Un año de política, también en tecnología
En España se pueden crear tres millones de empleos en los próximos diez años, la mayoría relacionados con la ciencia y las tecnologías
El impuesto de sucesiones, la unidad de España o los derechos de las personas lesbianas, gais, bisexuales, transexuales y hasta “transgénicas”, como decía el documento inicial del acuerdo de Gobierno entre PP y Ciudadanos para la Junta de Andalucía. Si los debates que han centrado la agenda ante el cambio en la comunidad más poblada son indicio de lo que sucederá en un año tan electoral como 2019, la conclusión es contundente: los políticos no tienen en el foco una revolución industrial tecnológica que está alterando nuestras condiciones de vida… para bien o para mal.
“El problema es cuando los árboles no dejan ver el bosque, y a menudo nos enfrascamos en discursos partidistas y cortoplacistas”, dice Helena Herrero (Madrid, 1959), presidenta de HP para España y Portugal. La ejecutiva, que participa en varios organismos en favor de la innovación y la competitividad, reclama “políticas de Estado de luces largas” ante “una nueva revolución industrial que determinará una era”. En este contexto “complejo e incierto, mientras otros países del entorno hacen los deberes, en España la innovación, la reindustrialización o la formación siguen aparcadas”.
Para esa reindustralización, Herrero reclama “una agenda nacional” en la que colaboren el sector público y el privado, y los organismos autonómicos con los estatales. El impulso debe ser público, defiende, pero el liderazgo, privado. La labor de los políticos sería poner las condiciones para que las empresas locales inviertan y las multinacionales atraigan inversiones. Para Herrero, la “tasa Google” es una mala idea: “España se está alejando del consenso general, rompiendo la garantía de un mercado igualitario de competencia en Europa”.
Probablemente el debate más importante es el del futuro del mercado laboral, donde no faltan discursos lúgubres sobre la robotización y su impacto en la pérdida de puestos de trabajo. “En España se pueden crear hasta tres millones de empleos en los próximos diez años”, augura Herrero, que añade un pero. La mayoría de esos puestos tendrán que ver con “la ciencia, la investigación y las tecnologías que están cambiando el mundo”, y hacia allí deberá orientarse la formación, que tendrá que ser continua: “Ya no se hará una carrera para ejercer un trabajo toda la vida”.
“Necesitamos más acción que declaraciones de intenciones”, concluye Herrero, pero el ciclo electoral, al menos en los próximos meses, augura decisiones empresariales paralizadas a la espera de la formación de gobiernos y políticos utilizando sin ton ni son palabras como innovación y tecnología. Las luces largas tendrán que esperar, pero la revolución tecnológica no espera.
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