proyectos quedarían en papel mojado. La visión de Varsavsky va más allá de lo positivo. Quizás hayan sido esenciales para forjar tanto unicornio. Como explica, le han aportado disciplina y le han alejado de cometer errores en los que habría caído por sí solo. “Ponen a tu disposición gente que nadie más podría y trabajan contigo un tiempo. Me gusta este estilo de venture capital”, zanja. Menos entusiasta se muestra Salvador García, cofundador de Ebury y participante en este encuentro. “Su mercado está saturado y necesitan respetar tanto la idea como al emprendedor”, sugiere.
La relajación, el enemigo a combatir
Si una palabra debe borrar de su mente cualquier emprendedor es la de la relajación. Como si en un pulso constante estuviera, la inquietud ha de presidir su día a día. Esto no significa que sean seres hiperactivos, pero las certezas sobre su negocio se construyen poco más que por minutos. “Es casi imposible relajarse en una startup. Los cambios pueden venir de lo más inesperado; y no solo me refiero al funcionamiento del negocio”, apunta el fundador de Jazztel. Para evitar fracasos sobrevenidos, García, que también conoce las mieles del éxito empresarial con su fintech, añade un par de consideraciones: “Aparte de que haya un espacio de negocio y lo cubras, los inversores son una prueba excelente para saber cuál es tu posición”.
En mitad de esta conversación sobre los mandamientos emprendedores concebidos por Varsavsky, el liderazgo también hizo acto de presencia. No en vano, los fundadores de startups impregnan con su carácter el tipo de relaciones que mantienen con sus trabajadores. Entiende que el autoritarismo y estar constantemente encima de la gente no es la mejor opción, por mucho que Steve Jobs lo fuera… y todos sabemos hasta dónde lideró a Apple. “Es más probable que atraigas peor talento o con menos cualidades profesionales. Prefiero dar espacio a las personas y que vayan creciendo. Al menos es mi estilo”, concluye.
Por mucho que busquemos la fórmula de la Coca Cola del emprendimiento, Varsavsky tampoco parece que la tenga. Bajo una modestia aparente, recalca que lo único que ha intentado en sus proyectos es unir nuevas tecnologías con cambios regulatorios. Ya lo logró con Jazztel y el despliegue de fibra óptica y en ello anda inmerso con la embriología y Overture. “Es la forma para impulsar mercados potentes todavía sin explotar”, asegura. Los alumnos de Stanford han tomado buena nota de lo que les puede esperar una vez que abandonen sus aulas. Buscarán las huellas de unicornio dejadas durante este encuentro, pero, para la mayoría, seguirán siendo animales fantásticos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.