Javier Cansado: humor en un microchip
A Javier Cansado le gusta el trabajo en equipo: participa en chats con otros coleccionistas, en varios podcast y compite con ciclistas virtuales. A este “ilustre ignorante” no le asusta la idea de tener un microchip en el cerebro.
Se confiesa un “ilustre ignorante” de la tecnología porque no entiende el proceso (“le doy a ‘control + v’, pero no sé lo que hago”), aunque si fuera un hacker “haría cosas importantes como buscar la fórmula de la Coca-Cola o leer un brainstorming de nombres en Ikea”. Entre broma y broma, el humorista Javier Cansado, alias de Ángel Javier Pozuelo (Madrid, 1957), reflexiona sobre su mayor afición: su colección formada por 60.000 soldaditos de plomo. “El humor, la radio… eso es una tapadera. Mi interés vital está en los soldados y las batallas. Participo en varios grupos de Whats- App especializados, en los que 20 frikis hablamos de algún reglamento específico de cada periodo histórico”.
Además de Ilustres ignorantes (Movistar+), con Javier Coronas y Pepe Colubi, colabora en varios podcast, como el de Todopoderosos, en el que disecciona algunas filmografías míticas, junto a Arturo González Campos, Juan Gómez Jurado y Rodrigo Cortés. “Ahora no puedes decir que eres un incomprendido o que nadie te financia. Hoy día puedes colgar tu programa online”.
En Twitter aparece y desaparece “como el Guadiana”: “Empecé escribiendo chistes, pensamientos. Pero no tengo disciplina y puedo tirarme un mes sin tuitear”. Reconoce que no le interesa el autobombo: “Hay gente que hace publicidad, pero a mí no me va. Como soy apasionado, me mueve la emoción. Por eso hay que tener cuidado, no confundir a amigos que no lo son”. Por eso instauraría “un test de padres” antes de abrirse un perfil para filtrar a los indeseables.
La Red, en positivo, le sirve para alimentar su afán de conocimiento: “Me gusta buscar vídeos de comedia, ahora estoy siguiendo a varios cómicos peruanos”. Eso sí, hay que “desbrozar mucho, cotejar las fuentes” porque “el saber universal está en la Red, pero entreverado de mierda, de falsedad”. ¿Algún consejo para aquellos jóvenes que han sustituido los libros por Internet? “Mis hijos son semilectores, con 20, 21 y 23 años, les diría que se busquen la vida de una puta vez [ríe]. No tengo claro que el dejar de leer libros les vaya a perjudicar”.
Pero lo que más le sorprende es haber podido contactar con una nueva generación de fans de Faemino y Cansado, tándem que formó junto a Juan Carlos Arroyo (Carlos Faemino) allá por los 80. “Nunca hicimos nada y todo se lo debemos a los fans. Faemino lleva Facebook, pero han sido nuestros seguidores los que han colgado nuestros vídeos. Una tercera parte de los que vienen a vernos al teatro son jóvenes, así que creo que todavía nos quedan unos cinco años de carrera”.
Mis hijos son semilectores, con 20, 21 y 23 años, les diría que se busquen la vida de una puta vez [ríe]. No tengo claro que el dejar de leer libros les vaya a perjudicar”.
También vaticina el éxito en el futuro de los microchips insertos en el cerebro. “Cuando era guionista tenía que rehacer el texto con la máquina de escribir y esto era lo peor. Así que estoy muy a favor de que si quieres obviar el esfuerzo y tocar el piano, te pongas un chip y fuera. Si se puede operar a un niño en Zambia desde aquí, fenomenal. Que nos van a controlar, pues que nos controlen”.
El fetiche: la app Zwift
“Andar y hacer bicicleta es lo que más me gusta. Siempre que camino llevo una pulserita cuentapasos. Si me quedo en casa uso la app Zwift para la bici estática. Se conecta al televisor por Bluetooth y compito con un grupo de personas pedaleando por carreteras virtuales”.
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